miércoles, julio 20, 2005

Sed de maravillas




El mundo real nos proporciona suficientes motivos
de admiración y sobrecogimiento.
La naturaleza tiene mucha más capacidad
para inventar prodigios que nosotros.
Ellie Arroway en Contacto de Carl Sagan



Existe la idea de que los charlatanes tienen garantizado un espacio en los medios de comunicación porque la gente necesita de las maravillas que venden. No sé si la presencia de los “investigadores de lo paranormal”, adivinos, astrólogos y cazadores de fantasmas, haga que más gente sintonice algún programa. Cierto que, cuando Carlos Trejo se presenta en Otro Rollo, no faltan los que llaman para contar su experiencia con los seres del más allá, pero hay algo más, no sólo se trata de que el público se sienta fascinado con las historias de fantasmas.

Las afirmaciones de personajes como Carlos Trejo o Jaime Maussán pueden maravillar al público, pero la ciencia también es capaz de hacerlo. La ciencia y el escepticismo pueden presentarse de forma atractiva.

Veamos un ejemplo de las maravillas que podemos encontrar al leer divulgación científica.

El tema de la vida extraterrestre invariablemente despierta interés en el público, el físico Armando Arellano Ferro afirma que siempre que da alguna conferencia la gente termina preguntándole sobre agujeros negros y ovnis (aunque otro haya sido el tema de su plática).

¿Qué se requiere para buscar vida extraterrestre?, ¿qué se necesita para buscar planetas habitables alrededor de otras estrellas? ¿Subir a la azotea de un edificio con cámara fotográfica en mano?, ¿esperar con nuestra cámara de video el paso de una nave extraterrestre para filmarla?

¿Cómo se investiga si hay vida extraterrestre? ¿Recopilando fotografías y videos de OVNIs y supuestos extraterrestres? ¿Mostrando esferas “misteriosas” en conferencias desatinadas?
Antígona Segura Peralta es investigadora en el Laboratorio Virtual de Planetas (proyecto del Instituto de Astrobiología de la NASA), estudió física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, su maestría y doctorado los obtuvo en la UNAM. ¿Cómo ves? es una revista de divulgación científica de la UNAM, en el número de este mes Antígona Segura nos explica lo que ella y sus colegas están haciendo para localizar planetas habitables alrededor de otras estrellas.

En el Universo hay entornos que van desde nubes heladas de polvo y gas hasta estrellas de superficies ardientes –explica Antígona-, pero pocos sitios cumplen con las condiciones que requiere la vida. De esas condiciones escribe en la primera parte de su artículo:

Hasta donde sabemos, la vida sólo puede originarse donde se cumplan tres requisitos mínimos: materias primas como el carbono y el nitrógeno, al menos una fuente de energía –como la luz de una estrella- y una sustancia líquida que facilite las reacciones químicas que requiere la vida para generarse y evolucionar.

A continuación hace un breve recorrido por los planetas vecinos y explica si existen las condiciones necesarias para que pueda surgir la vida (desgraciadamente los datos no son muy alentadores). Al final de ese viaje explica: Este paseo nos deja claro que el tamaño sí importa, pues un planeta habitable tiene que ser suficientemente grande como para retener su atmósfera y mantener procesos geológicos activos –vulcanismo y generación de corteza-. Esto lo limita a tener una masa de al menos la mitad de la terrestre. Y si el planeta es muy grande, tendremos un mundo gaseoso incapaz de albergar vida: así, un planeta habitable debe tener menos de 10 veces la masa terrestre.

Antígona explica una de las definiciones más útiles de la astrobiología: la de zona habitable de una estrella, que es la región de su entorno donde un planeta puede tener agua líquida en la superficie. Esta zona va desde el punto donde el planeta puede conservar el agua sin que el calor del planeta la evapore, hasta el punto donde la energía estelar ya no sea suficiente y el agua empiece a congelarse.

