viernes, julio 20, 2007

WITTGENSTEIN Y LO MÍSTICO

En México no han sido únicamente los interesados en la filosofía analítica quienes han estudiado el pensamiento de Ludwig Wittgenstein (en futuras entradas veremos la relación entre la filosofía analítica y el positivismo lógico).

Ya hemos visto que el autor del Tractatus Logico-Philosophicus también tenía una faceta mística. De eso nos ocupamos ahora.

En su “Esbozo histórico de la filosofía en México (Siglo XX)”, el filósofo mexicano Gabriel Vargas Lozano se ocupa de una de las emigraciones más grandes del siglo pasado: el exilio español ante la derrota de la república a manos del franquismo. A nuestro país llegaron muchos filósofos, entre ellos José Gaos, José Manuel Gallegos Rocafull, Eugenio Imaz, Adolfo Sánchez Vázquez, María Zambrano, Wenceslao Roces y Ramón Xirau.

¿Qué sucedía en México política, artística y filosóficamente? Vargas Lozano cuenta: “Los filósofos españoles, al igual que los demás miembros del exilio llegan a México en un momento peculiar de la historia. Se trataba del período Cardenista, un año después de la expropiación petrolera, es decir, en medio de una de las grandes batallas de México por su soberanía e independencia y un año antes del término del sexenio. Momento brillante en el orden de la política pero también en el ámbito de la cultura integrada por el muralismo de Orozco, Rivera y Sequeiros; la música de Silvestre Revueltas y Carlos Chávez; el estridentismo como corriente estética; la poesía de ‘los contemporáneos’ y el debate sobre el arte comprometido. Una figura especial era Alfonso Reyes. También entra en acción la generación del 15; cercanos a ellos estaban también Narciso Bassols y Daniel Cosío Villegas que serán importantes fundadores de instituciones culturales. En el campo de la filosofía sobresalían figuras como Antonio Caso, José Vasconcelos, Samuel Ramos, Eduardo García Maynes y Francisco Larroyo, entre otros.”

Los filósofos exiliados crearon instituciones, realizaron traducciones, se dedicaron a la docencia e investigación, desarrollaron su propia obra, fundaron revistas...

Como mencionamos líneas atrás, entre los filósofos que llegaron a nuestro país estaba Ramón Xirau. Él llegó a principios de agosto de 1939, entonces tenía quince años. ¿Qué temas e ideas le interesaron analizar? Vargas Lozano escribe: “la pregunta metafísica por el sentido de la vida (que le lleva a inquirir más tarde por lo sagrado); la crisis de las civilizaciones (El desarrollo y la crisis en la filosofía occidental de 1975); la idea de que la filosofía es una búsqueda de la verdad y la verdad absoluta es siempre religiosa; sus trabajos sobre Teilhard de Chardin, Wittgenstein, Simon Weil y Martin Heidegger. El pensamiento de Xirau está sustentado en un humanismo que busca la conciliación entre Eros, Mythos y Logos.”

Algunas de sus obras son: “Sentido de presencia” (1953), “El péndulo y la espiral” (1959), “Palabra y silencio” (1964), “Mito y poesía” (1964), “Introducción a la historia de la filosofía” (1964), “Poesía y conocimiento” (1979) y “Cuatro filósofos y lo sagrado” (1986).

Ahora veamos su ensayo “Wittgenstein y lo místico: presencia del límite.”

Razón y fe. De las relaciones entre ellas es de lo que trata el ensayo de Xirau.

La fe por encima de la razón. La razón que acude al servicio de la fe. La imposibilidad de dar el salto mortal.

Escribe sobre el pensamiento de Kierkegaard, quien “usaba la razón para mostrar la incapacidad de esta misma razón y decía –cuestión de vida o muerte- que el verdadero hombre, el hombre religioso, era el que podía realizar el saltum mortale, el salto de lo finito a lo infinito, cosa de fe, confianza, amor.” Kierkegaard era el pensador del siglo XIX a quien más admiraba Wittgenstein, de hecho decía que había sido un santo. Frente al fideísmo (como el de Kierkegaard) “algunos pensaron que podía racionalizarse totalmente la fe (...) Dos extremos: afirmar únicamente la fe; afirmar únicamente la razón.”

Xirau considera que el Tractatus ha sido repetidamente malinterpretado, “y esto es especialmente cierto cuando vemos que los filósofos anglosajones –y ahora sus discípulos españoles, mexicanos, argentinos- se preocupan más por los problemas lógicos y epistemológicos que planteaba (o resolvía) el Tractatus que por lo que ocupaba y preocupaba vitalmente a Wittgenstein.” Xirau explica lo que realmente le importaba a Wittgestein: el mundo de lo místico, el mundo de lo indecible. ¿Y de dónde le venía este interés? Seguramente “de una experiencia de los límites, del límite.”

Xirau se refiere entonces a lo que se dice y puede decirse, y a lo que se muestra: lo místico. “Lo místico es lo que está en el límite o más allá del límite.”

Para comprender al filósofo-místico hay que analizar el ambiente de aquella Viena, y es lo que hace Xirau. “La filosofía de Wittgenstein refleja las preocupaciones de su ciudad natal...” En otra entrada veremos este punto con detalle.

Xirau menciona algunos datos sobre Wittgenstein: que participa como voluntario en la Primera Guerra Mundial, que renuncia a su fortuna, que se hace maestro de escuela primaria en pueblos pobres, que busca el aislamiento en su cabaña, que diseña la casa de su hermana, etc. Y menciona esto porque quiere hacer énfasis en su carácter. A Wittgenstein toda la vida le persiguieron los demonios: “Y estos demonios fueron reales. Psicológicamente, este hombre angustiado estaba destinado a acercarse y apartarse al mismo tiempo de la religión y de su propio misticismo.”

En El misticismo y la santidad en Ludwig Wittgenstein vimos que el filósofo-místico llegó a autoinculparse de forma desmedida, hablaba y escribía de su bajeza y corrupción. Afirmaba que su vida estaba “llena de los pensamientos y actos más feos y mezquinos”, también expresaba sus deseos de cambiar: “Mi vida ha sido hasta ahora una gran cochinada, pero ¿deberá continuar siéndolo por siempre?”. Necesitaba aclararse como hombre, también anotó: “Me están devorando unas circunstancias repugnantes. Toda la vida exterior, con toda su vulgaridad, se abalanza sobre mí. E interiormente estoy lleno de odio y no consigo dejar que penetre en mí el espíritu. Dios es el amor. Soy como un hornillo consumido, lleno de escorias y suciedad”.

Xirau considera que lo que atormentaba a Wittgenstein eran las cosas que no pueden decirse sino sólo mostrarse.

A continuación escribe sobre las lecturas no filosóficas de Wittgenstein: la Biblia, pensadores semirreligiosos, místicos...

No agrego más sobre los puntos anteriores porque ya he escrito al respecto en otras entradas. Pero ¿qué importancia puede tener todo esto?, ¿son extrafilosóficos datos como el carácter y las lecturas de Ludwig? Xirau da una respuesta negativa: “No lo son. Y si no lo son es porque un filósofo no es –no debe ser- un ente abstracto, sino una persona viva que integra en sí, y por lo tanto en su filosofía, cuanto lee, siente, vive. La biografía es parte del pensamiento, sobre todo cuando trata de cuestiones fundamentales, es decir, de cuestiones indecibles.”

Wittgenstein considera que quienes hablaban de lo místico no hacían sino decir tonterías. J. Ayer mantenía lo anterior, y se equivocaba. Xirau explica: “Demasiado influido estaba Ayer por el positivismo lógico para poder entender a Wittgenstein.”

Pero ¿qué es aquello de lo que no es posible hablar pero sí mostrar? “La ética no puede expresarse porque es trascendental y, por lo tanto, está más allá de los límites del lenguaje.” Lo mismo sucede con la estética. Continúa Xirau haciendo referencia a algunas de las cuestiones de las que escribió Wittgenstein: la felicidad, el mundo de los felices, el mundo de los infelices, las amenidades de este mundo, la voluntad...

¿Es o no Wittgenstein un hombre de fe? El mismo Wittgenstein afirmaba que no era religioso pero que no podía sino ver el mundo con ojos religiosos. Xirau no cree que Wittgenstein tuviera fe, pero sí que hubiera en él una posibilidad de fe.

El filósofo-místico escribió acerca de lo que significa creer en Dios (ver que con los hechos del mundo no basta, ver que la vida tiene un sentido, entender la cuestión acerca del sentido de la vida). Pero ¿en qué sentido usa Wittgenstein la palabra Dios?

Sobre esto, Xirau anota: “En algunos casos Dios es visto como el ser del cual dependemos y, así, la palabra Dios es sinónima de la palabra Destino; en otros caso la divinidad se escinde y adquiere un doble significado más allá de los límites: el mundo, considerado en su totalidad limitada, y el Yo dependiente (un yo que no es personal, sino trascendental). Estos varios y diversos sentidos de la palabra Dios no dejan de ser ambiguos.”

Después de analizar el concepto de Dios en Wittgenstein, Xirau anota: “en Wittgenstein existe una posibilidad de religión. Como Kiekegaard, Wittgenstein quiso realizar un saltum mortale; no parece que lo haya conseguido como lo consiguió –a través de amor y fe, a través de obra de amor- Sören Kierkegaard.”

Para finalizar mencionaremos que también Luis Villoro se ha ocupado del misticismo de Wittgenstein. Lo hizo en su artículo: “Lo indecible en el Tractatus”, ya lo buscaremos...


REFERENCIAS

Xirau, Ramón. “Antología de Ramón Xirau”. Editorial Diana. México. 1989.

Vargas Lozano, Gabriel. “Esbozo de la filosofía en México (Siglo XX) y otros ensayos”. Ed. Conarte-Facultad de Filosofía y Letras de la UANL. Monterrey. 2005.

lunes, junio 04, 2007

De brujas y viajes a la Luna
(Tercera parte)


La acusación

¿Por qué fue acusada de brujería la madre de Johannes Kepler? Las razones son narradas en detalle por John Lear en su libro El sueño de Kepler.

Kepler escribió un cuento que se publicó con el nombre de El sueño, y éste tuvo una participación importante en las acusaciones de las que hablamos. John Lear afirma: “El sueño podría haber desaparecido en el limbo de los trabajos inéditos, de no ser porque una noción distorsionada del mismo desencadenó el juicio por brujería contra la madre de Kepler”.

¿Cuál era esa “noción distorsionada”? El personaje principal del relato de Kepler es un joven llamado Duracotus, éste había estudiado astronomía con Tycho Brahe, algo que –como vimos en la anterior parte- había hecho Kepler; así, para algunas personas Kepler narraba una experiencia personal. Resulta que en el relato también aparece una bruja, esta mujer es la madre del personaje principal. La bruja invoca espíritus, y gracias a éstos, el joven logra viajar a la Luna.

Veamos parte de los acontecimientos:

El barbero (y cirujano de segunda) Urban Kräutlin (quien trabajaba para los príncipes hermanos del duque John Friedrich de Würtlin) hace una visita a su hermana Úrsula (esposa de Jacob Reinold, vidriero del pueblo). La amistad entre Úrsula y la madre de Kepler se había deteriorado por una indiscreción de ésta última. Úrsula había quedado embarazada de un hombre que no era su esposo, para evitarse problemas decidió abortar. Katharina, a quien Úrsula le había confiado esta información, cometió el error de contárselo a Christoph, el hermano menor de Johannes Kepler; a su vez, Christoph comentó esto públicamente. La madre de Kepler comete otro error al confirmar la historia. John Lear escribe: “Para encubrir la verdad Úrsula atribuyó su debilidad a un embrujo maligno, y acusó a Katharina Kepler de haberlo pronunciado. El barbero se enteró de la historia de su hermana en medio de una borrachera con ella, su marido y el magistrado de Leonberg, Luther Einhorn”.

