viernes, enero 25, 2008
En la anterior entrada escribí sobre la participación de Jaime Maussán en un programa de chismes de espectáculos. Realmente es bastante bizarro que se cuestione a Maussán en un programa de este tipo... Bueno, algunos lectores manifestaron sus deseos de ver el video, pues hace unos instantes me he dado cuenta de que es posible hacerlo en el blog de Andrés Tonini:
Maussán mete la pata por el "Pie grande" de Marte
jueves, enero 24, 2008
Ayer vi las imágenes en Marcianitos Verdes, horas más tarde Jaime Maussán habló de éstas en un programa de chismes de espectáculos y, posteriormente, en un noticiario entrevistaron –vía telefónica- a un astrónomo de la UNAM.
Hoy, en el periódico El Gráfico la noticia apareció así:
Para los del Gráfico la figura fotografiada por el Spirit (vehículo de exploración marciana de la Nasa) parece una sirena: “La ‘Sirenita de Marte’ parece embrujar ahora a los navegantes de la red deseosos de hallar pruebas de vida en el planeta rojo.”
Las conductoras del programa de espectáculos que mencioné al inicio, aunque usted no lo crea, cuestionaron los argumentos de Maussán, lo que causó el enojo del ufólogo (acostumbrado a la credulidad y docilidad de los conductores de Televisa). Se molestó tanto que aseguró que nunca regresaría a dicho programa. Mientras una de las conductoras exponía sus opiniones, Maussán silbaba. “Es usted una persona grosera y se ve que le molesta que se presenten ideas distintas a las suyas”, palabras más, palabras menos, le dijo la conductora al ovnílatra.
Otra de las conductoras mencionó la famosa confusión de los “canales de Marte” (aquí y aquí información al respecto) y que Carl Sagan llegó a señalar que en diversas fotografías astronómicas se podían encontrar formas familiares, ya que nuestro cerebro busca patrones. A estos argumentos Maussán respondió con un “¿Y eso qué?” A continuación el ufólogo mencionó que “La Universidad de Harvard expulsó a Carl Sagan por mantener que era posible que hubiera extraterrestres en la Tierra.” Las conductoras no cuestionaron este punto, pero como no es la primera vez que lo dice, su público sí debería hacerlo. ¿De dónde sacó el ufólogo semejante “información”?, ¿cómo se enteró?, ¿dónde podríamos corroborar su aserto?
Pero la conductora acertó al hablar de los comentarios de Sagan, ya que ahí se encuentra la solución al “enigma” de la “sirena de Marte”, se trata de un fenómeno conocido como pareidolia (aquí Luis Alfonso Gámez explica más al respecto). El interesado puede encontrarlos en el capítulo “El hombre de la Luna y la cara de Marte” del libro El mundo y sus demonios.
Veamos la imagen de la mujer-sirena-pie grande. ¿Demuestra que hay extraterrestres humanoides en el planeta rojo?, ¿es para el lector una evidencia suficiente?, ¿o podemos explicar la imagen de forma distinta? ¿Realmente hay en la imagen algo que recuerde la forma humana? Vemos la cabeza, el torso, las piernas y uno de los brazos... ¿de verdad vemos todos esos elementos? Para creer que hay un brazo debemos suponer que existe el otro... ¿Y realmente se observan piernas (los del Gráfico más bien le ven una cola de pescado)?, ¿y tiene pies?, ¿y tiene dedos en la mano?, ¿y cabello?
Termino esta entrada con unas palabras del “astrónomo expulsado de Harvard”:
En general, los científicos abren su mente cuando exploran nuevos mundos. Si supiéramos de antemano lo que íbamos a encontrar, no tendríamos la necesidad de ir. Es posible, quizá hasta probable, que en misiones futuras a Marte o a los otros mundos fascinantes de los parajes cósmicos tengamos sorpresas, incluso algunas de proporciones míticas. Pero los humanos tenemos talento para engañarnos a nosotros mismos. El escepticismo debe ser un componente de la caja de herramientas del explorador, en otro caso nos perderemos en el camino. El espacio tiene maravillas suficientes sin tener que inventarlas.
Algunos sitios donde se comenta la imagen:
De marcianos borrosos e indios con Ipods, en Patrañologías
miércoles, enero 02, 2008
El que llegó hasta el metro Pino Suárez es uno de los mejores cuentos mexicanos de ciencia ficción, puede encontrarse en la antología El futuro en llamas de Editorial Vid y en el número ocho de El oscuro retorno del hijo del ¡Nahual! (ver los enlaces "ciencia ficción y otras hierbas").
lunes, diciembre 17, 2007
A principios de 1998 me uní al taller de creación literaria de la AMCyF. En ese momento el taller lo encabezaba Héctor “el chino” Chavarría, las reuniones se llevaban a cabo en un café de chinos cerca del metro Insurgentes (posteriormente “nos mudamos” a la SOGEM, allá en Coyoacán; ahí Gonzalo Martré, Jorge Cubría, Pepe Rojo y hasta Mario Méndez Acosta nos compartieron sus secretos cienciaficcioneros). En ese taller conocí a los cienciaficcioneros Luis Flores, Ángel Zuare, Francisco Espinosa (colaborador de ComiConexión), Kalep, Amariel, Jesús Julián y Jorge Sánchez Quintero.
Luis Flores ha publicado en las revistas Asimov, ciencia ficción en español y SUB, y en la página Realidad Cero; también dirigió la revista Voces de la primera imprenta.
Ahora nos comparte lo que sucede en cierto grupo de apoyo…
ATRAPADO ENTRE LAS PIERNAS ELECTRICAS
Por Luis Flores Aguilar
Me llamo Juan, mi problema se llama síndrome de Copelia, o dependencia del sustituto. Siempre he tenido problemas para socializarme, antes no pensaba que fuera importante, me dediqué por años únicamente a mi trabajo. Hasta que se presentó la oportunidad de un proyecto fascinante que me obligó a trabajar en una región remota durante dos años, durante los cuales tuve mínimo contacto con la civilización.
Me angustiaba vivir en soledad durante tanto tiempo; por eso cuando leí sobre esas muñecas, perfectas en todos los detalles, de inmediato ordené una.
La lleve conmigo hasta la cabaña, compré un colector solar para recargar las baterías y no tener problemas con la falta de electricidad.
Ella... perdón, ¿Puedo llamarla ella? Bueno, ella me intimidó al principio, era tan perfecta que me ruborizaba cuando me veía; tan humana que tardamos muchos días en acercarnos. Fue maravilloso, cómo me fue seduciendo, poco a poco, hasta que lo hicimos, sobre la mesa de la cocina.
Fue estupendo, día tras día, en las mañanas y en las noches; tenia una variedad de opciones y un repertorio de posiciones para todos los gustos, podía actuar como vampiresa, o como lolita, o masoquista. Bueno, el proyecto se retrazó por varios meses, pero a fin de cuentas terminó, y regresé, ansioso por salir con mujeres de verdad.
La práctica con mi muñeca me dio facilidad en el trato con las mujeres; pero a la hora de la cama algo pasó, ¡No podía hacerlo!
La piel de verdad no tiene la misma textura, ni huele igual, extrañaba el preciso movimiento del mecanismo en su interior: es algo así como el tic-tac del reloj. Además las mujeres son tan caprichosas. Mónica, Alejandra... ah, perdón por decir nombres. Fracasé con todas ellas, y siempre regresaba con la muñeca, se ha convertido en una obsesión, ni con fuerza de voluntad puedo dejarla, me siento amarrado a ella y no sé cómo dejarla.
― Muy bien, gracias Juan, puedes sentarte, ahora José: cuéntanos tu problema.
― Sí, este..., me llamo José... y soy Mecano-filio, y...
viernes, diciembre 14, 2007
A finales de los ochentas la empresa AMOCO la utilizó en su publicidad. Según Jaime Maussán, a algunos “investigadores” les impactó tanto que decidieron ponerse en contacto con ejecutivos de la empresa para preguntarles sobre el “extraño ser”. ¿Y qué sucedió? Al parecer la empresa aseguró que se trataba de una estatua de bronce. Los perspicaces ovnílatras no dieron crédito a semejante afirmación, simplemente "la entidad" se veía tan real que no podía tratarse de una figura de bronce. Obviamente AMOCO trataba de ocultar la verdad: había utilizado la fotografía de un auténtico extraterrestre.