Y de entre todas las estrellas de la galaxia ¿en cuáles buscar? Sólo en aquellas que viven lo suficiente para que la vida aparezca y se desarrolle. ¿Con cuántas nos quedamos? Más o menos con el 99% de las que hay en la galaxia. Por fortuna, además de la longevidad de las estrellas hay otro factor que restringe nuestra búsqueda: las distancias interestelares. Entre más cercana está la estrella, mejor la podemos estudiar y más precisa será nuestra búsqueda. Dependiendo de la tecnología de detección utilizada, la muestra puede ir de unas 100 000 estrellas a unas 150.

Tenemos un problema: ¿Cómo saber desde la Tierra que un exoplaneta alberga vida?

Antígona explica que la vida ha modificado la composición de la atmósfera de nuestro planeta. Cuando se formó la Tierra su atmósfera estaba constituida principalmente de bióxido de carbono; la alta concentración de oxígeno en la atmósfera de hoy fue producida por un grupo de organismos llamados cianobacterias que obtienen energía del Sol por fotosíntesis; el oxígeno es un desecho de este proceso. El metano es otro compuesto liberado por organismos unicelulares. Estos dos elementos permanecen en la atmósfera porque los seres vivos los restituyen. Si elimináramos a estos organismos, el oxígeno y el metano desaparecerían, el primero en unos 4 000 años y el segundo en unos 10.

Y aquí llegamos a un punto interesante: No hace falta tomar una muestra directa de la atmósfera de Marte o Venus para saber de qué está hecha. Basta estudiar la luz que pasa a través de ella. Cada sustancia química absorbe componentes específicos de la luz que la atraviesa, lo que permite identificarla analizando el espectro de la luz (su distribución de energía por colores). A las características planetarias cuya presencia o abundancia se deba a la vida se denominan biomarcadores o biosañales.

¿No es extraordinario todo esto? Al final de su artículo Antígona menciona los proyectos que existen para buscar planetas extrasolares y determinar cuáles albergan vida.

En la literatura de divulgación científica encontramos suficientes motivos para maravillarnos. Lo mismo podemos decir de los programas de radio y televisión en los que se expone el trabajo de los científicos. Entonces ¿a qué se debe la presencia de tantos charlatanes en la televisión mexicana?, ¿por qué los responsables de los medios de comunicación (especialmente Televisa y TV Azteca) invitan de forma frecuente a los “cazadores de fantasmas”, astrólogos y demás divulgadores de la superstición?

Al principio comentaba que la respuesta no sólo hay que buscarla en lo que el público pide. La respuesta también está en la falta de inteligencia, cultura y sensatez de quienes realizan esos programas.

Sin ir más lejos, en una reciente emisión de Con sello de mujer (programa matutino para amas de casa) sus conductores platicaron del Discovery, y segundos después hablaron de la magia negra y de cómo protegerse de ella; es decir, para estas personas la ciencia (y la tecnología) y la magia están a la misma altura.

Otro ejemplo: una cosa es que Carlos Trejo pretenda probar la existencia de los fantasmas con un video -en el que apenas si puede verse la escena ya que se filmó en un cuarto con la luz apagada- en el que aparece un carrito de juguete que se mueve por unos segundos, y otra que quienes le escuchen se sorprendan al ver dicho video. ¿Qué tan difícil podría ser mover un juguete mediante hilos? Trucar algo así sería sumamente sencillo, sobre todo si tomamos en cuenta que apenas si puede observarse la escena (Trejo afirmó que no se trataba de un carrito a control remoto, aunque...). Pero en dicho programa nadie objetó nada, nadie dudo de lo presentado.

Esa es la otra parte del problema, no sólo son los televidentes, quienes deciden los contenidos de los programas de televisión aman a los charlatanes.

Si Adal Ramones o Jorge Muñiz tuvieran un poco de criterio se darían cuenta de que Carlos Trejo nada tiene de investigador y, en lugar de presentar a un promotor de la ignorancia, dedicarían un espacio a difundir investigaciones verdaderamente asombrosas, las investigaciones que realizan los científicos.


Página en la que se lleva la cuenta de los planetas extrasolares que se van descubriendo:
http://www.planetquest1.jpl.nasa.gov/atlas/atlas_index.cfm

Página de la revista ¿Cómo ves?:

http://www.comoves.unam.mx/

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