El magistrado Einhorn tenía cierto rencor hacia los Kepler: cortejó a Margaret, hermana de Johannes, ésta lo rechazó y terminó casándose “con un deslavado predicador luterano, Georg Binder”. Por otro lado, Urban conocía un trabajo que circulaba de forma privada: un cuento de Kepler. El sueño se publicó después de la muerte de Kepler, mientras éste vivió su escrito circuló sólo entre algunos personajes. Ya veremos con más detalle qué papel jugó en este asunto el cuento de Johannes.

El barbero le exigió a Katharina que retirara el embrujo, en caso contrario la mataría. Cuenta John Lear que el carácter de Katharina contribuyó a agrandar el problema: “ella misma era muy dada a las peleas, hizo público el asunto cuando demandó por difamación a su antigua amiga Úrsula”. Katharina tenía todo en su contra: “Difícilmente podría seguir ganándose la vida el barbero de los príncipes si constaba oficialmente que había amenazado de muerte a una mujer inocente. El magistrado tampoco podía permitirse que se lo asociara de manera formal con el procedimiento judicial sacado de la manga que había permitido llevar a cabo. Y Úrsula estaría a salvo mientras mantuviese en pie la reputación de bruja de Katharina”.

Johannes Kepler también fue acusado de practicar artes prohibidas, sin embargo, estas acusaciones no pasaron a mayores pues la única razón por la que se le llegó a señalar fue su cuento.

Otras personas del pueblo comenzaron a ofrecer sus testimonios en contra de Katharina. La madre de Kepler (quien tenía 74 años) fue arrestada el 7 de agosto de 1620. Lear escribe que fue apresada “en medio de la noche, y llevada oculta en un baúl de ropa blanca para evitar el escándalo público. Al día siguiente, ante el magistrado, ella negó ser bruja y fue enviada a prisión para ser interrogada por segunda vez, antes de someterla a tortura (...) Johannes la encontró encadenada en una fría habitación de piedra”.

El juicio se pospuso durante seis semanas. Johannes Kepler contrató como abogado a su amigo de infancia Christoph Besold. Besold se encargó de encontrar explicaciones prosaicas a las supuestas evidencias de brujería. Los perseguidores de Katharina “Insistieron en que se la torturase por su empecinada negativa a confesar. El duque de Württemberg se dirigió a los profesores de derecho de la Universidad de Tubinga, quienes (sin duda afectados por la influencia de Besold, miembro distinguido del profesorado) decidieron que la acusada debía ser llevada a la cámara de tortura y confrontada con los diabólicos instrumentos que allí había... pero sin llegar a ponerla en el potro.”

¿Cómo terminó todo este asunto? Katharina fue liberada el 4 de octubre de 1621, había pasado 14 meses encarcelada. “Debilitada por el impacto de su encarcelamiento y juicio, falleció el 13 de abril de 1622”.



REFERENCIAS

García Hourcade Juan Luis. La rebelión de los astrónomos, Copérnico y Kepler. Colección Científicos para la historia. Nivola. España. 2000.
Lear John. El sueño de Kepler. Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM. México. 2005.

miércoles, mayo 02, 2007

SIDA: ¿ES REAL EL RIESGO?


A finales del año pasado el periodista Ricardo Rocha dedicó algunas emisiones de su programa "Reporte 13" a presentar el punto de vista de aquellos que niegan la existencia del VIH. Pero Rocha no sólo les brindó un espacio para que expusieran sus ideas, el periodista concluyó una de sus emisiones afirmando que, según su investigación, no existe evidencia científica de la existencia del virus de la inmunodeficiencia humana. Curiosa conclusión ya que la comunidad científica afirma lo contrario.

En La corte de los milagros pueden leerse críticas a los programas de Rocha: Ricardo Rocha y los escépticos del VIH, Entrada doble: Reporte 13 y el VIH - Carl Sagan a 10 años, VIH / SIDA: la "ortodoxia" reacciona, y El debate del SIDA en febrero.

Divulgadores de la ciencia como Martín Bonfil (aquí una de las entradas de su blog y aquí otra) o Mario Méndez Acosta desmintieron los desatinos del responsable de Reporte 13. El suplemento Letra S del periódico La Jornada publicó un número especial dedicado a ofrecer información crítica al respecto, además de una lista con enlaces con información que desmiente la postura negacionista.

El artículo de portada del más reciente número (el 102) de la revista de divulgación científica “¿Cómo ves?” se ocupa de este tema. El químico farmacobiólogo Martín Bonfil es el autor del artículo titulado “Sida: el riesgo es real”. En el índice leemos: “El VIH, causante de este mal, posiblemente sea el virus mejor estudiado de todos los tiempos. Quienes niegan su existencia, o su relación con el sida, no hacen más que propiciar más infecciones”.


En el editorial, Estrella Burgos, entre otras cosas, comenta: “Así, aunque la pandemia de sida continúa como un gravísimo problema de salud, se están salvando millones de vidas gracias a las terapias con medicamentos antirretrovirales. Estas terapias, junto con la prevención de nuevas infecciones, que se logra principalmente por medio del condón, son las armas que tenemos contra un padecimiento que, si bien aún no es curable, ya no es necesariamente mortal. Sin embargo, hay otro enemigo por vencer: la desinformación. Los esfuerzos de cientos de miles de científicos y trabajadores de la salud en todo el mundo, así como las organizaciones civiles que apoyan a infectados con el VIH, están siendo socavados por los ‘negacionistas’ del sida, quienes en fechas recientes recibieron una amplia cobertura noticiosa en nuestro país (...) Esperamos contribuir así a que nuestros lectores no sean víctimas de seudocientíficos y charlatanes. Lo que está en juego aquí es la vida.”

En su artículo Bonfil hace un repaso de la forma en que se identificó por vez primera lo que hoy se conoce como sida, y las primeras teorías que se propusieron para explicar su causa; cómo se comenzó a pensar que era un mal contagioso causado por algún microorganismo; cómo se averiguó la forma en que se transmitía; las investigaciones y descubrimientos de Luc Montagnier y Robert Gallo; la prueba para detectar anticuerpos contra el virus en la sangre; las campañas para combatir la discriminación contra pacientes con sida y seropositivos.

Sobre el virus -al contrario de lo que afirman los “disidentes” o “negacionistas”- escribe: “Dejando de lado el problema de si un virus es un ser vivo, es probable que el VIH sea el organismo mejor estudiado de todos los tiempos. Para 1984 se conocía su estructura molecular detallada, y la información completa de su genoma fue descifrada unos años después.” A continuación explica lo que actualmente se sabe del VIH.

En un apartado titulado “Negar la realidad” explica que en 1987 el biólogo molecular Peter Duesberg propuso que las causas del sida eran el uso de drogas, la desnutrición y el uso de antirretrovirales. Las hipótesis de Duesberg fueron refutadas después de años de intensas discusiones, a pesar de ello el biólogo molecular ha insistido en defenderlas. Escribe Bonfil: “Si el sida no fuera causado por un virus, sino por factores químicos o alimentarios, no tendría caso usar condón para prevenir la infección (aunque seguiría siendo útil para prevenir otras infecciones y evitar embarazos). El peligro es que si las ideas de Duesberg –que hoy sabemos son erróneas- se promueven, una parte de la población podría creerlas y dejar de protegerse usando condón, lo cual aumentaría el número de infecciones por VIH.”

Rocha, en aquel programa en que afirmó que no había evidencia científica de la existencia del VIH, explicó que el condón debía usarse para evitar otras enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados; por su parte Leonardo Stemberg, uno de los defensores de las tesis negacionistas, ha afirmado que los embarazos no deseados no existen, ¡una mujer sólo puede quedar embarazada cuando así lo quiere!

Duesberg también afirma que los agentes antirretrovirales son los causantes del sida, una idea que –escribe Bonfil- ha sido refutada de manera concluyente. “Si tal error se difunde, podría ocasionar que los pacientes infectados dejen de tomar sus medicamentos. Esto los dejaría a merced de las infecciones oportunistas que caracterizan al sida. De hecho en México esto ya empezó a ocurrir, a partir de finales del 2006: un canal de televisión transmitió varios programas en que se promovieron las tesis de Duesberg, junto con las de otros ‘negacionistas’ o ‘disidentes’ del sida que van más allá y llegan a afirmar algo tan absurdo como que el VIH ¡no existe! El preocupante efecto es que hay decenas de casos, reportados en instituciones de salud, de pacientes seropositivos que han decidido abandonar los tratamientos antirretrovirales que hasta ahora los habían mantenido sanos.”

A lo largo del artículo aparecen recuadros en los que se comenta el descubrimiento del virus, su estructura, la efectividad del AZT, y los negacionistas y los postulados de Koch.

Al inicio de esta entrada señalaba que la conclusión de Rocha (no existe evidencia científica de la existencia del VIH) es curiosa porque ¡la comunidad científica opina lo contrario! Los negacionistas muestran una lista con 2458 supuestos investigadores y científicos que apoyan sus ideas, sin embargo, al revisarla resulta que sólo hay 31 expertos en sida (otros son científicos pero en áreas diferentes a la medicina, como matemáticas o astronomía): “menos del 0.01% de los 350 000 expertos en sida que existen en el mundo.” Es decir, prácticamente todos los científicos expertos en sida afirman que el VIH existe, y que es éste la causa del sida.

Los seudocientíficos hablan de un stablishment con mentalidad cerrada, como si el consenso entre científicos se debiera no a las evidencias sino a los prejuicios o gustos personales. Sobre la forma en que trabaja la ciencia, Bonfil escribe: “El problema es que la ciencia no funciona mediante el descubrimiento de verdades absolutas. La investigación científica se basa en obtener datos confiables y proponer teorías para explicarlos. Es central la discusión constante entre expertos, para llegar a acuerdos sobre qué teorías son las más aceptables a la luz de la evidencia. Y, por supuesto, en su avance, el conocimiento científico va cambiando. Pero esta apertura al cambio y a la discusión constante tiene un costo: permite que prosperen las teorías seudocientíficas.”

No todos contamos con los conocimientos necesarios para responder a cada una de las tesis de los negacionistas, por ello es que los medios de comunicación deben ser cuidadosos y objetivos al abordar asuntos tan delicados, Bonfil explica: “sólo un especialista puede distinguir entre los argumentos erróneos o ya refutados que presentan los negacionistas, hoy considerados seudocientíficos, y la información científica confiable.”

Lo mejor para cuidar nuestra salud y tomar las mejores decisiones es investigar lo que dice la comunidad científica al respecto y averiguar la forma en que funciona la ciencia, Bonfil termina su artículo con las siguientes palabras: “En resumen, la lección es clara: si bien la ciencia, en su complejidad y pluralidad, permite la discusión constante y nunca llega a verdades absolutas, el consenso científico representa el conocimiento más confiable con el que contamos. La discusión pública que sería válida y hasta necesaria si se tratara de cualquier otro tema, se vuelve peligrosa cuando está en juego la salud de la población. Por ello, combatir la epidemia negacionista es hoy tan importante como combatir el sida mismo. Mientras tanto, y hasta que no se descubra una vacuna contra el VIH, el único comportamiento razonable sigue siendo prevenir el contagio utilizando condón y, para quien ya esté infectado, cuidar su salud mediante los tratamientos médicamente aprobados. El sida, aunque no nos guste aceptarlo, es muy real. Está entre nosotros la decisión de evitar que cause mayores daños.”

El artículo actualmente puede consulatrse aquí.

martes, abril 24, 2007

De los conocimientos que permitieron que Onésimo Dutalon llegara a la Luna
o
Newton, Descartes y el primer cuento mexicano de ciencia ficción
(Segunda parte)


De vórtices y barredoras cósmicas

En otra entrada vimos que Onésimo Dutalon decide estudiar física newtoniana y que gracias a esos estudios puede construir una máquina voladora que le permite llegar a la Luna.

¿Qué hizo Dutalon mientras se dirigía a nuestro satélite natural? Él mismo cuenta:

“Tenía yo andados bien seguramente 25 mil leguas, cuando tuve bastante que reír, acordándome del turbillón terrestre de monsieur Descartes, quien, por un rapto de imaginación extravagante, hace dar vuelta a la Luna alrededor de la Tierra en fuerza de su turbillón, del que no encontré el menor vestigio.”