Maussán y compañía han alegado, entre otras cosas, que: la textura del ser no es la que se esperaría de una figura de bronce (“tiene una porosidad muy marcada, como si se tratara de un ser vivo”); en el cuello y barbilla se aprecia una escasa vellosidad; en el brazo izquierdo pueden verse las venas; en los ojos se aprecia una sustancia líquida; la mano, los párpados, las fosas nasales y la boca tienen líneas.
Fotorrealismo mágico y Jaime Maussán
martes, diciembre 11, 2007
Posiblemente sólo entienda este libro
quien haya pensado alguna vez por sí mismo
los pensamientos que en él se expresan
o pensamientos parecidos.
Ludwig Wittgenstein
1. Wittgenstein ¿filósofo indescifrable o artista incomprendido?
¿Qué podemos conocer? De eso se ocupó Ludwig Wittgenstein en su Tractatus Logico-Philosophicus. El filósofo-místico resuelve (o más bien disuelve) los problemas filosóficos al distinguir entre lo decible y lo indecible, entre lo que se puede decir y lo que se puede mostrar, entre el sentido y el sinsentido.
Según lo manifestado en el Tractatus existe la posibilidad de llegar a conocer las cosas de las que nos podemos hacer preguntas con sentido. Entonces reformulemos la pregunta con la que dimos inicio: ¿de qué materias podemos hacernos preguntas que puedan efectivamente ser respondidas en algún momento? Wittgenstein llegó a la conclusión de que tienen sentido las preguntas de las ciencias naturales; en cambio, las interrogantes de la filosofía carecen de sentido, es decir, son absurdas.
En palabras de Wittgenstein: “Soy, pues, de la opinión de haber solucionado definitivamente, en lo esencial, los problemas (...) La mayor parte de las proposiciones e interrogantes que se han escrito sobre cuestiones filosóficas no son falsas sino absurdas. De ahí que no podamos dar respuesta en absoluto a interrogantes de este tipo, sino sólo constatar su condición de absurdos.”
Recordemos lo que significa tener sentido: “Tener sentido significa ser verdadera o falsa: el ser efectivamente verdadera o falsa constituye la relación de la proposición con la realidad, que nosotros significamos diciendo que tiene sentido”. Una proposición que no puede ser formulada de manera que en algún momento sea posible decidir si es verdadera o falsa, carece de sentido.
A pesar de lograr algo tan importante (disolver los problemas a los que se ha dedicado la filosofía), Wittgenstein no creía que su escrito resultara fácilmente entendible.
En 1919, siendo prisionero en Monte Cassino, Wittgenstein escribió lo siguiente a Bertrand Russell:
“Creo que finalmente he solucionado los problemas. Puede que esto suene arrogante, pero no puedo evitar creerlo. Acabé el libro en agosto de 1918, y dos meses después fui hecho prigioniere. Tengo el manuscrito aquí conmigo. Ojalá pudiera hacer una copia para ti; pero es bastante largo y no hay manera segura de enviártelo. De hecho no lo entenderás sin una explicación, pues está escrito con frases bastante breves. (Naturalmente, esto significa que nadie lo entenderá; aunque yo creo que todo está claro como el cristal. Pero trastoca toda nuestra teoría de la verdad, de las clases, de los números y todo lo demás.) Lo publicaré tan pronto vuelva a casa.”
En el anterior pasaje notamos tanto su convencimiento de dar respuesta definitiva a los tradicionales problemas de la filosofía como su temor a no ser comprendido.
Posteriormente Wittgenstein y Russell pudieron intercambiar escritos filosóficos. “Introducción a la filosofía matemática” fue el libro que Russell envió a Wittgenstein, lo cual movió a este último a escribirle al primero:
“En suma, ahora temo que me sea muy difícil llegar a algún entendimiento contigo. Y la pequeña esperanza que me quedaba de que mi manuscrito pudiera significar algo para ti se ha desvanecido completamente... Ahora más que nunca ardo en deseos de verlo impreso. ¡Es mortificante arrastrar la obra ya finalizada de un lado a otro, en cautividad, y ver cuánto absurdo tiene campo libre ahí afuera! ¡Y es mortificante pensar que nadie la entenderá aun cuando se imprima!”
Bertrand Russell no había podido entender parte del anterior trabajo de Wittgenstein, pero estaba dispuesto a estudiar para llegar a la comprensión. “No te desanimes, al final serás comprendido.”, le escribió Russell.
Fueron tres copias las que Wittgenstein distribuyó. Una para Russell, otra para Paul Engelmann, y una más para Gottlob Frege. Hay quienes piensan que la respuesta que más le interesaba era la de Frege. Wittgenstein ve confirmados sus temores una vez que lee la carta de Frege.
Frege se había tardado en escribir (y se disculpa por ello), pero le informa que como no ha podido dedicarle más tiempo al texto, no puede ofrecerle un juicio bien fundamentado. Frege dedica casi toda su carta a cuestionarle a Wittgenstein su uso del lenguaje:
“Justo al principio me encuentro con la expresión ‘es el caso’ y ‘hecho’, y sospecho que es el caso y es un hecho son lo mismo. El mundo es todo lo que es el caso y el mundo es un conjunto de hechos. ¿No es todo hecho el caso y no es lo que es el caso un hecho? ¿No es lo mismo si yo digo A es un hecho que si digo A es el caso? ¿Por qué entonces esa doble expresión?... Ahora viene una tercera expresión: ‘Lo que es el caso, un hecho, es el darse efectivo de un Sachverhalt’. Tomo esto para significar que cada hecho es la existencia de un Sachverhalt, de modo que otro hecho es la existencia de otro Sachaverhalt. ¿No podríamos eliminar las palabras ‘el darse efectivo de’ y decir ‘Todo hecho es un Sachverhalt distinto.’ ¿No podría uno quizá decir ‘Todo Sachverhalt es la existencia de un hecho’?”
Frege no había podido avanzar mucho en la obra, debido a sus dudas acerca del significado de términos como Tatsache, Sachverhalt y Sachlage. Frege le pedía ejemplos. De hecho, Frege le sugirió a Wittgenstein que modificara su texto, que en lugar de comenzar con una escueta afirmación que no se fundamentaba en nada, comenzara planteando las preguntas de las que se ocupaba (Wittgenstein no hizo caso de tal sugerencia).
“No comprende una sola palabra de mi obra, y estoy completamente agotado de darle lo que son pura y simplemente explicaciones.” escribió Wittgenstein sobre Frege. El filósofo-místico tenía puestas todas sus esperanzas en Russell, a quien le escribió que deseaba explicarle su trabajo, “¡porque es MUY duro que ni un alma te comprenda!”
Lo anterior sucedía antes de que la obra se publicara... Una vez que el Tractatus se publicó, las cosas no fueron tan distintas.
Los integrantes del Círculo de Viena no entendieron del todo el Tractatus. Habían pensado que Wittgenstein era tan antimetafísico como ellos. Sobre esto Rudolph Carnap expresó:
“Anteriormente cuando leímos el libro de Wittgenstein en el Círculo, yo había creído erróneamente que su actitud hacia la metafísica era similar a la nuestra. No había prestado atención a las afirmaciones sobre la mística que hay en el libro, porque sus sentimientos y pensamientos en ese campo eran demasiado divergentes de los míos. Sólo el contacto personal con él me ayudó a ver más claramente su actitud en este punto.”
Ray Monk escribe:
“Para los positivistas, la claridad iba de la mano del método científico, y, para Carnap en particular, era un duro golpe darse cuenta de que el autor del libro que ellos veían como el paradigma de la precisión y la claridad filosófica era tan decididamente acientífico tanto en su temperamento como en su método.”
Para finalizar esta parte, sólo mencionaremos que Carnap comparaba a Wittgenstein con un artista que no aceptaba las críticas, es decir, Wittgenstein estaba poco dispuesto a discutir para aclarar las ideas:
“Su punto de vista y su actitud hacia la gente y los problemas, incluso hacia los problemas teóricos, era más parecida a los de un artista creativo que a los de un científico; y podría decirse que parecida a los de un profeta religioso o vidente (...) no toleraba el examen crítico por parte de los demás, una vez la intuición había sido alcanzada por un acto de inspiración.”
2. De cosas y hechos
Vimos que el Tractaus Logico-Philosophicus es una obra difícil de comprender, y es por la forma en que está escrita que puede resultar oscura. Wittgenstein, por otro lado, no proporcionaba ejemplos que pudieran clarificar sus proposiciones.
