lunes, octubre 08, 2007

Astrobiología vs. Ufología

Cuando un escéptico muestra su desconfianza hacia las afirmaciones de los ufólogos, de inmediato se dice que el escéptico considera imposible que exista vida extraterrestre inteligente, sin embargo tal aseveración es falsa (y parece hacerse con el fin de que se le vea como una persona arrogante, engreída o egoísta).

En lo particular no solamente considero posible que existan seres extraterrestres inteligentes, sino que extraterrestres pudieran haber logrado desarrollar los viajes interestelares y que pudieran haber visitado nuestro planeta en su pasado, o que lo estén haciendo en la actualidad, o que pudieran llegar a hacerlo en algún futuro lejano o cercano (claro que una cosa es lo que yo considere posible y otra lo que realmente suceda). Mi desconfianza hacia las afirmaciones de los ufólogos se basa en dos cosas: su forma de “investigar” y argumentar, y la ausencia de verdaderas pruebas.

¿Por qué las pruebas de los ufólogos no son convincentes? Porque pueden ser explicadas de forma mucho más sencilla. Las supuestas fotografías de extraterrestres o de platillos voladores no necesitan, para ser explicadas, de la presencia de extraterrestres en nuestro mundo; muñecos y maquetas bien pueden explicar esas “evidencias”. Y como ejemplo está la llamada autopsia extraterrestre. Los ufólogos de vanguardia consideraron que la cinta con la que Santilli hizo negocio era una prueba evidente (negar su autenticidad era no darse cuenta de la verdad ni cuando se tiene frente a las narices), sin embargo, el día de hoy se ha recreado tanto el muñeco como la “autopsia”. Para ver otros ejemplos el lector puede visitar Perspectivas#

¿Y qué puedo expresar con respecto a su forma de investigar? No agotan todas las posibles explicaciones, son sensacionalistas y exagerados, y son ellos mismos quienes impiden que se puedan encontrar respuestas validas. Ejemplo: Basta con navegar un poco en internet para percatarnos de que en realidad la “esfera Victoria” es sólo chatarra espacial (y no una de las esferas de las naves de los venusinos que supuestamente contactaron con Adamsky), ¿tarea difícil para los ufólogos de vanguardia? Otro ejemplo es el “extraterrestre de Mérida”, en este caso nos quieren presentar como evidencia el informe de un señor que se hace pasar por científico. Aún suponiendo que el caso fuera real, la torpeza (si es que también son víctimas del “científico” y no sus cómplices) se encuentra en el hecho de no haber verificado las credenciales de Jorge Guerrero de la Torre. Un último ejemplo que muestra la “seriedad” de los insolitólogos: mientras escribo estas líneas (domingo 7 de octubre), Maussán -en Los Falsos Misterios del Tercer Milenio- habla solemnemente acerca de las afirmaciones de J. J. Benítez con respecto a las supuestas ruinas extraterrestres que se encuentran en la Luna y cuyas imágenes presentó en Planeta Encantado.

A pesar de lo anterior, no falta el despistado que se deja sorprender por los ufólogos sensacionalistas y que expresa “De grande quiero ser ufólogo, ¿dónde puedo estudiar?”

La física Antígona Segura Peralta, en el más reciente número de la revista “¿Cómo ves?” (el 107), escribe acerca de la verdadera búsqueda de vida extraterrestre. Al inicio de su artículo cuenta la siguiente anécdota:

SUBO AL TAXI.
-A la Universidad, por favor.
El taxista asiente con la cabeza y unos minutos después me pregunta:
-¿Trabaja o estudia ahí?
-Trabajo –le digo.
-¿Es profesora? –continúa el taxista preguntón.
-Investigadora –aclaro.
-¿De veras?, ¿y qué investiga?
Deben aburrirse muchos los taxistas.
-Detección de vida extraterrestre –respondo de manera escueta, pero con la intención de ser clara.
-¿Como Maussan?
Palabras más o menos, ésta es una de las clásicas conversaciones que sostengo con los taxistas. Para la mayoría de las personas, taxistas o no, las referencias sobre la vida extraterrestre vienen de las películas de Hollywood o, aún peor, de la pseudociencia. Por supuesto no han oído hablar de la astrobiología, la ciencia que estudia el origen, evolución y distribución de vida en el Universo –y cuando lo menciono, la confunden con la astrología.