Dutalon prefiere la física newtoniana a la física cartesiana. Pero no sólo prefiere las ideas de Newton, es capaz de burlarse de las ideas de Descartes (es decir, del turbillón). ¿Qué diferencias existían entre las propuestas de Newton y las de Descartes? En esta entrada comenzaremos a ocuparnos de ellas.

Newton ingresa al Trinity College en 1661, se vuelve un asiduo usuario de la biblioteca, lo que le permite iniciar sus propios proyectos, proyectos que nada tenían que ver con el plan de estudios. Hacia 1664 comienza su Quaestiones quaedam philosophicae, un cuaderno en el que examina temas como la materia, el espacio, el tiempo, el movimiento, la luz, los colores, la visión, la gravedad, etc. Entre los autores que lee se encuentran Descartes, Henry More, Galileo, Robert Boyle, Thomas Hobbes y Joseph Glanville. Además de comentar lo que escribían estos autores, exponía sus dudas y objeciones, también planteaba experimentos para poner a prueba las explicaciones que se proponían.

Encuentra erróneas muchas ideas de Descartes, entre las que se encuentran su teoría de la luz, sus ideas acerca de las mareas, y –algo importante para el asunto del que nos estamos ocupando en esta entrada- la hipótesis de que los planetas giran alrededor del Sol –en una misma dirección- debido a ciertos vórtices o turbillones. En cuanto a teología también diferían.

En el prefacio de su obra cumbre, Newton escribió:

“Después de esos tiempos no sabemos cómo los antiguos se explicaban que los planetas fueran retenidos dentro de ciertos límites en esos espacios libres y que fueran jalados de las trayectorias rectilíneas que hubieran seguido por sí mismos, siguiendo, en cambio, revoluciones circulares en sus órbitas curvas. Filósofos recientes pretenden explicar todo esto por la acción de ciertos vórtices (o torbellinos), como lo hacen Kepler y Descartes.”

Para explicar el movimiento de los planetas alrededor del Sol Descartes proponía los vórtices, Johannes Kepler la “barredora cósmica”.

Kepler intenta construir una dinámica celeste que describa los movimientos de los planetas y además explique sus causas: “Por tanto, supongamos, y es cosa bien plausible, que el Sol proporciona movimiento en la misma razón que proporciona luz”. Kepler plantea dos posibilidades: que los planetas tengan sus almas motrices o que el Sol sea el único responsable del movimiento planetario. En su Astronomia Nova Kepler propone que el Sol opera como una especie de escoba que barre a los planetas y los hace avanzar, venciendo la inercia.


La refutación de los vórtices

¿Qué logró Newton con la publicación de los Principios Matemáticos de la Filosofía Natural? Paul Strathern, en su obra “Newton y la gravedad”, afirma:

“Antes de Newton, la Luna formaba parte del firmamento, y se regía y estaba sometida a sus propias (y desconocidas) leyes celestes; después de Newton, pasó a ser un satélite de la Tierra que la fuerza gravitatoria del planeta mantenía en órbita. La humanidad tuvo un primer atisbo del funcionamiento de todo el universo.”

Isaac Newton culminó la revolución copernicana cuando en 1687 publicó sus Principia. En esta obra Newton aborda y resuelve problemas empíricos y conceptuales. Antes de la publicación de esta obra, los filósofos de la naturaleza usaban indistintamente términos como fuerza, presión, aceleración e ímpetu (cada uno de estos términos, el día de hoy, tienen un significado claro y distinto). Newton comienza esta obra definiendo “masa”, “cantidad de movimiento”, “fuerza ínsita” (inercia), “fuerza impresa”, “fuerza centrípeta”; posteriormente aclara lo que se debe entender por “tiempo absoluto, verdadero y matemático”, “espacio absoluto”, “lugar absoluto” y “movimiento absoluto”. A continuación, menciona sus leyes del movimiento.

El físico José Marquina, en su “Philosophiae Naturalis Principia Matemática: consideraciones en torno a su estructura matemática”, escribe: “Los Principia de Newton son considerados, por sus conceptualizaciones, como un libro fundamental en la historia de la física, pero además, representa un auténtico parteaguas metodológico en la historia de la ciencia. El estilo absolutamente riguroso que va de lo general a lo abstracto del mundo matemático a lo particular y concreto del mundo físico, le permite a Newton construir un edificio conceptual en el que de tajo elimina planteamientos en boga (como los vórtices cartesianos), demostrando la certidumbre de otros (como las leyes de Kepler), integrados en una nueva cosmovisión. En esta tarea, la matemática juega un papel primordial, no sólo como herramienta de cálculo, sino como un nuevo lenguaje, absolutamente imbricado con el desarrollo mismo de los nuevos conceptos.”

La revolución copernicana culmina con un concepto: el de gravitación universal. Bernard Cohen, en “El descubrimiento newtoniano de la gravitación”, escribe:

“El momento culminante de la Revolución Científica fue el descubrimiento realizado por Isaac Newton de la ley de gravitación universal: todos los objetos se atraen unos a otros con una fuerza directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de su distancia. Al someter a una sola ley matemática los fenómenos físicos más importantes del universo observable, Newton demostró que la física terrestre y la física celeste son una misma cosa. El concepto de gravitación lograba de un golpe: revelar el significado físico de las tres leyes de Johannes Kepler sobre el movimiento planetario, resolver el intrincado problema del origen de las mareas y dar cuenta de la curiosa e inexplicable observación de Galileo Galilei de que el descenso de un objeto en caída libre es independiente de su peso. Newton había alcanzado así el objetivo kepleriano de desarrollar una física basada en las causas”.

Los Principia están divididos en tres libros: el primero contiene sus tres famosas leyes; el segundo está dedicado a la refutación de los vórtices cartesianos; el tercero (titulado “Sistema del mundo”) contiene la ley de la gravitación universal, también trata sobre las mareas, los cometas, la forma de la Tierra y la densidad de la misma.

¿Cómo logró Newton eliminar de tajo los vórtices cartesianos?

El libro segundo de los Principia trata acerca del movimiento de los cuerpos en medios resistentes. En este libro intenta “investigar las propiedades de los vórtices con el fin de determinar si los fenómenos celestes pueden explicarse recurriendo a ellos”. Newton señala que las observaciones astronómicas se apartan de lo que se esperaría si existieran los vórtices.

José Muñoz Santonja, en su libro “Newton. El umbral de la ciencia moderna.”, escribe:

“El libro II de los Principia da la impresión de formar un capítulo aparte de la obra completa; incluso hay autores que piensan que no formaba parte de la obra original. En él se tratan los movimientos de los fluidos y cómo influye la fricción en el movimiento de los cuerpos sólidos que están dentro de un medio líquido, llegando por ejemplo a considerar que la resistencia varía con el cuadrado de la velocidad.

“En este libro y a partir de sus experimentos con esferas, Newton demostró con rotundidad matemática que el concepto de vórtice de Descartes no se sostenía a la luz de su nueva mecánica universal. La verdad es que los seguidores cartesianos no habían podido casar sus ideas de remolinos con las leyes planetarias de Kepler. Newton les dio la puntilla, demostrando que el espacio debía estar libre de fricciones de cualquier tipo.

“También se incluye en el libro II un estudio sobre la forma que deben tener los cuerpos para ofrecer menor resistencia, que el propio Newton pensaba podía servir para la construcción de barcos; un estudio sobre el movimiento ondulatorio y una fórmula para la velocidad del sonido en el agua. También deduce la ley fundamental de la velocidad, que se expresa por la raíz cuadrada de la elasticidad dividida por la densidad, de donde se deriva el término viscosidad newtoniana.”

Pero veamos lo que el mismo Newton escribió sobre los vórtices:

Afirma en el escolio de la proposición LIII y teorema XLI: “Por tanto, es evidente que los planetas no son transportados en vórtices corpóreos. En efecto, según la hipótesis de Copérnico, los planetas que se mueven alrededor del Sol giran en elipses, con el Sol como foco común, y describen áreas proporcionales a los tiempos con radios trazados hacia el Sol. Pero las partes de un vórtice jamás pueden girar con semejante movimiento.”

El modelo de Copérnico no es como lo describe Newton. Sólo hay una diferencia neta entre el modelo de Ptolomeo y el de Copérnico: Copérnico no coloca a la Tierra sino al Sol en el centro del Universo, ambos modelos consideran órbitas circulares y ambos recurren a los ecuantes y epiciclos para tratar de empatar las observaciones astronómicas con sus respectivos modelos.

Este segundo libro termina con las siguientes palabras:

“...por lo que la hipótesis de los vórtices es completamente irreconciliable con los fenómenos astronómicos, y confunde más que aclara los movimientos celestes. El primer Libro ayuda a comprender cómo tienen lugar estos movimientos en espacios libres sin vórtices, y ahora lo explicaré de forma más completa en el Libro siguiente.”

El Escolio general comienza mencionando los vórtices:

“La hipótesis de los vórtices tropieza con muchas dificultades. Para que todo planeta, mediante un radio trazado hasta el Sol, pueda describir áreas proporcionales a los tiempos, los tiempos periódicos de las diversas partes del vórtice deberían conservar la razón del cuadrado de las distancias con respecto al Sol. Para que los tiempos periódicos de los planetas estén a la potencia 3/2 de sus distancias al Sol, los tiempos periódicos de las partes del vórtice deben estar a la potencia 3/2 de sus distancias. Para que los vórtices menores puedan mantener sus revoluciones en torno a Saturno, Júpiter y los otros planetas, nadando tranquilamente en el gran vórtice del Sol, los tiempos periódicos de las partes del vórtice solar deben ser iguales. Pero la rotación del Sol y de los planetas en torno a sus ejes, que debería corresponder a los movimientos de sus vórtices, discrepa mucho de estas proporciones. Los movimientos de los cometas son extremadamente regulares, están gobernados por las mismas leyes que los movimientos de los planetas y en modo alguno pueden explicarse mediante la hipótesis de los vórtices. Pues los cometas son arrastrados con movimientos muy excéntricos por todas las partes del cielo, con una libertad incompatible con la noción de un vórtice.

“Los proyectiles sólo experimentan la resistencia del aire en nuestro aire. Suprímase el aire, como acontece en el vacío de Boyle, y la resistencia cesa, pues en este vacío una tenue pluma y un trozo de oro descienden con la misma velocidad. Y el mismo argumento debe aplicarse a los espacios celestes situados por encima de la atmósfera terrestre; en esos espacios, donde no existe aire que resista sus movimientos, todos los cuerpos se moverán con la misma libertad; y los planetas y cometas girarán perpetuamente en órbitas dadas por especie y posición, con arreglo a las leyes explicadas.”


Hypotheses non fingo

Al inicio de la esta entrada señalábamos que desde la época de las Quaestiones quaedam philosophicae Newton plantea experimentos para poner a prueba las explicaciones que se proponen. A bordo de su máquina Dutalon realiza varios experimentos, uno de ellos se refiere a los vórtices cartesianos:

“...tuve bastante que reír, acordándome del turbillón terrestre de monsieur Descartes, quien, por un rapto de imaginación extravagante, hace dar vuelta a la Luna alrededor de la Tierra en fuerza de su turbillón, del que no encontré el menor vestigio. Y para asegurarme más bien, tiré al fluido una pipa llena de agua del río Letheo, que perseveró inmóvil en aquel éter purísimo. Y también vine en pensar que si allí se construyese una torre cien mil veces más alta que la de Babel, se mantuviera eternamente sin vaivén, sin movimiento, sin desunión de sus partes, ni inclinación o propensión a centro alguno.”

En la anterior entrada sobre este tema vimos que Dutalon realizó algunos otros experimentos. Tenemos entonces que el protagonista de las Sizigias es un científico moderno.

Las hipótesis científicas además de explicar los fenómenos que se observan, hacen predicciones sobre fenómenos no observados todavía y por ello es que resultan verificables o refutables. El resultado del experimento que realiza Dutalon (tirar una pipa llena de agua del río Letheo) podría estar de acuerdo (o no) con los vórtices cartesianos. Afortunadamente para él, Descartes estaba en un error. Es cierto que lo llevado a cabo por Dutalon como experimento científico es realmente simple (no hay un protocolo) pero sí refleja la idea de que las hipótesis científicas pueden ponerse a prueba haciendo experimentos u observaciones.