En la tercera parte del primer capítulo de A la caza de la realidad, Mario Bunge después de referirse a la proposición 1.1 del Tractatus (El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas), expresa que Wittgenstein no se molestó en aclarar los términos clave “hecho” y “totalidad”, “a consecuencia de lo cual pronto cayó en la circularidad. Así pues, nos dice que ‘un hecho atómico [simple] es una combinación de objetos (entidades, cosas)’ (2.01), sólo para añadir: ‘Es esencial para una cosa que pueda ser un constituyente de un hecho atómico’. En ningún lugar ofrece Wittgenstein ejemplos que faciliten la comprensión y muestren que sus reflexiones son útiles para analizar los problemas científicos.”
A continuación Bunge da algunas razones para considerar errónea la “miniontología de Wittgenstein”, pero antes de mencionarlas veamos algunas cosas que el filósofo argentino escribe sobre los términos “cosa” y “hecho”.

A) Cosa
En esta parte sostiene que “la mutabilidad es la única propiedad compartida por todas las cosas concretas, ya sean naturales o artificiales, físicas o químicas, biológicas o sociales, perceptibles o imperceptibles.” Esto le lleva a su primer postulado: Para todo x: (x es material = x es mudable). Posteriormente rescribe su postulado de la siguiente manera: Para todo x: (x es material = x posee energía).
B) Hecho
Comienza distinguiendo entre hechos estáticos y cinéticos.
*Hecho estático = cosa(s) en un estado dado.
*Hecho cinético = cambio(s) en el estado de la(s) cosa(s).
Señala Bunge que se debe recordar que “sin cosas no hay hechos (...) no hay estados ni cambios de estado en sí mismos. No hay cosas que no se hallen en algún estado o que no sufran cambio alguno.”
Veamos ahora cuatro de los cinco puntos que según Bunge muestran errónea la ontología de Wittgenstein:
1. Si ya habíamos visto que Wittgenstein no aclaró lo que debía entenderse por “hecho”, ahora Bunge afirma que no es claro el término “totalidad” en la expresión “totalidad de las cosas”. Bunge menciona dos formas de interpretarla: como sistema o como conjunto.
2. Las cosas interactúan pero no los hechos.
3. Las normas sociales y todos los enunciados legales tratan o se refieren a cosas. Sin cosas no hay hechos.
4. “El mundo es un sistema de cosas porque todas las cosas que lo componen interactúan con algunas otras cosas. Si el mundo fuera un montón de hechos o estados de cosas no constituirían un sistema, puesto que no se mantendría unido gracias a interacciones. Con todo, esto no es cuestión de optar entre dos ontologías, una de cosas y otra de hechos: necesitamos una sola ontología de cosas involucradas en hechos o, lo que es lo mismo, una ontología de hechos que involucren cosas.” Señala Bunge que se necesita el concepto de cosa para posteriormente referirnos al estado de una cosa.
Bunge concluye que el mundo no es la totalidad de los hechos (como escribiera Wittgenstein), sino de las cosas. “Y todas las cosas son mudables y toda cosa está relacionada con alguna otra.”
Referencias
Bunge Mario. A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo. Editorial Gedisa. España. 2007.
Monk Ray. Ludwig Wittgenstein. El deber de un genio. Editorial Anagrama. España. 2002.
lunes, diciembre 03, 2007
Ya en una anterior entrada escribí sobre la revista Razonamientos, una publicación de la Asociación Mexicana Ética Racionalista. Dos representantes del humanismo secular son Paul Kurtz (presidente del CSI) y Mario Méndez Acosta (presidente de SOMIE).
Revisando algunos libros de Mario Bunge, encuentro que se refiere al humanismo secular en Crisis y reconstrucción de la filosofía. El filósofo afirma que para muchas personas el humanismo secular es una doctrina puramente negativa que se reduce a la negación de lo sobrenatural.

Bunge escribe que en realidad “el humanismo secular es una cosmovisión positiva y amplia”, y presenta siete tesis del mismo:
1. Cosmología: todo lo que existe es natural o hecho por el hombre. Puesto de modo negativo: en el mundo no hay nada sobrenatural.
2. Antropología: las diferencias individuales entre las personas son poco importantes en comparación con los aspectos comunes que nos hacen a todos miembros de la misma especie. Puesto en términos negativos: no existen superhombres ni razas superiores.
3. Axiológica: aunque los diferentes grupos humanos puedan tener valores diferentes, hay muchos valores universales básicos, tales como bienestar, honestidad, lealtad, solidaridad, justicia, seguridad, paz y conocimiento, por los cuales vale la pena trabajar e incluso luchar. Puesto en términos negativos: el relativismo axiológico radical es falso y perjudicial.
4. Gnoseológica: es posible y deseable hallar la verdad acerca del mundo y de nosotros mismos recurriendo únicamente a la experiencia, la razón, la imaginación, la crítica y la acción. Puesto de manera negativa: el escepticismo radical y el relativismo gnoseológico son falsos y nocivos.
5. Moral: debemos buscar la salvación en este mundo, el único real, por medio del trabajo y el pensamiento, antes que por la plegaria o la guerra, y debemos disfrutar la vida, así como intentar ayudar a los demás a vivir, en lugar de perjudicarlos.
6. Social: libertad, igualdad, solidaridad y pericia en la administración de la comunidad.
7. Política: a la vez que defendemos tanto la libertad de culto y la diversidad de cultos, como la libertad de inclinación política y la diversidad de las inclinaciones políticas, debemos esforzarnos por lograr o mantener un estado secular, así como un orden social íntegramente democrático, a salvo de las desigualdades injustificadas y las chapuzas técnicas evitables.
Bunge escribe que cada humanista le da diferente peso o valor a cada uno de estos puntos. Así, algunos humanistas hacen hincapié en los aspectos intelectuales, otros en los aspectos sociales. Esto es así porque el humanismo secular “lejos de ser una secta o un partido, es un gran paraguas que cubre tanto a activistas sociales como a librepensadores de diversos matices.”
jueves, noviembre 15, 2007
Conocí la ciencia ficción mexicana mediante revistas y fanzines como Asimov, ciencia ficción en español; ¡Nahual!; SUB; Umbrales; Azoth y A quien corresponda.
En octubre de 1996 salió a la venta el número 3 de ¡Nahual! un fanzine de “ciencia ficción, fantasía y lo que caiga.” Francisco Botello y Andrés Tonini eran los editores (aquí algo acerca de cómo surgió el fanzine). Tonini colaboró con una historia titulada “Al cielo por un momento”, le agradecemos que nos permita publicarla a continuación. Las ilustraciones fueron hechas por Ángel Serrano Sánchez.
AL CIELO POR UN MOMENTO...


Todavía no sé cómo, pero después de una acalorada discusión sobre sexología, anatomía y exobiología, logró convencerme, no sólo de que tal unión era posible, sino de que también era lo más parecido a la gloria. Y entonces se inició una nueva discusión que, supongo te sonará conocida: yo insistía en que me llevara con las Lind’hes y él trataba de disuadirme. Después de ruegos y amenazas solamente conseguí que me indicara cómo llegar a Deneo-3, su planeta hogar. Por suerte mi nave tenía que llevar a cabo un embarque en un lugar relativamente cercano, y de ahí no sería difícil llegar al planeta en cuestión.

lunes, noviembre 05, 2007
Divisó la silueta en la playa, a la distancia... Se puso de pie y se llevó la mano a los ojos para protegerse del resplandor del Sol... Por un momento tuvo la sensación... No, eso era imposible. No creía que fuesen a aprovecharse de ella con tanto descaro. Sin embargo, no pudo contenerse y echó a correr hacia él por la parte firme de la arena, junto a la orilla. El hombre estaba igual que en la última foto suya, feliz, lleno de energía, con la barba crecida luego de un día sin afeitarse. Ahogada en sollozos, se echó en sus brazos.
Cuando niña, Ellie Arroway perdió a su padre. Ahora, adulta, aún lo extraña. En lo más profundo de su ser soñaba con verlo y continuar disfrutando de su compañía, de su cariño.
De niña aún, y hasta de joven, solía soñar que llegaba a él y le anunciaba que su muerte había sido un error, que en realidad estaba vivo. Pero esas fantasías le costaban caro, al despertarse luego en un mundo donde él ya no estaba.
Nunca hubiera imaginado que gracias a aquel mensaje enviado por unas inteligencias desconocidas, sus sueños podrían cumplirse... Los científicos del proyecto Argos, empeñados en la búsqueda -mediante radiotelescopios- de inteligencia extraterrestre, reciben un mensaje junto a la imagen de Hitler inaugurando los Juegos Olímpicos de 1936. En realidad se trataba de las instrucciones para construir una máquina. ¿Para qué serviría aquel artefacto? Las esperanzas y temores de la humanidad no tardaron en aparecer.