Algo similar cuenta Carl Sagan en “El mundo y sus demonios”:

Cuando bajé del avión, el hombre me esperaba con un pedazo de cartón en el que estaba escrito mi nombre. Yo iba a una conferencia de científicos y comentaristas de televisión dedicada a la aparentemente imposible tarea de mejorar la presentación de la ciencia en la televisión comercial. Amablemente, los organizadores me habían enviado un chofer...
Mientras nos instalábamos en el coche para emprender el largo recorrido, con los limpiaparabrisas funcionando rítmicamente, me dijo que se alegraba de que yo fuera “el científico aquel” porque tenía muchas preguntas sobre ciencia. ¿Me molestaba?
No, no me molestaba.
Y nos pusimos a hablar. Pero no de ciencia. Él quería hablar de los extraterrestres congelados que languidecían en una base de las Fuerzas Aéreas cerca de San Antonio, de “canalización” (una manera de oír lo que hay en la mente de los muertos... que no es mucho, por lo visto), de cristales, de las profecías de Nostradamus, de astrología, del sudario de Turín...


Sagan llega a la conclusión de que ese chofer: “Tenía un interés natural en las maravillas del universo. Quería saber de ciencia, pero toda la ciencia había sido expurgada antes de llegar a él. A este hombre le habían fallado nuestros recursos culturales, nuestro sistema educativo, nuestros medios de comunicación. Lo que la sociedad permitía que se filtrara eran principalmente apariencias y confusión. Nunca le habían enseñado a distinguir la ciencia real de la burda imitación. No sabía nada del funcionamiento de la ciencia.”

Uno de los problemas con la pseudociencia es que se interpone entre las personas y la ciencia. Mucha gente no distingue entre ciencia y pseudociencia, de esa forma los cazadores de fantasmas, los astrólogos y los ufólogos sensacionalistas llegan a ser considerados científicos. El artículo de Segura Peralta es una guía para aquellos estudiantes de preparatoria que pudieran estar interesados en dedicarse en serio a buscar vida extraterrestre (no a las payasadas ufológicas), o más específicamente al estudio del origen, evolución y distribución de la vida en el Universo.

Y no se trata de un camino fácil. No se trata de pasarse el día en la azotea de un edificio esperando que pase un globo con la forma de Bob Esponja para después presentarlo como el paso de un “humanoide volador”. Tampoco se trata de recolectar videos de ovnis para hacer negocio con ellos. Y mucho menos de aceptar crédulamente cualquier historia de encuentros con extraterrestres. ¿De qué se trata? De estudiar. La científica describe el camino que puede seguir el interesado (de la licenciatura al trabajo como investigador).

“¿Y ya encontraron extraterrestres?” Es el título de la última parte de su artículo, y la respuesta es la siguiente:

“Ésa es la pregunta que me hacen cuando digo que me dedico a la búsqueda de vida en otros planetas. La respuesta suele ser decepcionante: no, no hemos encontrado extraterrestres. Podría parecer que los astrobiólogos hemos fracasado, pero no es así. Estamos construyendo nuevos instrumentos que nos permitirán detectar señales de vida en planetas que giran alrededor de otras estrellas (véase “Mundos como la Tierra”, ¿Cómo ves? No. 80) y hemos contribuido a conocer mejor nuestro planeta y los organismos que lo habitan. De esta forma impulsamos el desarrollo de nuevas tecnologías, la exploración y el cuidado de nuestro mundo. La astrobiología es la ciencia que le mostrará al ser humano su lugar en el Universo.”

2 comentarios:

Carlos dijo...

Tus artículos son muy buenos. Tienes aquí un fiel seguidor (aunque he de decir que te he descubierto hace poco).

Anónimo dijo...

yo vi platillos voladores bueno quicuera saber mas sobre ello poder estuduarlos bueno lo que quiero es saber donde puedo empesar me ensanta saber todo sobre extraterrestres