A decir del físico José Marquina, los cartesianos no se vieron afectados por la refutación de Newton, ya que hacían ciencia de otra forma. Sobre esto, Jane Jakeman, en su libro “Newton. Guía para jóvenes.”, escribe:

“Indudablemente, Newton sentó las bases del moderno método científico, que exige la confirmación experimental de las teorías. Para Descartes, Huygens o Hooke, esto no era necesario; bastaba con construir un elaborado esquema lógico que explicara el comportamiento del universo sin examinar el mundo natural ni hacer ninguna clase de experimento. Esta era la actitud general de la ciencia antes de la llegada de Newton. A partir de entonces, es imposible que se tome en serio a ningún científico que sea incapaz de aportar alguna prueba experimental que confirme sus afirmaciones. El razonamiento inductivo, es decir, el proceso de construcción de las teorías que han prevalecido desde la irrupción de Newton en la ciencia, se puede resumir esquemáticamente así: los científicos establecen hipótesis y, después, crean experimentos que las confirmen o desmientan. Los experimentos permiten extraer conclusiones generales, como cuando Newton determinó la naturaleza de la luz mediante un prisma. La mayoría de los contemporáneos de Newton todavía utilizaban el razonamiento deductivo, un método sancionado por Aristóteles, en el que se extraen conclusiones generales de la observación, para deducir las leyes científicas sin hacer experimentos posteriores que las confirmen.”

Newton afirmó que no hacía o fingía hipótesis, esta frase ha dado pie a diversos debates. Desde luego que las hacía, al parecer Newton se refería a que no inventaba propuestas que no pudieran ser sometidas a contrastación. Decíamos que desde sus primeras notas ya pensaba en experimentos que pudieran servir para refutar o contrastar ideas. Las hipótesis que no fingía eran del tipo que no puede someterse a prueba. Para Newton no era válida la forma en que los cartesianos planteaban los vórtices, no hacían predicciones de fenómenos no observados, no se preguntaban “¿qué debería observarse si los vórtices fueran reales?”; así, los cartesianos sólo fingían hipótesis. Para el protagonista de las Sizigias, los vórtices cartesianos eran el resultado de un rapto de imaginación extravagante. De hecho, la frase de Dutalon podría ser una buena traducción de Hypotheses non fingo: mis hipótesis no son el resultado de un rapto de imaginación extravagante.

Podemos concluir esta entrada diciendo que Dutalon es un científico newtoniano.


REFERENCIAS

Trujillo Muñoz Gabriel (Comp). El futuro en llamas (cuentos clásicos de la ciencia ficción mexicana). Editorial Vid. México. 1997.

Fernández Miguel Ángel. La Odisea mexicana. Reforma. México. Domingo 22 de octubre de 2000.

Fernández Miguel Ángel. El primer cuento de ciencia ficción mexicano. Asimov, ciencia ficción en español (versión mexicana). Editorial El fisgón del universo. México. 1997.

Varios Autores. Newton. Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. México. 1982.

Westfall Richard. Isaac Newton: una vida. Cambridge University Press. Madrid. 2000.

Marquina José. Philosophiae Naturalis Principia Matemática: consideraciones en torno a su estructura matemática. Revista Mexicana de Física, No. 6, México, 1996.

Strathern Paul. Newton y la gravedad. Siglo Veintiuno de España Editores. Colección Los científicos y sus descubrimientos. Madrid. 1999.

Muñoz Santonja José. Newton. El umbral de la ciencia moderna. Nivola Libros y Ediciones. Colección La matemática y sus personajes. Madrid. 1999.

Jakeman Jane. Newton. Guía para jóvenes. Editorial Lóguez.

miércoles, abril 04, 2007

El científico y el contactado

Comentabamos en una entrada anterior que Jaime Maussán es considerado todo un científico por gente desinformada; por su parte, Billy Meier es considerado todo un contactado por gente igualmente desinformada. Nos hemos enterado de la actualización del sitio CeticismoABERTO, en esta entrada me quiero referir a un artículo que han subido.

El "científico" Jaime Maussán insiste en presentar el caso del "contactado" Billy Meier como auténtico. "Aquellos que lo han investigado profundamente saben que el caso es real" ha expresado. Este caso fue uno de los primeros que presentó (lo hizo en "60 Minutos").

El artículo que muestra la seriedad de Maussán es: O caso de Billy Meier: Mais provas conclusivas de fraude.

Luis Ruiz Noguez ha contado la historia de Meier en Marcianitos Verdes: Primera, segunda, tercera, cuarta y última parte.

A pesar de todo, el "contactado" y el "científico" seguirán contando con seguidores.

martes, abril 03, 2007

Breve historia de la ufología mexicana
(Segunda y última parte)
Por Héctor Escobar


Llegaron los hermanos del espacio

Al inicio de la década de los 70, los OVNI son parte integrante de la era de Acuario, el movimiento hippy conoce algunas vertientes abiertamente proextraterrestres y pseudomísticas y numerosos grupos contactados toman de los hippy el modelo de la vida comunal, el amor libre y similares, como por ejemplo la secta raeliana de Claude Vorilhon. El ambiente está preparado para que los contactados new age irrumpan. En México surge el grupo lidereado por Marla y su disciplina de la medicina electrónica, a más de su fascista teoría sobre las razas humanas. Marla hace su aparición por la puerta grande, presentándose en un programa de televisión en 1972, alegando tener contacto con seres extraterrestres desde 1968, quienes la habrían elegido como su emisario. Marla inició sus operaciones en la colonia Condesa distribuyendo productos homeopáticos, obtuvo tan buen éxito que pronto inauguró su propio instituto en donde ahora sí, daba clases y conferencias inspiradas por los hermanos del espacio.

A Marla le siguen numerosos contactados: María Cristina Leguízamo que hacía curaciones con la ayuda de un extraterrestre llamado Antraspartalox; Roberto Kenny, Sergey, Fandur (hijo de Marla), Gregorio Fernández (Radim), Saidi Ahuerma, Enrique Mercado y los seres del planeta Mu; Karen y los marcianos, etc. Algunos de estos contactados hicieron grupo (Marla, Fandur y Radim) y organizaron sus grupos muy bien educados y con buena estructura como el Centro Extraterrestre y las clínicas de medicina electrónica de Marla o el CIICET de Radim. Posteriormente se sabe que Marla tuvo problemas legales por ejercer la medicina sin licencia y emigró a España. Al parecer hoy en día radica en la ciudad de Guadalajara.

Gran impulso recibió el movimiento contactista con la publicación en 1975 de Contactos Extraterrestres de México, obra de Carlos Ortiz de la Huerta, periodista de sociales metido a ufólogo.


La tercera generación de ufólogos

Tan grande fue el éxito de Contactos Extraterrestres en México que Editorial Posada que ya había conocido buen éxito con su revista Duda desde 1970, lanzó la primera publicación ufológica comercial de México y una de las primeras de América Latina: Contactos Extraterrestres (1975-1982) y que alcanzaría 145 números. El éxito fue inmediato, sobre todo si estaba respaldado por una gran cantidad de casos espectaculares como el del piloto Carlos Antonio de los Santos Montiel, perseguido en su avioneta por los OVNIs y posteriormente Rafael Pacheco Pérez presuntamente hipnotizado por los extraterrestres durante un vuelo de prueba. En realidad Contactos acaparó el éxito logrado por Duda, y por algunos libros como Un mundo nos vigila de Pedro Ferriz así como otros de su colección Duda semanal como Los OVNI en México de Santiago García. Contactos fue dirigida originalmente por Ariel Rosales y a su cargo estuvo la que podríamos llamar la tercera generación de ufólogos, ésta sí se caracterizaba por un trabajo de investigación –no muy bueno en todos los casos- pero que sirvió para organizar en un grupo a la ufología mexicana. Entre los ufólogos de esta tercera generación se encontraban Pablo Latapí, Héctor Chavarría, Fernando Téllez, Ariel y Fausto Rosales, Mauricio Schwarz y Luis Ruiz Noguez, posteriormente se añadiría a ellos Héctor Escobar.

En 1977 (del 17 al 24 de abril) Guillermo Bravo organiza el Primer Congreso Internacional de OVNIs en Acapulco, que contó con lo más variado y alegórico de la ufología mundial, desde los principales representantes de la llamada ufología científica como Hynek (CUFOS), Valle, Spaulding (GSW) y Ray Stanford, hasta aquellos que esperan la invasión extraterrestre como Von Kevizcky (ICUFON) o un Freixedo (aún no tan paranoico), pasando por contactados como Hurtak y Carlos Paz (papá de Sixto Paz y fundador del Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias- IPRI), Jim y Coral Lorenzen (APRO), Walter Andrus (MUFON) o astroarqueólogos como Faber-Kaiser y Erich von Däniken. El congreso tuvo sus detalles cuando uno de los organizadores al parecer hizo mutis con el dinero, impidiendo pagar a los asistentes los honorarios de sus conferencias y el pasaje de regreso de los expositores, Ferriz tuvo que organizar el regreso de los asistentes gracias a su posición como director de la agencia de noticias NOTIMEX.

El éxito editorial de Contactos permitió la organización de numerosas conferencias casi todas organizadas por medio de la colaboración estrecha entre el CIFEEEAC y Editorial Posada. Así, el 1° de abril Ramiro Garza y Jorge Reichert presentan El enigma de los OVNI; el 2 de mayo, Salvador Freixedo se presenta con la ponencia La religión entre la parapsicología y los OVNI; Garza y Reichert repiten el 16 de mayo con Introducción al estudio de los OVNI; un mes después Iturbe y Guadalupe Rivera (hija del pintor Diego Rivera) anuncian la conferencia Lo que nadie sabe del calendario azteca, en donde sostienen que el calendario azteca no es sino la representación de una nave extraterrestre, ideas que ya habían vertido ampliamente en varios números de Contactos. Cierra ese año Carlos Ortiz de la Huerta y algunos de los contactados y la segunda el 8 de agosto titulada Los contactos ante el público.

Para este entonces los contactados lanzan a la venta su publicación Cosmos 2000-del hombre al superhombre, que sólo alcanzaría tres números. Igualmente aparece la segunda época de Afirmaciones Extraterrestres de Víctor Quezada Quezada y el brujo Antonio Vázquez Alba. Esta segunda época daría luz a 18 números. Paralelamente en 1978 surge la publicación Oculto de Editores Mexicanos Unidos, que dedicaría parte de sus páginas al tema OVNI. Después EMASA lanza a la venta una serie llamada OVNI objeto Volador No Identificado dirigida por Zitha Rodríguez y Raúl Duarte; OVNI alcanzó 32 números, posteriormente saldría una segunda época en otro formato llamada OVNI, que incluía comics. Entre otras publicaciones que tocaban el tema OVNI estaban Pirámide, Enigma, Lo Insólito, el comic OVNI de Pedro Ferriz (2 números) y OVNI del dibujante Ochoa. Sin embargo el contenido y nivel editorial de estas publicaciones era bastante sensacionalista, aunque sirvió para recopilar informes y dar a conocer el fenómeno a nivel del gran público.

Aprovechando la euforia OVNI, Contactos Extraterrestres organiza el Encuentro OVNI 1978 con la participación del equipo de Contactos, además de Joseph A. Hynek y Jacques Valleé, los días 19 y 20 de noviembre de 1978, en el Auditorio de Congresos del Centro Médico Nacional. Ante un auditorio a reventar se mostraron las dos grandes maravillas de la época: el esqueleto extraterrestre de Playa Eréndira, del cual Fernando Téllez aclaró que se trataba del cráneo de un tiburón y del cual ya habíamos hablado; y el hasta entonces irresuelto caso del OVNI caído en Puebla. La exhibición de la placa metálica inspiró un respeto casi religioso entre los asistentes. Un mes después una avioneta publicitaria provocaría una pequeña oleada OVNI en la ciudad de México.