A pesar de los temores en el sentido de que aquel aparato pudiese ser peligroso para la humanidad, el proyecto obtuvo luz verde. “Se demoraron años; fue un sueño de la tecnología y una pesadilla para la diplomacia, pero finalmente se logró construir la Máquina”.
Y ahora ahí estaba Ellie, en una playa de un mundo lejano... ¡¡caminando con su padre!!
Ellie tuvo la sensación de que se descorría una imponente roca y entraban los primeros rayos de luz en una tumba antigua, casi olvidada (...) Lo que más había añorado era poder volver a verlo, pero siempre reprimió su anhelo dado lo imposible de llevarlo a cabo. En ese momento, en cambio, lloraba por todos los años que los habían separado... lo tenía consigo, y no era un sueño ni una aparición, sino un ser de carne y hueso... o algo semejante. La había llamado desde el cosmos, y ella había acudido a la cita (...) Lo abrazó con todas sus fuerzas. Sabía que era un truco, una construcción, pero excelente. Por un momento lo tomó de los hombros y lo apartó de sí para mirarlo mejor. Estaba perfecto. Era como si su padre, muerto muchos años atrás, hubiera ido al cielo, y por último –por una vía tan poco ortodoxa– ella lograse volver a reunirse con él. Llorando, lo estrechó de nuevo entre sus brazos. Más de un minuto demoró en calmarse... Enjugó sus lágrimas, riendo y llorando al mismo tiempo...
El pasaje anterior forma parte de la novela Contacto de Carl Sagan.
El domingo 28 de octubre acudí a la sexta tertulia de ciencia ficción de la ciudad de México. Estas reuniones se llevan a cabo en el Sanborns de los pajaritos (mismo que se encuentra a la salida del metro División del Norte) y las organiza Jorge Armando Romo, un estudiante de biología de la Facultad de Ciencias de la UNAM y participante de Sobrenatural.net.
En esta sexta tertulia encontré a dos buenos amigos del taller de ciencia ficción de la AMCyF (mismo al que me uní el 27 de enero de 1998, tengo en mente la fecha exacta porque ese día Héctor Chavarría me firmó su novela Adamas): Luis Flores Aguilar y Ángel Zúñiga (autor de la novela Retorno). De igual forma, conocí a Jorge Armando (fue él quien me invitó) y a Eduardo Honey. Durante la reunión platicamos de Contacto (para la de este mes comentaremos Blade Runner).
Ángel escribió:
Aunque esta vez tuvimos un quorum reducido, eso no evitó que comentaramos sobre el tema de esta sesión; la novela y película "Contacto", de Carl Sagan. En general concluimos que aunque no es una obra de fuerte caracter literario, sí es una novela (y película) emotiva y bien desarrollada sobre la virtud de mantener la fe ante lo desconocido, sin recurrir a la religión en forma.
Y realmente es una obra emotiva. La parte más conmovedora es aquella en la que Sagan relata el encuentro de Ellie con el extraterrestre que toma la forma de Ted Arroway. Los sentimientos de Sagan ante la muerte de sus padres fueron expresados en ese pasaje de su novela.
Platicamos tanto de la novela como de la película (misma que dirigió Zemeckis), de la carrera científica de Sagan, de su obra de divulgación científica, de su escepticismo (mismo que le llevó a ser uno de los fundadores del CSICOP) y de las críticas que recibió por parte de creyentes en platillos voladores. También platicamos de naturismo, homeopatía, y del “documental” ¿Y tú qué sabes?
Termino esta entrada precisamente con una de las críticas a Sagan, se trata de reproches que me parecen bastante graciosos.
En el editorial del número 46 de la revista Contactos Extraterrestres (que corresponde a la primera quincena de octubre de 1978) escriben:
Como ya va siendo costumbre, empezamos nuestro editorial comentando un nuevo ataque a los OVNIS, perpetrado esta vez por el pontífice mayor de los escépticos oficiales: Carl Sagan. En un reciente artículo publicado en Playboy –revista que va de perlas con la personalidad y apariencia del famoso astrónomo-, Sagan hace gala de su capacidad para argumentar como sofista y convencer a los desinformados de que el fenómeno OVNI no es más que un engaño fenomenal, voluntario o involuntario, pero engaño al fin y al cabo.
Una de las quejas del responsable del editorial es que Sagan no discute casos específicos, más bien afirma que los avistamientos son interpretaciones confusas de fenómenos naturales.
Sagan ni siquiera se toma el trabajo –como hacen Phillip Klass y compañía- de analizar un caso concreto para desmentirlo. No. Él es demasiado importante y su tiempo tan sagrado que no puede dedicarle más atención al asunto OVNI. Solamente está dispuesto a publicar de vez en cuando algún articulillo, sobre todo si puede colocarlo en revistas que como Playboy pagan una fortuna. No cabe duda que el oficio de escéptico profesional también está muy bien remunerado.
A continuación acusan a Sagan de “coquetear” con la ufología y la astroarqueología. Luego siguen criticando el artículo aparecido en la revista del conejito:
Con su artículo en Playboy, Sagan revela que, a pesar de todos los esfuerzos realizados por los ufólogos serios, la cuestión OVNI sigue siendo considerada con recelo cuando no se le rechaza francamente. En su caso, él plantea la teoría de que el gusto por los OVNIS y todos los fenómenos paranormales no es más que la expresión de una necesidad religiosa por parte de las masas. La gente necesita creer en algo, y en algo que sea misterioso, que excite su imaginación. Así los fabricantes de mitos han creado los OVNIS, la telepatía, la precognición, etc.
Después vuelven a reprocharle no realizar un trabajo como el de Klass, es decir, estudiar casos y explicarlos.
El pontífice de los escépticos es un hombre ocupado, y aunque el mito sea muy peligroso, sólo está dispuesto a atacarlo cuando puede escribir un artículo para Playboy.
Sagan aparece así como el ejemplo más completo del científico prefabricado para la sociedad de consumo.
Líneas más adelante le reconocen sus aportaciones a la ciencia, pero le piden que no se dedique al “escepticismo militante”; ahora que si insiste en hacerlo, que sea serio y deje a un lado su actitud “frívola” (los que no tienen una frívola actitud son los ufólogos crédulos, seguramente).
Hacia el final afirman que escépticos como Sagan no son profesionales sino improvisados, y que a pesar de las críticas “los OVNIS siguen apareciendo por todas partes y hasta raptando gente.”
Las últimas líneas no dejan de ser graciosas, desean que un OVNI rapte a Sagan:
Y no lo decimos con el ánimo de que el escéptico regrese a pregonar a los cuatro vientos la existencia de los OVNIS, sino más bien con el deseo de que no retorne, ya que así dejará de confundir a los lectores bienintencionados que tienen la desgracia de echar una ojeada a sus artículos.
miércoles, octubre 31, 2007
Contactos Extraterrestres fue la primera publicación mexicana dedicada por completo al llamado fenómeno ovni. Editorial Posada la publicó de 1975 a 1982, fueron 145 números. Colaboraban, entre otros, Pablo Latapí, Héctor Chavarría, Fernando Téllez, Ariel y Fausto Rosales, Mauricio-José Schwarz, Luis Ruiz Noguez y Héctor Escobar.
El 19 de julio de 1978 salió a la venta el número 41, en aquel entonces su director era Ariel Rosales, posteriormente el puesto lo ocuparía Héctor Chavarría Liu.
Antes de pasar al verdadero motivo de estas líneas, veamos un poco el contenido.
En la portada aparecía la fotografía de un OVNI que había sido avistado en Ciudad Satélite el seis de marzo de ese año, el testigo era un joven de catorce años, los pormenores los detallaba el ufólogo Pablo Latapí Ortega. El caso es realmente interesante, pues al parecer no se trata de un fraude y las explicaciones que se plantearon en ese momento (lámpara colgante, objeto lanzado al aire) no resolvían el enigma. Como tantos otros, éste es un caso abierto... El investigador Héctor Escobar, en su libro 500 años de Ovnis en México (Corporativo Mina, 1996), lo incluye en su lista de informes con alto grado de extrañeza; pero aclara lo siguiente: “Aunque la fotografía es bastante interesante es necesario hacer algunas precisiones. La fotografía fue tomada con una cámara Polaroid, por lo cual no hay negativo de la misma. En la opinión de una de las personas que investigó el caso (Héctor Chavarría) el objeto pudiera ser una maqueta suspendida en un alambre.” Los creyentes dirán que no podía esperarse un comentario diferente, pues Chavarría es un debunker o detractor del tema.
Y precisamente en el editorial del número que comentamos escriben sobre Martin Gardner, quien, a partir de su interpretación de la película “Encuentros cercanos del Tercer Tipo”, expuso su punto de vista acerca de la ufología en The New York Review of Books. Escriben en Contactos Extraterrestres: “A lo que ha dado lugar esta situación (la presentación de la película como un documento ufológico) ha sido precisamente a reacciones como la de Gardner, quien al igual que los otros detractores oficiales de todo aquello que huele a paranormal –Isaac Asimov, Paul Kurtz, etc.- sólo está esperando una oportunidad para lanzar sus ataques en la forma en que lo ha hecho. Y lo grave del asunto es que esta gente no está dispuesta a entablar discusión con la mente abierta; por el contrario: se niega rotundamente a aceptar que el fenómeno OVNI sea digno de una discusión científica. ¡Y más cerrazón que ésta es difícil de encontrar!”
En un artículo titulado “Mis contactos con Hynek” Antonio Rivera también se refería a otros detractores: Donald Menzel y Philip Klass. De igual forma, se publicó un artículo en el que Erich Von Daniken se expresaba sobre “el misterio de Sirio y la tribu Dogon”, misterio que, según recientemente expresó Jaime Maussán, “tiene a los científicos en un callejón sin salida”, ¿de verdad?, pues aquí puede encontrarse una respuesta al supuesto enigma.
Dejemos ya de lado los asuntos ufológicos y pasemos a lo que nos interesa en esta entrada: el sexo en la ciencia ficción mexicana.
En la página 41 nos encontramos con las siguientes líneas: “Aunque incipiente, la ciencia ficción en lengua española empieza a tratar todo tipo de temas, hasta aquellos que hace unos años aún se consideraban demasiado ‘atrevidos’. Un magnífico ejemplo ofrece este cuento de un joven escritor mexicano que hoy publicamos. En él lo extraterrestre adquiere una dimensión terriblemente sensual y vigorosa.” El cuento en cuestión se titula Amante y fue escrito por Mauricio-José Schwarz, a quien agradecemos su permiso para publicar su trabajo.
AMANTE
Mauricio-José Schwarz
La mujer sentada sobre la piedra ajena del planeta ajeno soñaba sueños que nadie antes había soñado, que nadie se había atrevido a soñar. Su cabeza se balanceaba lentamente sobre su cuello al ritmo de cantos que nadie jamás se había atrevido a cantar. Sus manos como dos blancos peces muertos sobre sus piernas se crispaban repentinamente y luego volvían a su muerte original. La tela suave de su blusa se pegaba a su cuerpo empapado en sudor.
Un grito. Un grito jamás escuchado la volvió a la realidad, sus uñas enterrándose inmisericordemente en sus muslos, el sudor fluyendo por sus poros, cada pequeño músculo en tensión y una sensación de absoluto vacío en el estómago.
Quizá no había sido nada, pero sus tímpanos aún vibraban después de tan inhumano grito. Hasta la tierra del lugar parecía estar consciente de su presencia allí, donde jamás había estado un ser humano. No. En realidad había habido quince, pero catorce de ellos estaban ahora enterrados junto a la chatarra que había sido la nave interestelar “Von Klaus”.
La “Von Klaus” visitaba un sistema solar inexplorado. Había permanecido en cierto sector espacial durante más de un mes, sin nada especial que reportar, cuando apareció. Un planeta, inexistente, indetectado, apareció súbitamente en los instrumentos de la nave.
Los minutos que transcurrieron después de la aparición resultaron demoníacos. La incredulidad se pintó en los rostros de hombres y mujeres entrenados para vivir en un universo explicado por la ciencia. En tal universo, ciertos fenómenos no podían ocurrir.
Si lo que ocurría era imposible, entonces no estaba ocurriendo, rezaban los cánones.
En cada cerebro se formó una explicación plausible: alucinación colectiva, falla en los instrumentos, proyección holográfica.
Pero resultó ser, simplemente, un planeta. Un planeta que apareció de la nada.
La tripulación reaccionó, primero, con diversión inquieta, después con franco temor y, por último, con un pánico desatado que el propio comandante, quien durante más tiempo conservó la cabeza, fue incapaz de controlar, para terminar uniéndose ruidosamente al caos.
El origen del caos fue el informe de máquinas.
Todo el combustible había desaparecido. La “Von Klaus” empezó a caer hacia la alucinación-falla-proyección.
* * * *
Una nave cayendo. Un plateado estilete con una cauda de fuego que crece conforme el gigantesco vehículo va adentrándose en una atmósfera cualquiera. Fricción que derrite y rompe las paredes, fuerzas enormes en contraposición luchando como dos colosos por reventar la frágil estructura que protege la vida de quince trozos de protoplasma pensante, sensible. Dentro de la nave, un silencio enloquecedor que debe llenarse golpeando, aullando en una atávica involución hacia los alaridos del protohombre en la llanura a la vista del leopardo. Un aquelarre prolongado por una eternidad de cinco, quizá seis minutos, dentro de una nave fabricada cuidadosamente por quinientos obreros, ejércitos de mineros, ingenieros, matemáticos, físicos, técnicos. Una nave, el trabajo de tantas manos, tantos cerebros, destruida para todo efecto práctico en menos de siete minutos. El pequeño fracaso dentro del gran fracaso.
Y un choque final, concluyente, rotundo. Tal vez demasiado suave, tal vez no demasiado destructivo. Sólo una masa de metal ardiente y catorce cadáveres en todas las posiciones y una mujer con los ojos nublados por el llanto y el corazón retorcido por el pánico, recorriendo una inerte nave buscando otro sobreviviente. Una mujer saliendo inconscientemente -¿siendo sacada?- hacia un planeta de atmósfera y demás características desconocidas. Cayendo a la tierra amarilla de un planeta sin nombre. La carrera desesperada hasta caer exhausta, sollozando, a veinte metros de la catástrofe y desmayándose mientras soñaba una voz que decía “Duerme, duerme. Lo peor ya ha pasado”. Y la voz podría haber sido de su padre, o del comandante de la “Von Klaus”, su amado.
* * * * *
La primera mañana comenzó, para ella, con el sorprendente descubrimiento de que estaba viva. De algún modo se sentía ligera y calculó unas tres cuartas partes de la gravedad terrestre para el lugar. La atmósfera no le producía ningún efecto notorio, pero apenas se detuvo a pensar en la altísima improbabilidad matemática de hallar un planeta habitable. Empezó a andar directo hacia los restos de la “Von Klaus” con una sola idea en la mente: su comandante.
Porque Gloria había sido la compañera de Ben durante años. Cuando se iniciaron las pruebas a los aspirantes a formar parte de la tripulación de la “Von Klaus”, Ben y Gloria habían jurado ir los dos o quedarse ambos en la Tierra. Y Ben y Gloria habían estado haciendo el amor cuando el planeta apareció.
El casco de la nave estaba tibio aún, y Gloria subió por un agujero, quemándose una mano. En su interior todo era cuerpos y sangre, destrucción, olor a quemado. Recorrió los pasillos que habían representado seguridad en el espacio y en el hiperespacio, los camarotes donde los miembros de la tripulación habían dormido y cantado y hecho el amor. Llegó al puente de mando y encontró los cadáveres de tres jóvenes ingenieros. Habían sido bien parecidos, pero ahora sólo se les podía reconocer por las placas de aluminio que colgaban de lo que habían sido sus cuellos. Gloria avanzó hacia el control de máquinas, sin saber si estaba aturdida o enloquecida, volteando cuerpos sin ningún sentimiento de asco ni de dolor, buscando tan solo una placa que dijera “Comandante” en algún cuello. Entró al cuarto de máquinas y lo supo al verlo.
Ben no estaba muy desfigurado. Una barra del inutilizado reactor había saltado atravesándolo y colgándolo en la pared. Gloria gritó y nuevamente salió de la nave sin intenciones de volver.
Después de caer al suelo, empezó a correr hacia un pequeño bosque que estaba muy cerca. Apenas pudo dudar si dicho bosque había estado allí esa mañana. Cayó antes de llegar al primer árbol y nuevamente quedó inconsciente.