Paralelo a este masivo interés ufológico, surgieron numerosos interesados que constituyeron algunos grupos ufológicos por todo el país. No obstante la mayor parte de estos grupos no son más que siglas y su vida no pasó de escribir una carta a Contactos Extraterrestres para anunciar su creación, aquí cabe de todo, desde grupos con nombres tan ingenuos como Club Internacional de Amigos y Admiradores de los Seres Extraterrestres (CIAASE). Sin embargo, algunos de estos grupos sí realizaron alguna pequeña labor investigadora, por ejemplo el Club de Aficionados al Fenómeno OVNI (CAFO) de Autlán, Jalisco y la delegación México de la Unión Nacional de Estudios e Investigaciones Científico Cosmológicas (UNEICC) filial de la española del mismo nombre.

Los años 77, 78 y 79 vieron el apogeo de la ufología mexicana, tanto fue el éxito de Contactos que incluso se llegó a vender en España y posteriormente se hizo una edición española dirigida por Enrique de Vicente.

En ese 1978, el cine produce un fenómeno de taquilla que fue Encuentros cercanos del tercer tipo de Steven Spielberg, cuya influencia en la oleada de 1978 sería espectacular.

En 1979, Contactos Extraterrestres organiza el Encuentro OVNI 79, que contaría esta vez con la presencia de algunos de los más notorios nombres de la ufología española, entre ellos Enrique de Vicente, Juan G. Atienza y J.J. Benítez.

A partir de 79 hay un decaimiento progresivo del interés del público en el fenómeno, Contactos adquiere un cariz más literario que investigativo (a raíz de la progresiva ausencia de reportes) y finalmente desaparece en el número 145 (12 de julio de 1982). Publicaciones como OVNI y Oculto habían desaparecido ya años antes.

En las páginas de los 145 números de Contactos podemos ver un desarrollo de la Ufología mexicana y el modo en que estaba evolucionando poco a poco, pues mientras en los primeros números de la revista vemos cómo se le da mayor importancia a los contactados, después vemos cómo se dejan a éstos y se comienza a hablar más de los abducidos.

Ya en los últimos números podemos comenzar a leer en los editoriales (escritos por Héctor Chavarría) el brinco hacia la búsqueda de respuestas en lugar de esa necesidad, marcada al inicio, de creer incondicionalmente en los extraterrestres.

Así pues, observamos cómo se comienza a dar entrada a análisis de los trabajos de Michael Persinger o cómo se habla de rayos bola como opciones a ciertos casos OVNI.

Es decir, que se nota cómo la evolución ufológica en México va de la mano con Contactos que ciertamente sigue el mismo camino que en Europa y Sudamérica, Argentina especialmente.

En 1981, Pedro Ferriz organiza en el cine Apolo un par de conferencias en las cuales el plato fuerte son las películas de Billy Meier, material que luego sería tomado por uno de los más sensacionalistas personajes de la TV mexicana: Jaime Maussán.

La desaparición de Contactos fue producto del cada vez mayor desinterés del público en los OVNI. Prácticamente entre 1982 y 1990 el fenómeno OVNI está muerto en México, salvo muy esporádicas noticias en radio o prensa, algunas de ellas recogidas por revistas como Duda que perduraron toda esta época y desaparecieron entrados los 90.


La nueva ola

A partir del famoso caso del OVNI del eclipse inició un amplio y fuerte crecimiento del interés por parte del público mexicano en torno al fenómeno OVNI. La serie de programas de debate organizados por la cadena Televisa atrajo el interés del público por un fenómeno olvidado durante más de diez años. Actualmente se han marcado dos grandes grupos.

El primero de ellos lidereado por Jaime Maussán y los vigilantes, que ha servido para obtener amplia cantidad de material fundamentalmente en video, aunque es necesario señalarlo, de poca calidad y de muy escaso valor científico.

El segundo grupo ha sido tomado a cargo de ufólogos de la década de los 70 y 80 que se agruparon en su momento en torno a Contactos Extraterrestres y que ahora militan casi unánimemente en torno al bando escéptico como Héctor Chavarría, Luis Ruiz, Héctor Escobar y algunos más. Este grupo edita la revista Perspectivas Ufológicas.

En el terreno comercial, aparte de los videos de Jaime Maussán, surgió la revista Reporte OVNI, dirigida por Zitha Rodríguez, que duró 62 números de aparición quincenal y que sirvió para recoger una amplia cantidad de informes, muchos de ellos poco investigados. Posteriormente, Reporte OVNI desapareció y en su lugar apareció Contacto OVNI que ha mantenido una línea similar de divulgación. Cabe destacar en Contacto OVNI el excelente número especial dedicado a la autopsia del extraterrestre de Roswell dirigido por Oscar García.

viernes, marzo 30, 2007

Los charlatanes Jaime Maussán, Carlos Trejo y “Madam Sazu” son considerados científicos en México


Maussán, científico, es el título de un mensaje que Diego Zúñiga (quien era uno de los responsables de la revista La Nave de los Locos y que actualmente está a cargo del blog del mismo nombre) envió el día de ayer a la lista de la Fundación Anomalía. En su mensaje Zúñiga ponía un enlace al periódico El Universal.

En un artículo escrito por Cinthya Sánchez nos enteramos de los resultados de una encuesta realizada en el año 2005 por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Se trata de la Encuesta Nacional sobre Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México (“aplicada a más de 100 mil habitantes de 32 ciudades de la República Mexicana”).

¿Qué revela la encuesta? Que la mayor parte de los mexicanos no puede distinguir entre ciencia y pseudociencia.

Uno de los primeros párrafos dice:

“La mayoría de la población cree que los adivinadores y los llamados investigadores de los fenómenos ovni o paranormales pertenecen al mundo de la ciencia, de acuerdo con una encuesta.”

De ahí que más adelante escriban que muchas personas consideren como científicos a ciertos farsantes:

“La astróloga Madam Sazú, el investigador del fenómeno ovni Jaime Maussán y el estudioso de lo paranormal Carlos Trejo, El cazafantasmas son considerados científicos para la mayoría de la población, pues seis de cada 10 mexicanos piensa que la astrología es una ciencia y casi la mitad de las personas define en este mismo rubro a la parasicología.”

La encuesta muestra lo que los ciudadanos piensan acerca de la astrología, las cartas astrales, los “números de la suerte”, las pseudomedicinas, los “fenómenos paranormales” y los ovnis. Ya en otra entrada hice referencia a otra encuesta que muestra resultados similares.

Jaime Maussán y Carlos Trejo no pasan de ser charlatanes, la astrología simplemente no funciona... Y no estoy haciendo afirmaciones gratuitas, existen los datos que demuestran lo dicho, y éstos pueden ser consultados en algunos de los sitios que están en los enlaces de este blog.

¿Cuál es la responsabilidad de la TV en este asunto? En la nota leemos:

“casi el total de la población mexicana ve televisión, sólo 4.8% no lo hace y la mayor parte de las personas se enteran de temas científicos o tecnológicos por medio de ella, y en segundo y tercer lugar por la radio y los periódicos. Por ejemplo, saben que la afirmación de que ‘fumar es causa de cáncer’ es verdadera porque lo dice la televisión.”

La televisión es un medio en el que constantemente se miente al tratar temas como fantasmas, ovnis, poderes paranormales, etc. Me asombra la forma en que babean los conductores de TV cuando están frente a Maussán y Trejo. Es increíble que estos dos “expertos en lo insólito” sigan teniendo alguna credibilidad con la gran cantidad de información que los muestra como los charlatanes que realmente son... Bueno, si pensamos en los resultados de la encuesta, en realidad no es increíble.

Citamos nuevamente lo escrito en El Universal: “muchas de estas percepciones se deben a la influencia de los medios de comunicación, los cuales difunden como reales los poderes síquicos de algunas personas, la existencia de objetos voladores no identificados (ovni) y la suerte que poseen ciertos números.”

El editorial de El Universal terminaba con estas palabras:

"El reto en México para todos científicos, maestros, comunicadores, todos, es hacer de lo importante algo interesante para que la ciencia sea (Mario) Molina y no Maussán."

Y el reto también va para quienes nos interesamos en difundir el pensamiento crítico.

Esta encuesta, más allá de hacernos pensar que desenmascarar charlatanes es una causa perdida (eso de que Maussán y Trejo sean considerados científicos es capaz de desanimar a cualquiera), nos debe hacer reflexionar sobre cómo hacer para presentar el escepticismo de forma interesante y atractiva (en el sitio de The Skeptics Society se afirma que algunas personas confunden “escéptico” con “cínico”, es una de las cosas que deben modificarse).

Hay mucho trabajo por hacer...

jueves, marzo 29, 2007

He subido la versión 5.13 de Marcos 16:15

En esta versión (que seguramente no será la última) Kev tiene una participación mayor.

Sí, sé que sólo yo me entiendo...

viernes, marzo 02, 2007

Ya anteriormente publicamos el artículo que Héctor Escobar escribiera sobre "el OVNI del eclipse", agradecemos su permiso para publicar su material, en esta ocasión se trata de la primera parte de su breve recuento del "fenómeno OVNI" en México.

Breve historia de la ufología mexicana
(Primera parte)
Por Héctor Escobar



A diferencia de muchos otros países en donde el fenómeno OVNI ha tomado un amplio arraigo en los medios y en la cultura, llegando a establecerse grupos de investigadores más o menos organizados como son los Estados Unidos con el NICAP, la APRO, el CUFOS, y el MUFON; o España con el CEI y más recientemente con el colectivo de Cuadernos de Ufología y la Fundación Anomalía, etc. La ufología mexicana ha carecido desde sus inicios de grupos de este orden. Incluso es difícil establecer la existencia de investigadores más o menos serios o de algo que pueda llamarse una ufología mexicana. Por el contrario el auge de sociedades o grupos contactados ha sido bastante amplio, con una organización y estructura que envidiarían muchos grupos ufológicos. Este hecho ¿sorprendente?, nos muestra muy claramente el estado de lo que ha sido la ufología mexicana.

Aparecen los platos

“Pobrecito México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Así se expresaba a principios de este siglo el dictador Porfirio Díaz sobre la relación México-EE.UU. Los platos voladores nacieron en los EE.UU. y de ahí nos invadieron. En la prensa mexicana las primeras noticias no aparecen sino hasta 1948 en los periódicos La Prensa y Últimas Noticias y son en su mayor parte notas provenientes de los EE.UU. El tema no aparece fuertemente en los medios sino hasta la oleada de 1950, durante el mes de marzo, y posteriormente el affaire de la mosca dorada en agosto del mismo año, en todos estos casos la influencia de los reportes norteamericanos es enormemente marcada.

El primer contactado

En México ven la luz durante esta primera década ediciones en español de algunos libros que posteriormente se volverían clásicos como El caso de los OVNI de Morris K. Jessup (1955), publicado por Populibros La Prensa y posteriormente Platos voladores de otros mundos de Donald Keyhoe también de Populibros (1955). El tema de la visita extraterrestre se empieza a hacer cada vez más atractivo para los mass media de modo que los relatos de George Adamsky y los venusinos adquieren muchos partidarios. Aparecen en esta línea algunos de los primeros trabajos de mexicanos sobre el tema, como Platos voladores del espacio de Ismael Diego Pérez, libros en los cuales la fantasía y la fe ciega de los autores en lo que dice Adamsky no puede dejar de llamarnos la atención. Estos autores, en su mayoría procedentes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM conformarían la primera generación de interesados en el fenómeno OVNI.

Como Adamsky tuvo tanto éxito, los mexicanos no podíamos ser menos y en los años 60, el taxista Salvador Villanueva aprovechó el éxito del vendedor de hot dogs y afirmó también haber hecho contacto con venusinos en 1953. Villanueva fue más lejos que Adamsky y afirmó haber ido él mismo al planeta Venus a bordo de un plato volador; todo esto lo narra ampliamente en su libro Yo estuve en el planeta Venus, también conocido como Hablemos de Venus, cuyo éxito fue inmediato y conoció numerosas ediciones, tanto en español como en otros idiomas. Incluso, se comenta, que se propuso a Villanueva hacer una película basada en su libro. En este trabajo, Villanueva da vuelo a su imaginación describiendo el planeta Venus, sus habitantes y sus costumbres. Desgraciadamente para Adamsky, Villanueva, Menger y demás cuates de los venusinos, pocos años después las sondas soviéticas Venera descubrirían que Venus era un infierno de azufre y gas carbónico y no el paraíso tropical pletórico de mares y plantas que la ciencia ficción –barata- de la época planteaba. Hoy en día Villanueva –nada tonto- niega haber estado en Venus ofreciendo una versión más acorde, en la que aduce que seguramente fue hipnotizado por los seres extraterrestres para hacerle creer que viajó a otro planeta.