Despertó como una hora después, con el recuerdo de Ben latiéndole en el cerebro y volvió la cabeza para ver el cadáver de la “Von Klaus”. Un árbol le impedía verla del todo y, cuando empezó a moverse para hacerlo, se dio cuenta.
La nave estaba a unos cincuenta metros. El bosque había estado a unos cien metros de la nave y ella había perdido el conocimiento a medio camino.
“¿Qué está pasando?”, se interrogó Gloria. Estaba segura de que el bosque había avanzado durante su desmayo. Se puso de pie violentamente y vio, a la altura de sus ojos, una fruta, la única que colgaba del árbol, una especie de híbrido entre pera y manzana. ¿Un árbol con una sola fruta?
Miró a su alrededor. Un típico bosque de pinos la circundaba. El único árbol frutal a la vista era el que estaba frente a ella. Su cerebro de bióloga empezó a hacerse preguntas, olvidando de pronto su anterior desgracia, tensándose al enfrentar nuevos enigmas. ¿Un frutal tropical en medio de un bosque de pinos? Imposible. ¿Un frutal con una sola fruta? Misma respuesta. Y entonces Gloria se percató de otro inquietante hecho: El silencio.
Todo bosque tiene animales. Animales para toda hora del día, ruidos diferentes que cubren las veinticuatro horas (en la Tierra). Luego, Gloria miró el piso: ni una sola piña sobre la tierra. ¿Alguien ha oído de un pinar que no arroje sus semillas al suelo? Contuvo el aliento buscando un sonido. Un paisaje terrestre debía tener características terrestres también en su fauna.
Nada.
Desesperada, dispuesta a aceptar ya casi cualquier cosa, estiró una mano y tomó el fruto. Era suave y se veía jugoso. Lo mordió y recibió el néctar suave y el sabor más agradable que hubiese probado. En ese momento se dio cuenta de que llevaba casi veinticuatro horas sin probar bocado. Comió ávidamente, sin pensar en nada más. Cuando terminó, descubrió, sorprendida, que el fruto era del tamaño exacto para saciar su hambre y su sed. Un poco menos la hubiese dejado insatisfecha. Un poco más y no hubiese podido terminarlo. Miró a su alrededor.
Piñas.
De pronto la tierra se veía cubierta de piñas, como si una mano gigante hubiese sacudido los pinos silenciosamente y éstos hubiesen caído de igual manera mientras ella comía. Un ave empezó a cantar y Gloria huyó de nuevo hacia el yermo, alejándose del bosque hasta pasar junto a la “Von Klaus” y seguir su camino. Anochecía en el extraño planeta cuando Gloria se sentó a descansar, tratando de ordenar la extraña sucesión de hechos. En síntesis, se trataba de una colección de imposibilidades que debían tener una explicación. Pero, fuese cual fuese la explicación y la causa, olían a peligro.
Esa noche vino el grito que despertó a Gloria.
Y al mirar hacia el frente, tratando de ajustar sus ojos a la oscuridad, vio a un hombre caminando hacia ella. La incipiente luz del alba, que surgía a espaldas de Gloria, tocó la cara del hombre y ella lanzó un grito.
-¡Ben! –en su cerebro empezaron a chocar las ideas. De pronto sintió frío-. ¡Pero estás muerto!
-Depende de la definición –dijo el hombre, con el mismo tono oscuro de voz que Ben usaba para ordenar-. Ben, el Ben que tú conociste, está muerto. Pero yo soy igual a él. Una copia genética exacta, el depositario de su memoria.
-¿Quién es usted? ¿Qué quiere? –chilló Gloria-. ¡No se acerque!
-Sólo quiero volver a ti, Gloria. Podremos pasar nuestra vida aquí y todo será como antes. Tú y yo.
-¡Ben está muerto!
-¡Qué más da? Ben y yo somos idénticos.
-¡No! –el grito de Gloria fue seguido por una huida. Las piernas le dolían a causa de las tensiones de los dos días anteriores, y la aparición empezó a correr tras ella, llamándola.
-¡Gloria! ¡Escucha, no quiero mentirte! ¡Espera, no me acercaré más, lo juro!
Al escuchar esto, Gloria se volvió y miró al hombre, de pie. Ella se detuvo, manteniendo una buena distancia entre ellos. Lo estudió: los mismos rasgos. El oscuro cabello ensortijado, la mirada inescrutable, sí, pero faltaba la cicatriz que Ben había sufrido en una pelea en el Village. Mientras Gloria pensaba esto, la cicatriz empezó a tomar forma en la frente del hombre, hasta quedar tal y como ella la recordaba. Señaló la frente del hombre con un dedo tembloroso.
-No huyas más –dijo él-, es verdad que soy grande, pero hasta para mí es difícil controlar varias variables a la vez.
-¿Quién es?
-No lo sé. Sólo sé que soy, Gloria. Soy y, hasta que ustedes llegaron a esta zona del universo, el tiempo no tenía significado para mí, ni el espacio. La materia era un simple accidente en la infinitud del espacio. Andaba entre las estrellas, vagando, hasta que sentí una tremenda fuerza atraerme, llamarme. Percibí –vi- la nave, y entré en ella hace días.
-¡Usted tiene la culpa de la muerte de mi gente! –era una afirmación, una pregunta y un reto.
-Escucha. Los miré a todos, aprendiendo, comprendiendo. Descubrí que, pese a los millones de años que he existido, era un niño en muchas cosas. Pero, de entre todas las experiencias que tuve, la más maravillosa fue cuando vi que los “hombres” y las “mujeres” se introducían en una... un camarote, eso, y entonces se quitaban la ropa y...
-¡Nos ha estado espiando! –gritó Gloria enfurecida.
-Espiar... espiar... –meditó brevemente la copia de Ben-, bien, creo que sí, lo siento, pero... cuando los vi, los sentí, tuve el deseo inmediato de poder experimentarlo... una idea me vino a la mente, en realidad, yo era pura mente entonces, y me materialicé de pronto.
-¿Usted es este planeta?
-Sí, Gloria, soy el planeta y los árboles y la fruta y el ave y el propio Ben que estás viendo.
-¡Pero asesinó a todos!
-Bueno... sí, pero no a todos, Gloria, te salvé a ti, te hice un bosque, te di de comer porque te amó, Gloria, y quiero... hacer esto, el amor, eso, contigo, para siempre.
Gloria gritó desgarradamente, empezando a comprender la monstruosidad del asunto. El ser continuó.
-No llores, eso... es malo, ¿no? Yo... por eso soy igual que Ben. Es lo mismo, recuerdo todo lo que él... digamos, el brazalete de plata que traje de la India cuando fui a meditar...
-Eso lo hizo Ben, no usted... ¡usted... es una... cosa!
-Bien, sí. ¿No te gusta Ben ya más?, -diciendo esto el ser empezó a transformarse, tomando el cuerpo del más hermoso Apolo que mujer alguna haya visto jamás-. Puedo ser un ideal físico con el cerebro de un genio... ¿me querrás así?
Gloria empezó a correr, incapaz de seguir viendo y escuchando a tan satánico ser. Gritó en su carrera y de pronto, de la arena amarilla el Apolo surgió nuevamente casi frente a ella. Se paró para no caer en sus brazos y, antes de dar la vuelta, sintió que dos manos la aprisionaban por los tobillos.
-¿Qué deseas? Dime, Gloria. Yo puedo hacer palacios, jardines, música. Hasta puedo poner a tu servicio un ejército de hombres. Claro... eso tomaría tiempo, yo... aún no tengo práctica...
Gloria pateó hasta librarse y empezó a correr de nuevo. El hombre la miró alejarse tristemente. Treinta metros más allá, Gloria resbaló y cayó. Dos manos frenéticas tomaron sus muslos, subiendo. En la arena apareció la cara sonriente del ser.
-Mi amor –dijo él.
Un grito.
En un planeta desconocido, ignorado, una hermosa mujer recorre las calles de las más bellas ciudades, camina por las veredas de los jardines más prefectos y se sienta en bancos que de inmediato se transforman en insaciables sementales de todas formas y colores. Se recuesta en árboles y muros de los que salen brazos prontos a rodearla, se viste con ropas que aprietan su hermoso cuerpo y sólo su mirada perdida y sus carcajadas enloquecidas desentonan con tal paraíso.
lunes, octubre 08, 2007
Cuando un escéptico muestra su desconfianza hacia las afirmaciones de los ufólogos, de inmediato se dice que el escéptico considera imposible que exista vida extraterrestre inteligente, sin embargo tal aseveración es falsa (y parece hacerse con el fin de que se le vea como una persona arrogante, engreída o egoísta).