Buenos y malos

La década de los 50 popularizó así la idea de los platos voladores como naves de otros mundos. Benéficos extraterrestres, rubios y angelicales eran el prototipo de Adamsky y también de Villanueva así como de muchos contactados de la época como Siragusa, Angelucci, Menger, Berthurum, Fry y similares, idea que también se refleja en el cine de esos años, sobre todo en el clásico The day they stood the Earth (El día que paralizaron la tierra) de R. Wyse (1951) en donde aparece el prototipo de extraterrestre bueno y pacifista enviado al planeta Tierra a evitar la guerra atómica.

El clima de la guerra fría propició también filmes en los cuales los extraterrestres son generalmente invasores terribles como Earth vs. flying saucers (La tierra vs. los platillos voladores) de F. Sears (1955), Devil girls from Mars de D. McDonald (1955), Flying disc men from Mars de F. C Bannon (1958) o Invaders from Mars de W. Cameron (1953). Todo el macarthismo está presente en la idea de la invasión y el control mental; en esta última película incluso se maneja el tópico de las abducciones y los implantes que vuelven autómatas a los seres humanos, tan en boga hoy en día.

El cine mexicano también haría aparecer los platos voladores en la película del mismo nombre dirigida en 1955 por Julián Soler con las actuaciones del cómico Resortes y Evangelina Elizondo en tono de comedia ingenua. No falta aquí el edulcorado mensaje de paz, canciones como “Los marcianos llegaron ya” en ritmo de Cha Cha Cha, y por supuesto una potencia enemiga (inequívocamente llamada Trusia) que quiere apoderarse de los “extraterrestres”.

Este es el tono que toma el problema de los platos voladores en la década de los 50, algunos reportes aislados de México y notas más o menos dispersas referentes a casos estadounidenses y algunos de la oleada francesa de 1954. Sin embargo, fuera de la oleada de 1950 los reportes y el interés del público mexicano no son aún atraídos por la idea.

Aquí están

Muy distinta sería la siguiente década con un público inmerso totalmente en la hipótesis ET y los OVNIs ya claramente identificados con la mentalidad popular. México recibe así una gran cantidad de publicaciones sobre el tema, principalmente libros españoles y argentinos como el clásico de Antonio Rivera El gran enigma de los platillos volantes y OVNIS en Iberoamérica y España, Los desconocidos del espacio de Donald Keyhoe y muchos más; han llegado también a México algunas de las obras clásicas sobre el tema como Los misteriosos platillos volantes de Aimé Michel o Aparecen los marcianos de Michel Carroughes.

Así las cosas, a mediados de 1965 irrumpe una enorme oleada de informes de avistamientos, la famosa oleada de 1965 en la cual se desata una gran histeria. Los contactados que parecían ya olvidados, hicieron su agosto con todo tipo de predicciones, como aquella anunciada por televisión en el programa de Paco Malgesto, del desfile de OVNIs que habría en pleno centro de la ciudad para conmemorar el aniversario de la independencia de México el 16 de septiembre; huelga decir que dicho desfile jamás ocurrió. A esta “oleada” seguiría en agosto de 1967 un pequeño flap que sin embargo no llegó a calar en la conciencia colectiva, este flap pareció ser un reflejo de una de las grandes oleadas que sacudieron a los Estados Unidos en la misma fecha.

El cine mexicano incursiona nuevamente (y sin el menor éxito) en las tramas extraterrestres; así tenemos La nave de los monstruos de A. Zacarías con Viruta y Capulina (1967), Gigantes planetarios de A. Crevenna (1966), Arañas infernales (1966) de F. Curiel, Blue Demon y Las invasoras de G. Martínez Solares (1968), todas ellas de realización mediocre, autocomplacientes y con mínimos recursos tanto monetarios como cerebrales. Por su parte, los EE.UU. nos hacen llegar numerosas series en donde lo extraterrestre es la clave: Viaje a las estrellas (Star Trek) (1966-1969), Perdidos en el Espacio (Lost in Space) (1965-1968) y Los invasores (The invaders) (1967-1968). Otras series de la época como El túnel del tiempo (Time túnel) (1966) o Viaje al fondo del mar (Voyage to the bottom of the sea) (1963-1968) también hacen mención al tema. El cine nos brindaría –al final de la década- obras tan importantes como 2001 Una odisea del espacio de Stanley Kubrick (1968).

A mediados de 1968 se forma el primer grupo ufológico de México, el CIFEEEAC sigla pomposa que significa Centro de Investigación de Fenómenos Extraterrestres Espaciales Extraordinarios A.C. organizado por Ramiro Garza y Jorge Reichert y que agrupara entre otros a Carlos Guzmán Rojas, Ken Smith y J. Brauer. El CIFEEEAC nunca fue un grupo ufológico formal, sino que podría definirse como un club de amigos interesados en los OVNIs. Hasta donde sabemos, jamás tuvo una metodología de investigación ni nada que se le pareciera, su labor puede considerarse fundamentalmente de difusión, la que sí se realizó ampliamente con organización de conferencias, edición de breves boletines y la edición de dos discos sobre el fenómeno uno de ellos narrado por Ken Smith y el otro que recogía extractos de unas conferencias de Antonio Ribera en México.

Aquí se agrupa la que podríamos considerar la segunda generación de ufólogos de México, nada más que divulgadores, periodistas e interesados sin información científica y abiertos ampliamente a todo lo extraterrestre, desde la astroarqueología hasta las últimas novedades de hermanos del cosmos, la medicina electrónica de Marla, las auras curativas, etc.

De fecha posterior es el CIIFOP Centro de Investigación e Información del Fenómeno OVNI y Parapsicología, lidereado por el licenciado Guillermo Bravo (actualmente sacerdote en Nueva York) con extrañas ideas y nula metodología que se dedicaba a dar conferencias sobre extraterrestres, hombres de negro y similares, el CIIFOP editaba el boletín OVNI que alcanzó cerca de 20 números. Este boletín era editado por un entonces adolescente Luis Ruiz Noguez que posteriormente se volvería un racionalista escéptico.

Además del CIIFOP existía el OVNI Club de México, agrupación de contactados, que contaba con un amplio archivo fotográfico y que estuvo activa a principios de los setenta.

Merece mención aparte el periodista Pedro Ferriz Santacruz, que durante muchos años hizo una amplia labor de difusión a través de la serie televisiva “Un mundo nos vigila”, que se transmitiera por la televisión privada (Telesistema Mexicano) a principios de los setenta y posteriormente en la serie “El enigma de los OVNI” transmitida por la televisión estatal (Canal 13) a principios de los ochenta.

En esta época hacen su aparición publicaciones como Insólito, que dedicaría buena parte de sus páginas a hablarnos de los OVNI; así como la mediocre pero ilustrativa colección española Cíclope, la incógnita del espacio.

lunes, febrero 05, 2007

De brujas y viajes a la Luna
(Segunda parte)


Kepler, el profeta

Nueva Astronomía basada en la causalidad o física del Cielo derivada de investigaciones sobre los Movimientos del Astro Marte fundadas en las observaciones del noble Tico Brahe es el título de la obra en la que Kepler trabajó de 1600 a 1606. Esta obra contiene sus dos primeras leyes planetarias. Estas son las primeras leyes de la naturaleza, leyes en el sentido moderno, Arthur Koestler escribe que se trata de “afirmaciones precisas, verificables, sobre relaciones universales que rigen los fenómenos particulares expresadas en términos matemáticos. Esas leyes divorciaron la astronomía de la teología y la unieron a la física”.

Es posible seguir el camino que siguió el pensamiento de Kepler debido a su manera de exponer su trabajo. Estos escritos de Kepler carecen de rigor, contienen –incluso- sus errores, la manera en que los corrigió y los accidentes en el transcurso de sus indagaciones.

Koestler escribe: “Kepler era incapaz de exponer metódicamente sus ideas a la manera de un libro de texto; tenía que exponerlas en el orden en que se le presentaban, incluso con todos los errores, rodeos y trampas en que había caído. La Nueva Astronomía está escrita en un estilo barroco, nada académico, personal, íntimo, y con frecuencia exasperante.”

El mismo Kepler escribió al respecto: “Lo que me interesa, es no ya tan solo comunicar al lector cuanto tengo que decir, sino manifestarle, sobre todo, las razones, subterfugios y felices azares que me llevaron a mis descubrimientos...”

Kepler –por indicaciones de Tico- comienza a estudiar el movimiento de Marte. Tico y sus ayudantes suponían que las órbitas de los planetas eran circulares, por ello no habían podido conciliar esa suposición con lo que se observaba. Marte posee una órbita pronunciadamente elíptica. Para cumplir con su tarea tuvo que ir dejando de lado las ideas que se tenían sobre el universo (por ejemplo, supuso que la velocidad con que se movían los planetas no era uniforme).

Kepler pidió ayuda en sus cálculos, no la obtuvo. Sus cálculos ocupan 900 páginas, él mismo escribió: “Si tú (querido lector) te sientes aburrido por este fastidioso método de cálculo, ten lástima de mí, que lo repetí por lo menos setenta veces con gran pérdida de tiempo; y no te sorprendas de que ahora hayan pasado ya casi cinco años desde que la emprendí con Marte...” A lo largo de todo este trabajo Kepler cometió errores que “compensaban errores anteriores”, es decir, que los invalidaban y que, después de todo, lo llevaron a la respuesta correcta.

Cuando Kepler creía haber alcanzado el éxito, se percató de que no era así. Encontró pequeñas diferencias entre lo que debía obtener y lo que realmente se observaba. Para Kepler, el hecho de que una teoría elaborada con mucho esfuerzo no correspondiera con lo observado, por insignificante que fuese la diferencia, era suficiente para rechazarla.

Esta actitud es notable, ya que Kepler inicia con una actitud distinta, es su trabajo lo que lo vuelve preciso y exigente. Comenzó a observar la naturaleza con el fin de convertirse en un profeta (es decir, comprender la mente de Dios). Suponía que los seis planetas que entonces se conocían estaban circunscritos en los cinco sólidos perfectos, tal era el “esqueleto del cosmos” (en un cierto momento trató de construir una copa que reprodujera su modelo). Su intención al estudiar astronomía era mejorar este modelo. En Gluón con leche leemos:

Kepler empleó mucho esfuerzo en desarrollar su modelo, compararlo con el modelo de Copérnico, y confrontarlo con las observaciones astronómicas disponibles. Sin embargo, teoría y observaciones no casaban, lo que llevó a Kepler a pensar que las observaciones no eran lo suficientemente precisas, pero no a dudar de si su hipótesis era correcta.

En aquel tiempo, Tycho Brahe, matemático danés residente en Praga, era quien poseía los datos más precisos de observaciones astronómicas, en particular de Marte. Tycho invitó a Kepler a trabajar con él. Sin embargo, no parecieron hacer buenas migas, y no fue hasta la muerte de Tycho que Kepler pudo disponer la totalidad de las observaciones.

Sobre las diferencias entre las observaciones y lo que él esperaba, Kepler anotó: “Y de esta manera hemos destruido el edificio que levantamos sobre el cimiento de las observaciones de Tico... Este fue nuestro castigo por haber seguido algunos axiomas plausibles, aunque fueran en realidad falsos, de los grandes hombres del pasado...”

Sí ya antes había asegurado que la velocidad de los planetas no era siempre la misma, ahora ponía en tela de juicio otra suposición, aseguraba que el movimiento circular debía ser puesto en duda. En palabras de Koestler: “Ya había arrojado por la borda el axioma del movimiento uniforme; Kepler siente y dice que debe seguir igual camino el axioma, más sagrado aún, del movimiento circular. La imposibilidad de construir una órbita circular que satisfaga todas las observaciones existentes le sugiere la idea de que el círculo debería reemplazarse por alguna otra curva geométrica.”

Para seguir atacando este problema, Kepler analizó el movimiento de la Tierra como lo haría un astrónomo, investigador u observador que se encontrara en Marte; descubrió que la velocidad de ésta variaba. Comienza a pensar que cuanto más cerca del Sol está un planeta, más rápido se moverá este último. De igual forma, suponía que la fuerza que el Sol emitía giraba con él y “barría” los planetas. ¿Por qué no completaban todos sus revoluciones en el mismo período? Kepler supuso que se debía a la “pereza” de los planetas y a que son un centro magnético que es atraído o rechazado por el Sol.

Kepler llega a su segunda ley mediante una suma de errores que supuestamente se “anulaban unos a otros”, aunque la razón por la que supuestamente se anulaban era también errónea. Esta segunda ley trataba acerca de los cambios en las velocidades de los planetas al recorrer su órbita, pero no decía nada acerca de la forma de dicha órbita.

Así pues, Kepler había fracasado en determinar la forma de la órbita de Marte (aunque había llegado a su segunda ley). Después de muchos años concluyó: “...la órbita del planeta no es un círculo, sino que se curva hacia adentro por ambos lados y hacia fuera en los extremos opuestos. Semejante curva es un óvalo. La órbita no es un círculo, sino una figura oval.” Kepler trata de comprender y explicar el por qué de esta forma: el Sol empuja al planeta a su alrededor en un círculo y una fueraza contraria (propia del planeta mismo) lo hace girar en un epiciclo y en dirección opuesta, esta combinación de fuerzas da como resultado un óvalo. Kepler se acercaba y alejaba de la verdadera forma de la órbita que tanto le obsesionaba: “si la forma fuese una elipse perfecta, todas las respuestas podrían encontrarse en la obra de Arquímedes y Apolonio.”

Después de seis años de trabajo, Kepler llegó a la fórmula que describía la órbita, pero aún no comprendía que se trataba de una elipse. A continuación Kepler desechó su fórmula y decidió trabajar nuevamente, ya que deseaba llegar a una elipse, es decir, no se percataba de que ya había llegado a ese resultado. Claro que después se dio cuenta de esta situación: “...yo la hice a un lado (la ecuación original), y me ocupé de las elipses creyendo que ésta era una hipótesis completamente distinta, cuando realmente las dos, como lo demostraré en el capítulo siguiente, son una y la misma... ¡Ay, qué tonto he sido!”


Harmonice Mundi

En 1618 quedó lista la Armonía del mundo (tres meses después de que muriera su hija Katherine). En esta obra Kepler trata de llegar a comprender y explicar de forma general el universo, para cumplir esta meta mezcla geometría, astrología, astronomía y música. Kepler trata de comprender los arquetipos que usó Dios en la creación.

Cinco libros componen la obra: los dos primeros tratan de la armonía en las matemáticas, los siguientes tres se ocupan de la música, la astrología y la astronomía. Kepler llamaba armonía a ciertas proporciones geométricas que ve en todas partes; estas proporciones geométricas guiaron a Dios en la construcción de su obra. El ser humano es sensible a la música y ésta se desprende de la armonía de las matemáticas. La geometría es –por todo esto- el lenguaje que permite comprender la manera en que actúa el Espíritu divino. Para Kepler las figuras que se pueden construir únicamente con regla y compás son perfectas (figuras concordantes), aquellas que no se pueden construir así son imperfectas y Dios no las utilizó para embellecer el mundo. Así los polígonos perfectos se convirtieron en su nueva obsesión.

Para Kepler, la esfera simboliza a la Santísima Trinidad, el plano bidimensional simboliza al mundo material, la intersección de ambos (el círculo) simboliza la doble naturaleza del hombre: espiritual y material. A toda esta concepción le dedicó un gran esfuerzo. Las proporciones armónicas podían ser aplicadas a múltiples temas o materias: política, psicología, arquitectura, poesía, metafísica... En el último libro de la Armonía (el quinto) regresa a la cosmología. Trata de encontrar proporciones armónicas en los períodos de revolución de los planetas y no obtiene éxito, Kepler escribe: “Llegamos a la conclusión de que Dios, el Creador, no deseaba introducir proporciones armónicas en la duración de los años planetarios.” Igualmente trató de encontrar armonías en los volúmenes de los planetas, en las distancias máximas y mínimas de cada planeta al Sol... no las encontró. Encontró las armonías cuando transfirió la posición del observador al centro del mundo para examinar las variaciones de la velocidad angular sin atender a la distancia, como vistas desde el Sol. A partir de ese momento comenzó a encontrar armonías en otros aspectos, Kepler escribió: “Los movimientos celestes no son sino un canto continuo para varias voces (percibidas por el intelecto, no por el oído)... El hombre deseaba reproducir la continuidad del tiempo cósmico en una breve hora, mediante una artística sinfonía de varias voces para obtener un dechado del deleite que el divino Creador tuvo en sus obras, y para participar de su alegría haciendo música a imitación de Dios.”

La tercera ley de Kepler está oculta entre disertaciones de este tipo. El trabajo científico de Kepler estaba mezclado con alquimia y astrología, aunque él mismo llegaba a despreciar esos quehaceres, sobre el rosacuz Robert Fludd escribió: “Es evidente que él se complace principalmente en las charadas ininteligibles sobre el mundo real, en tanto que mi finalidad es, por el contrario, llevar los oscuros hechos de la naturaleza a la brillante luz del conocimiento. El método de Fludd es el de los alquimistas, herméticos y discípulos de Paracelso; el mío, el del matemático.” Para Kepler sus tres leyes no eran algo importante, eran tan sólo parte de algo más grande: de su concepción del universo. Koestler escribe que las tres leyes “son las columnas sobre las cuales descansa el edificio de la cosmología moderna. Sin embargo, para Kepler eran sólo ladrillos, entre otros ladrillos, destinados a la construcción de su templo barroco, proyectado por un arquitecto lunático.”


Los sonámbulos

Para esta entrada consulté el escrito “Los sonámbulos” de Arthur Koestler. ¿Por qué ese título? Hemos visto la forma en que Kepler escribía, sus objetivos, sus intereses, sus creencias, lo que consideraba realmente importante y la poca importancia que le dio a sus tres leyes.

Alquimia, armonías, símbolos y astrología se combinan con su interés en las mediciones precisas y con su preocupación por contrastar los hechos observados con la teoría. Koestler explica: “Kepler se sentía obsedido por un cosmos construido sobre los cuerpos pitagóricos y las armonías musicales, pero esta obsesión no era tan extravagante como hoy nos parece. Concordaba con las tradiciones del neoplatonismo, con el renacimiento del pitagorismo, con la doctrina de los discípulos de Paracelso, de los rosacruces, de los astrólogos, de los alquimistas, de los cabalistas y de los herméticos, que aún descollaban notablemente a principios del siglo XVII.”

Las siguientes palabras las escribió Kepler en el prefacio al libro quinto de la Armonía del Mundo (en ésta aparece la tercera ley), y lo muestran en su faceta de profeta: “he robado los vasos de oro de los egipcios para hacer con ellos un tabernáculo para mi Dios, lejos de las fronteras de Egipto. Si me perdonáis me alegraré. Si estáis enojados, lo soportaré. Mirad, la suerte está echada, y estoy escribiendo un libro para mis contemporáneos o para la posteridad. Para mí es indiferente. El libro podrá esperar cien años para encontrar un lector, puesto que Dios esperó seis mil años a un testigo...”

Koestler dice que las dos primeras leyes fueron encontradas por Kepler “en virtud de esa peculiar combinación de intuiciones de sonámbulo y de vivos estados de vigilia, un proceso mental verificado en dos planos, de cuyas aparentes equivocaciones Kepler obtuvo misteriosos beneficios.” Sobre la tercera ley, escribe que fue el resultado de pacientes trabajos.

Más adelante anota:

“La paradoja, pues, no estriba en la naturaleza mística del edificio de Kepler, sino en los elementos arquitectónicos modernos que él empleó, en su combinación de incompatibles materiales de construcción. Los arquitectos de sueños no se molestan por las imprecisiones de una fracción decimal; no se pasan veinte años haciendo cálculos penosos para elevar sus torres fantásticas. Sólo algunas formas de desequilibrio exhiben este procedimiento en la locura. Al leer ciertos capítulos de Harmonice Mundi recuerda uno las pinturas explosivas, pero penosamente elaboradas, hechas por esquizofrénicos, que podrían pasar por arte legítimo en el caso de que hubieran sido pintadas por un salvaje o por un niño, pero que es menester juzgar desde el punto de vista clínico, si sabemos que se trata de la obra de un tenedor de libros graduado y de edad mediana. La esquizofrenia kepleriana se manifiesta sólo cuando juzgamos a Kepler por la obra que cumplió en óptica, cuando lo juzgamos como pionero del cálculo diferencial y como descubridor de las tres leyes. Su espíritu se revela en la manera en que él mismo se veía cuando no era presa de su obsesión: un sobrio hombre de ciencia ‘moderno’, no perturbado por ninguna inclinación mística (...) Un hecho, una vez descubierto, tiene una existencia propia y se relaciona con otros hechos que sus descubridores nunca habían soñado.”

lunes, enero 08, 2007

El video de un muñeco siendo descuartizado

Entre los sucesos ufológicos que más llamaron mi atención el año pasado estuvieron los siguientes:

Del lado escéptico: el blog Marcianitos Verdes y el regreso de Perspectivas. Luis R Noguez recibió, merecidamente, el premio Cuadernos de Ufología y el Candela. Es difícil –por no decir imposible- encontrar a alguien que sepa más sobre el “mundo de los ovnis” que el “tal Noguez” (como se dice a sí mismo).

Del lado crédulo: el “caballo volador” y el “extraterrestre de Mérida”.

Mención aparte merece la presentación de la película en la que se muestra la forma en que se realizó la llamada autopsia extraterrestre. ¿Qué dijeron en su momento los ufólogos? En Magonia Luis Alfonso Gámez escribió sobre las declaraciones de John Humphreys, y sobre lo que Javier Sierra escribió para AÑO/CERO, pero ¿cómo se presentó la información en México? ¿Cómo presentaron la supuesta autopsia los “expertos en el mundo de lo insólito” (esos que dicen hacer ufología de vanguardia y estar al frente de “la televisión inteligente”)? Hagamos un poco de historia...

Corría el año de 1996, la autopsia extraterrestre y el “monstruo que vino de la televisión”: el temible chupacabras, eran los casos con los que Maussán sorprendía a su público.

El ufólogo presentó el video de la supuesta autopsia extraterrestre en un programa nocturno de variedades cuyo nombre no recuerdo y que se transmitía de lunes a viernes por "el canal de las estrellas” a eso de las diez u once de la noche, lo que sí recuerdo es que era conducido por Daniela Romo. Creo que en esa ocasión también presentó imágenes de los “platillos voladores de plasma” que fotografiaba Carlos Díaz (Héctor Escobar ha planteado la posibilidad de que los ovnis de plasma en realidad fueran lámparas de vidrio soplado). La credulidad estaba al máximo: ¿objeciones? Ninguna. Todos estaban convencidos de la veracidad de las imágenes presentadas, las evidencias eran tan claras que las dudas estaban fuera de lugar. ¿A alguien le extraña esto?

El 17 de febrero de ese año acudí a una de las conferencias que Maussán dictó en el Teatro Metropolitan, dicha conferencia trató sobre la “autopsia” con la que hacía negocio Ray Santilli. En ese entonces yo me tomaba en serio al ufólogo, pero las cosas comenzaron a cambiar gracias a la información que fui encontrando:

* En el número 17 de la revista Contacto Ovni, Luis Ruiz Noguez escribió sobre la réplica hecha en Argentina (aquí la información al respecto). En ese mismo número apareció una entrevista que Alejandro Agostinelli le realizó a Michel Monnerie, “padre” de la llamada “hipótesis psicosociológica” y Óscar Zapién Jimeno expuso sus conclusiones sobre una esfera que cayó en Chiapas.