En lo particular no solamente considero posible que existan seres extraterrestres inteligentes, sino que extraterrestres pudieran haber logrado desarrollar los viajes interestelares y que pudieran haber visitado nuestro planeta en su pasado, o que lo estén haciendo en la actualidad, o que pudieran llegar a hacerlo en algún futuro lejano o cercano (claro que una cosa es lo que yo considere posible y otra lo que realmente suceda). Mi desconfianza hacia las afirmaciones de los ufólogos se basa en dos cosas: su forma de “investigar” y argumentar, y la ausencia de verdaderas pruebas.
¿Por qué las pruebas de los ufólogos no son convincentes? Porque pueden ser explicadas de forma mucho más sencilla. Las supuestas fotografías de extraterrestres o de platillos voladores no necesitan, para ser explicadas, de la presencia de extraterrestres en nuestro mundo; muñecos y maquetas bien pueden explicar esas “evidencias”. Y como ejemplo está la llamada autopsia extraterrestre. Los ufólogos de vanguardia consideraron que la cinta con la que Santilli hizo negocio era una prueba evidente (negar su autenticidad era no darse cuenta de la verdad ni cuando se tiene frente a las narices), sin embargo, el día de hoy se ha recreado tanto el muñeco como la “autopsia”. Para ver otros ejemplos el lector puede visitar Perspectivas#
¿Y qué puedo expresar con respecto a su forma de investigar? No agotan todas las posibles explicaciones, son sensacionalistas y exagerados, y son ellos mismos quienes impiden que se puedan encontrar respuestas validas. Ejemplo: Basta con navegar un poco en internet para percatarnos de que en realidad la “esfera Victoria” es sólo chatarra espacial (y no una de las esferas de las naves de los venusinos que supuestamente contactaron con Adamsky), ¿tarea difícil para los ufólogos de vanguardia? Otro ejemplo es el “extraterrestre de Mérida”, en este caso nos quieren presentar como evidencia el informe de un señor que se hace pasar por científico. Aún suponiendo que el caso fuera real, la torpeza (si es que también son víctimas del “científico” y no sus cómplices) se encuentra en el hecho de no haber verificado las credenciales de Jorge Guerrero de la Torre. Un último ejemplo que muestra la “seriedad” de los insolitólogos: mientras escribo estas líneas (domingo 7 de octubre), Maussán -en Los Falsos Misterios del Tercer Milenio- habla solemnemente acerca de las afirmaciones de J. J. Benítez con respecto a las supuestas ruinas extraterrestres que se encuentran en la Luna y cuyas imágenes presentó en Planeta Encantado.
A pesar de lo anterior, no falta el despistado que se deja sorprender por los ufólogos sensacionalistas y que expresa “De grande quiero ser ufólogo, ¿dónde puedo estudiar?”
La física Antígona Segura Peralta, en el más reciente número de la revista “¿Cómo ves?” (el 107), escribe acerca de la verdadera búsqueda de vida extraterrestre. Al inicio de su artículo cuenta la siguiente anécdota:
SUBO AL TAXI.
-A la Universidad, por favor.
El taxista asiente con la cabeza y unos minutos después me pregunta:
-¿Trabaja o estudia ahí?
-Trabajo –le digo.
-¿Es profesora? –continúa el taxista preguntón.
-Investigadora –aclaro.
-¿De veras?, ¿y qué investiga?
Deben aburrirse muchos los taxistas.
-Detección de vida extraterrestre –respondo de manera escueta, pero con la intención de ser clara.
-¿Como Maussan?
Palabras más o menos, ésta es una de las clásicas conversaciones que sostengo con los taxistas. Para la mayoría de las personas, taxistas o no, las referencias sobre la vida extraterrestre vienen de las películas de Hollywood o, aún peor, de la pseudociencia. Por supuesto no han oído hablar de la astrobiología, la ciencia que estudia el origen, evolución y distribución de vida en el Universo –y cuando lo menciono, la confunden con la astrología.
Algo similar cuenta Carl Sagan en “El mundo y sus demonios”:
Cuando bajé del avión, el hombre me esperaba con un pedazo de cartón en el que estaba escrito mi nombre. Yo iba a una conferencia de científicos y comentaristas de televisión dedicada a la aparentemente imposible tarea de mejorar la presentación de la ciencia en la televisión comercial. Amablemente, los organizadores me habían enviado un chofer...
Mientras nos instalábamos en el coche para emprender el largo recorrido, con los limpiaparabrisas funcionando rítmicamente, me dijo que se alegraba de que yo fuera “el científico aquel” porque tenía muchas preguntas sobre ciencia. ¿Me molestaba?
No, no me molestaba.
Y nos pusimos a hablar. Pero no de ciencia. Él quería hablar de los extraterrestres congelados que languidecían en una base de las Fuerzas Aéreas cerca de San Antonio, de “canalización” (una manera de oír lo que hay en la mente de los muertos... que no es mucho, por lo visto), de cristales, de las profecías de Nostradamus, de astrología, del sudario de Turín...
Sagan llega a la conclusión de que ese chofer: “Tenía un interés natural en las maravillas del universo. Quería saber de ciencia, pero toda la ciencia había sido expurgada antes de llegar a él. A este hombre le habían fallado nuestros recursos culturales, nuestro sistema educativo, nuestros medios de comunicación. Lo que la sociedad permitía que se filtrara eran principalmente apariencias y confusión. Nunca le habían enseñado a distinguir la ciencia real de la burda imitación. No sabía nada del funcionamiento de la ciencia.”
Uno de los problemas con la pseudociencia es que se interpone entre las personas y la ciencia. Mucha gente no distingue entre ciencia y pseudociencia, de esa forma los cazadores de fantasmas, los astrólogos y los ufólogos sensacionalistas llegan a ser considerados científicos. El artículo de Segura Peralta es una guía para aquellos estudiantes de preparatoria que pudieran estar interesados en dedicarse en serio a buscar vida extraterrestre (no a las payasadas ufológicas), o más específicamente al estudio del origen, evolución y distribución de la vida en el Universo.
Y no se trata de un camino fácil. No se trata de pasarse el día en la azotea de un edificio esperando que pase un globo con la forma de Bob Esponja para después presentarlo como el paso de un “humanoide volador”. Tampoco se trata de recolectar videos de ovnis para hacer negocio con ellos. Y mucho menos de aceptar crédulamente cualquier historia de encuentros con extraterrestres. ¿De qué se trata? De estudiar. La científica describe el camino que puede seguir el interesado (de la licenciatura al trabajo como investigador).
“¿Y ya encontraron extraterrestres?” Es el título de la última parte de su artículo, y la respuesta es la siguiente:
“Ésa es la pregunta que me hacen cuando digo que me dedico a la búsqueda de vida en otros planetas. La respuesta suele ser decepcionante: no, no hemos encontrado extraterrestres. Podría parecer que los astrobiólogos hemos fracasado, pero no es así. Estamos construyendo nuevos instrumentos que nos permitirán detectar señales de vida en planetas que giran alrededor de otras estrellas (véase “Mundos como la Tierra”, ¿Cómo ves? No. 80) y hemos contribuido a conocer mejor nuestro planeta y los organismos que lo habitan. De esta forma impulsamos el desarrollo de nuevas tecnologías, la exploración y el cuidado de nuestro mundo. La astrobiología es la ciencia que le mostrará al ser humano su lugar en el Universo.”
domingo, agosto 26, 2007
He dedicado varias entradas de este blog al llamado Platillo volador de las Lomas, en una de esas entradas escribí sobre lo afirmado por el ex vigilante Pedro Ramírez. Aunque no lo hice, pensé que sería interesante ponerme en contacto con Ramírez para obtener más información sobre lo que sabe sobre el caso de las Lomas. Hace algunos días el escéptico Luis Ruiz Noguez me hizo saber de la plática que la ufóloga Ana Luisa Cid mantuvo tanto con Carlos Guzmán Rojas como con el ex colaborador de Jaime Maussán.
Agradezco el permiso de Ana Luisa Cid para transcribir la entrevista que le realizó a Ramírez. Esta entrevista (así como la realizada al representante en México de MUFON) puede encontrarse en la página de la ufóloga.
Pedro ¿tú fuiste parte del equipo que investigó el ovni de las Lomas?
Así es, incluso fui la primera persona en conocer el video. Lo recibí en un casete VHS, dentro de un sobre y con una carta.
(Esto fue el viernes 26 de septiembre de 1997, cuando era colaborador de Jaime Maussan).
¿Qué decía la carta?
Para empezar te diré que estaba mal redactada y con evidentes faltas de ortografía. Decía que habían visto un objeto bamboleándose entre unos edificios y que tomaron video, usando sin permiso, la cámara de su jefe. Que estaban comiendo (en su lugar de trabajo) cuando tuvieron el avistamiento, pero no ponían la dirección.
¿La misiva estaba firmada por una persona de nombre José Valles?
Sí, la firmaba un tal José Valles y solicitaba anonimato. Después supimos que era un seudónimo.
¿Qué hiciste después de ver el video?
Avisarle a Jaime Maussan, que estaba en una oficina contigua. Entonces todos se reunieron alrededor del televisor y ya te imaginarás los comentarios. Inmediatamente después se presentó el video en televisión, al día siguiente, desde Ciudad Juárez, Chihuahua.
¿El sábado 27 de septiembre?
Así es, el programa “Tercer Milenio”, en ese entonces, pasaba los sábados y los domingos.
El sábado 27 se transmitió un fragmento del video, como un avance de lo que se vería el domingo, y ya desde día se presentó como la “súper evidencia”, “la mejor evidencia ovni grabada en México”… y creo que eso fue un error, ya que no se debe dar por bueno un material sin investigarlo, con decirte que ni siquiera sabíamos dónde se había grabado.
¿Cómo obtuvieron el dato de la ubicación?
En el programa del domingo (28 de septiembre de 1997) Jaime dijo que si alguien sabía más del video, así como la ubicación de los edificios, se pusieran en contacto con “Tercer Milenio”. Y al día siguiente es cuando una persona habló para decir que la zona era Lomas del Chamizal (edificios Royal Reforma). Entonces, ese mismo lunes, se fueron al lugar Jaime Maussan y Daniel Muñoz.
¿Es cuando encontraron a Cassandra López quien aseguró ser testigo del avistamiento?
Sí. Aunque yo creo que Cassandra vio el video en la televisión y de ahí sacó su testimonio.
¿Tú que investigación realizaste?
Bueno, pues estudiando el ángulo del video y el tiro de la toma, llegué a la conclusión que sólo pudo haber sido grabado desde el edificio Reforma Laureles, así que fui varias veces al lugar. Encontré que en el penthouse está una agencia de publicidad, que son los que hacen los comerciales virtuales de los partidos de fútbol. Entrevisté al encargado del mantenimiento, una persona de nombre Emilio Osorio, quien aseguraba que el ovni era real, pero más bien lo hacía por protagonismo y porque lo vio en el programa.
Después contacté con personas de la limpieza y con la jefa de intendencia, ellas me dieron buena información que me aproximó al autor del video, y con la ayuda de una amiga que hizo una llamada telefónica, encontramos que es un joven que trabaja en esa agencia de publicidad del penthouse, la empresa se llama “Publicidad Virtual”.
El autor del ovni de las Lomas es un especialista en efectos virtuales y reconoció que hizo el video porque quería jugarnos una broma, pero nunca imaginó los alcances que esto iba a tener, incluso nos “pidió perdón” a Jaime Maussan y a mí. Hasta nos confesó que él pensaba que no haríamos caso de su video, por ser anónimo, y casi estaba seguro que íbamos a tirar el casete al bote de basura, claro que después de verlo.
Como dato adicional te diré que el autor del “ovni” de las Lomas es familiar de alguien muy conocido del medio artístico, de Televisa. De momento no puedo decir su nombre, aunque el seudónimo que usó para firmar la carta tiene concordancia con su nombre real.
De hecho esto lo sabe mucha gente, hasta él mismo lo platica cuando el tema sale a relucir. También nos explicó que, como el video es de pocos segundos, fue relativamente fácil hacerlo y que en un fondo de cielo gris se nota menos la animación.
Mira, desde un principio había indicios de algo irregular y de que había profesionales de la edición detrás de esto, ya que el casete VHS, en el cual llegó el video, era de 5 minutos de duración. Tú sabes que esos casetes no los consigues en cualquier parte, sólo en lugares especializados, porque lo común es encontrar los VHS pero de 2 horas. Tampoco es común que un aficionado use material de ese tipo.
¿Y los demás testigos que dijeron haber visto al ovni?
Para empezar fueron como 8 personas, a lo mucho. Y como te decía anteriormente, el hecho de haberlo pasado en televisión puede influir para encontrar “testigos”.
¿Por qué no se dio a conocer tu investigación oportunamente?
Porque me pidieron guardar silencio. Para algunos esto es un negocio y no convenía desacreditar el caso.
¿El autor solicitó alguna remuneración económica?
No, él nunca pidió dinero. Después te mostraré unas grabaciones que tengo para que veas las negociaciones que se hicieron con ese video, aunque es incorrecto que otra persona venda el material que no es de él. Hoy considero que hubo una doble intención, tengo la certeza de ello.
¿Una doble intención?
Así es, porque aún sabiendo que el video era falso, se comercializó y se siguió dando por bueno.
(La investigación concluyó en un lapso de dos meses, de acuerdo al entrevistado).
Regresando al tema del autor ¿es verdad que es extranjero con residencia ilegal en nuestro país?
No, eso es falso. Eso lo dijo Emilio, el encargado del edificio, para hacernos creer que sabía mucho del autor.
¿Y la versión de que el video fue creado por SIGGRHAP, de la UNAM, como un experimento social?
Tampoco es cierto. Lo del experimento social y la UNAM lo dijo Héctor Chavarría (investigador escéptico), pero hace como 2 ó 3 meses platiqué con él y le expliqué cómo estaban las cosas.
¿Cuándo darás a conocer el nombre del autor?
Cuando tenga un foro para hacerlo. Yo tengo su autorización para informar esto y quizás hasta él me acompañe.
¿Te refieres a un foro en televisión?
Sí, un foro en televisión.
Bueno, tú tenías un segmento por televisión llamado “Fraudes al descubierto” y nunca tocaste el tema ¿por qué?
Porque cuando lo comenté con el productor no le interesó el caso, pero ya habrá la oportunidad de hacerlo.
¿No le perjudica al autor que lo presentes en los medios?
No, ya pasó mucho tiempo. Quizás hace 10 años sí, pero ahora no creo que tenga problemas.
¿Él sigue laborando en la empresa de publicidad que mencionaste?
Sí, hasta donde yo sé, él sigue trabajando ahí.
Gracias Pedro por otorgarme esta entrevista y también por la autorización para difundirla
Gracias a ti Ana Luisa y seguiremos en comunicación.
Después de la entrevista, Ana Luisa Cid añade los siguientes datos:
Indagando más datos, encontré en Internet la página de una empresa de publicidad que está precisamente en el penthouse del edificio Reforma Laureles y que su nombre corresponde con el que refirió el investigador (“Publicidad Virtual”).
http://www.publicidadvirtual.com/sitio/
Comentando con Pedro Ramírez sobre este sitio web, confirmó que se trata de la misma agencia donde realizó la pesquisa.
En la citada página se lee que “Publicidad Virtual” es una empresa 100% mexicana que utiliza avanzados sistemas para insertar elementos gráficos -creados por computadora- sobre imágenes de video real. Son los creadores de los comerciales virtuales de los partidos de fútbol, entre otras cosas, y su destacado trabajo les ha merecido importantes reconocimientos. También ahí se informa que la primera inserción virtual, en la televisión mexicana, fue en el mes de diciembre de 1995.
Hace tiempo algunas personas del Discovery Channel trataron de recrear el video de las Lomas, sobre este punto la ufóloga expresa:
Cabe mencionar que -hace dos años- los creativos de Discovery Channel (X-Testers) visitaron Lomas del Chamizal, con la finalidad de reproducir el “ovni”.
En mi opinión, no lo emularon exactamente, en virtud de que no emplearon programas de inserción virtual, sino maquetas y modelos a escala.
Por tanto, el que “ni Discovery Channel logró reproducirlo”, como dicen algunos, es una premisa de poco peso para sustentar la veracidad del caso.
Por ahora se me ocurren las siguientes preguntas: ¿Por qué Jaime Maussán nunca habló de la existencia de "Publicidad Virtual"?, ¿por qué Daniel Muñoz tampoco lo hizo?, ¿desde cuándo se ubica esa empresa en ese edificio?
Y como ya escribiera anteriormente, seguramente hay muchas sorpresas aguardándonos sobre este caso.