* Óscar García y Luis Ruiz Noguez publicaron un número especial sobre la “autopsia” en la desaparecida Contacto Ovni. Óscar García, entre otras cosas, expresaba en el editorial:

Dice Luis Ruiz Noguez (quien en conjunto desarrolló este número especial) que la ufología es el circo de la razón, el paraíso de la espectacularidad, la búsqueda continua de la noticia maravillosa que asombre a los lectores en este fenómeno elusivo. Es la constante nota amarillista, el convencimiento total de algunos de que Ellos están aquí; la negación argumentada de los escépticos y la burla de los ajenos. Por eso ver las imágenes de una supuesta autopsia de un extraterrestre sólo nos confirma más el hecho de que el tema de los OVNIS aún tiene mucha más tela para cortar de la que se pensaba (...) El circo de la ufología está actualmente presentando el mejor acto del espectáculo, es la premiere de la gran atracción, la mujer barbuda de nuestras necesidades morbosas. Por eso está toda la información. Y por eso viaja por todo el mundo vía internet, por eso se debate, se cuestiona, se replica y se repite (como se hizo en Argentina) y por eso aquí las presentamos y les brindamos las opiniones de importantes ufólogos del mundo con quienes hemos hablado personalmente para que usted se entere, sepa, juzgue, piense, opine e interactúe con nosotros, con su inteligencia, su razón y su decisión...



Además de analizar la información que hasta ese momento se tenía sobre la cinta, también Luis Ruiz Noguez contaba la historia del OVNI estrellado en México en 1950, explicaba las fotografías de Nicholas von Poppen y presentaba la explicación al “incidente Roswell”: el proyecto Mogul; por su parte, Óscar García escribió sobre el mítico Majestic-12, y las otras “autopsias”.

También aparecieron las opiniones de varios ufólogos, la de Diego Viegas, del Centro de Investigación del Fenómeno OVNI (CIFO), resumía muy bien lo que hasta ese momento se podía pensar sobre la sensación del momento, por ello la transcribo:

Me parece que la filmación es algo no muy creíble y ahora más de verla varias veces y después de comprobar que gente de acá, de Buenos Aires, especialistas en efectos especiales, fueron capaces, en un fin de semana, de hacer un muñeco exactamente igual al que aparece en la filmación.

La duración de la falsa autopsia hecha en Argentina fue de cuatro minutos y se hicieron imágenes idénticas a las de la supuesta autopsia original, pero creo que si le hubieran dado más tiempo a estos especialistas en efectos especiales probablemente hubieran hecho algo mejor.

Otro dato que hace dudar de la veracidad de la filmación es que, por ejemplo, cada vez que la cámara se acerca a los órganos se va fuera de foco; cosa ilógica en un camarógrafo que estaba filmando un cuerpo que supuestamente sería extraterrestre y que era la primera vez que esto se hacía en el mundo.

Otra de las cosas que a uno le hacen ver que es un truco, es el tema de los cirujanos que aparentemente no serían ni cirujanos ni patólogos porque, según los médicos que entienden de este tema, dicen que tratan muy mal a los órganos y si consideramos que estos órganos eran únicos (eran de un ser de otro planeta) evidentemente estamos frente a un fraude; frente a actores que se hacen pasar por cirujanos pero que no tienen cabal idea de cómo realizar una autopsia.

También al juntarlo con el mito de Roswell, pues este caso no es más que una leyenda que fue creada en 1947 porque en realidad nunca cayó un disco. Lo que cayó fue un globo del Proyecto Mogul de la época de la guerra fría, y aunque no fuera eso, evidentemente estamos frente a la caída de restos de láminas y nunca un disco, jamás, sólo fue un rumor.

Hay otras muchas incongruencias más y contradicciones, como en las que ha caído Ray Santilli (el documentalista inglés) desde el comienzo, como el hecho de que él, desde hacía dos años, estaba preparando esta película para sacarla a la venta. Dijo también que en un pedazo de la película aparecía Harry Truman y luego, en lo que vende, nunca aparece el ex presidente. Y por esto podemos ver que este caso es uno de los trucos más lucrativos de los últimos tiempos.

Santilli es un documentalista que su materia es el cine y creo que quiso hacer un gran negocio donde no tenían que dejar nada al azar. Creo que filmó la autopsia en película vieja de 1967 o quizá 47, luego han escrito cartas a Kodak y todo lo han armado para no dejar nada al azar... Sin embargo la prensa en general lo ha tomado con mucho escepticismo, y yo creo que el público en general lo ha tomado con mucha cautela e incluso los ufólogos, aún los más crédulos, los más ingenuos han tenido mucho cuidado con este evidente engaño.

La cautela de la que escribía Diego, no podía encontrarse en los más ingenuos y crédulos ufólogos mexicanos.

* Luis Ruiz publicó el libro La autopsia extraterrestre, el mito dentro del mito, el libro fue publicado por Mina Editores.

* Héctor Escobar y Óscar García tradujeron el informe Roswell de la USAF, mismo que Mina Editores puso a la venta junto con el libro de Luis R Noguez, también se publicó en el número cuatro de la revista Perspectivas Ufológicas .

* Mario Méndez Acosta organizó una conferencia en el Club de Periodistas de México, ésta trataría sobre este caso y se llevaría a cabo el 17 de abril. Esa fue la primera vez que acudí a las conferencias mensuales de la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica (SOMIE), pero Mario cometió un descuido: organizó dos conferencias para ese día. Así, la bióloga Mónica Lavín (quien junto con Mario Méndez y Mauricio-José Schwarz conducía el programa radiofónico de divulgación científica Muy Interesante) habló sobre evolución. Finalmente el 15 de mayo los escépticos presentaron el video de Santilli y la réplica hecha en Argentina. Pero además de hablar de esta cinta, hablaron de la otra maravilla que presentaba Maussán: el chupacabras. Estuvieron en la mesa Mario Méndez Acosta, Óscar García, Luis Ruiz Noguez, Héctor Escobar y Héctor Chavarría.

Pero si ya la revista Contacto Ovni había publicado un número especial sobre la autopsia extraterrestre, Maussán –dentro de la misma Contacto Ovni- publicó un número especial dedicado a los ovnis estrellados en todo el mundo.

En un apartado se mencionan tres hipótesis para explicar el origen del “ser” al que se le realiza la autopsia: entidad extraterrestre, muñeco y ser humano con anomalías particulares. Sobre la segunda leemos:

MANIQUIES O MUÑECOS. La hipótesis es difícilmente sostenible a causa de los acercamientos presentes en la película que demuestran la realidad del instante. Además, en 1947 no se contaba con el material ni el conocimiento para hacer efectos especiales de ese tipo.

Maussán escribió un artículo en el que argumentaba que el extraterrestre de la autopsia no pertenecía al caso Roswell sino al caso Socorro-Magdalena:

Todo parece indicar que el 31 de mayo de 1947, se estrelló un OVNI entre los poblados de Socorro-Magdalena, en las inmediaciones de una mina que fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial. Curiosamente ésta fue abierta de nuevo el 1 de junio de 1947. Todo parece indicar que fue en esta mina en donde se llevó a cabo el rescate de la nave interestelar y sus cuatro tripulantes; uno de ellos fue liquidado allí mismo. Los otros tres fueron hechos prisioneros y posiblemente llevados a la base de Fort Worth, en Dallas, donde un camarógrafo de nombre Jack Barnett (en realidad es Jack Show) habría filmado dos autopsias; una, el 1 de julio de 1947 y la otra, el 3 de julio de 1947; precisamente un día antes de que cayera el segundo objeto en Roswell. Esta “coincidencia” resulta extraordinaria.

Más adelante escribe:

Cuando los ufólogos empiezan a revisar los detalles de la historia de la autopsia, encuentran diferencias en las fechas y el lugar, así como en las características físicas de los seres. Para muchos investigadores esta situación desacredita por completo la autopsia; sin embargo, es probable que estas diferencias sean las que demuestren que los dos casos (Roswell y Socorro-Magdalena) son auténticos.
En el supuesto caso de que la película fuera una falsificación, se hubiera tenido el cuidado de simular todos los detalles (la fecha de la caída del OVNI, así como las características físicas de sus tripulantes) del estrellamiento del 4 de julio, en Roswell.


Mientras más se profundice en esta investigación se demostrará que la autopsia del extraterrestre pertenece al estrellamiento de Socorro-Magdalena; el hecho de que se haya confundido y asociado con el estrellamiento de Roswell, no le quita credibilidad ni validez.

Según esta versión, no sólo se estrellaron dos platillos voladores sino dos platillos voladores ¡de diferentes civilizaciones! Luis Ruiz Noguez explicaba las diferencias de una forma más sencilla:

Creo que el montaje no lo hizo ningún ufólogo, sino alguien que hizo una lectura muy superficial del Incidente Roswell y que no está familiarizado con el asunto. De otra manera no se podrían explicar los evidentes errores y diferencias con la “historia oficial de Roswell”: el número de dedos, el tamaño de los extraterrestres, el lugar del impacto, etc.

Es más que probable que el autor fuera el propio Santilli (tal vez ayudado por alguien del BUFORA), pues su compañía estaba a punto de irse a la quiebra poco antes de que apareciera la película.

Maussán termina de la siguiente forma su artículo:

LOS OTROS DESINFORMADORES

Es importante señalar que la mayoría de las afirmaciones que hacen los ufólogos respecto a la autopsia son falsos, porque no la han investigado; casi nadie en el mundo se ha tomado la molestia de ir al lugar en donde supuestamente cayó la nave; entrevistar a los testigos; hacer análisis de todos los elementos que integran el caso, etc. Simplemente dicen “este teléfono no es de esa época” o “esto no es de ese tiempo”, sin tener las pruebas para demostrarlo.

Quienes hacen este tipo de aseveraciones no efectúan ningún tipo de investigación y esto parece ser en la mayoría de los casos. En casi todos los artículos que se han escrito alrededor de la autopsia no se dan nombres o elementos, que demuestren una investigación propia. Simplemente se critica por “sensaciones”: “Esto me parece falso”, “Esto me parece que no es cierto”, y luego tratan de duplicarlo para demostrar su supuesta “falsedad”.

Tal es el caso de la autopsia presentada en Argentina; su intención era demostrar al público televidente que por medios caseros se podía simular una autopsia igual a la original. Sin embargo, es verdaderamente burda; más aún resultó ser la presentada en Inglaterra. Como pretenden que sea exactamente lo mismo, si no lo es. Pero no se pueden hacer cosas tan simples, tan ridículas, para tratar de desacreditar algo que podría ser verdadero.

Además, en base a los testimonios de los médicos forenses que se han consultado en todo el mundo, aunque no dicen que se trate de un ser extraterrestre, tampoco mencionan que sea un muñeco. Y se refieren al cuerpo como “una entidad biológica”.

En 1947 se consideraba que el caso Roswell era un truco, una equivocación. Se desacreditó el caso y ningún investigador del fenómeno OVNI quería escuchar sobre Roswell. Lo mismo sucedió con el caso Aztec. Ahora sucede lo mismo con la autopsia. Pero ¿qué dirán todos aquellos que se lanzaron, sin tener mayores elementos, cuando se demuestre que este material es real? Significa que no pueden ver la realidad, ni cuando está enfrente de sus narices. Entonces ¿qué tipo de investigadores son?

Si nos demuestran que es falso lo aceptamos. Aunque el hecho de aceptar una equivocación, es un arma utilizada por los escépticos y seudoinvestigadores del fenómeno OVNI, para desacreditar todas las investigaciones desarrolladas en diferentes campos. Sin embargo, es un riesgo que debemos tomar.

Puedo estar equivocado, pero en mi opinión la autopsia del extraterrestre es auténtica y proviene del estrellamiento ocurrido cerca de los poblados de Magdalena y Socorro, y no de Roswell. Sin duda se trata de un parteaguas en la historia del ser humano, que con el tiempo irá tomando su valor.

Maussán escribía que la autopsia trucha (así le llamaron a la réplica de Argentina) era verdaderamente burda, pero Luis Ruiz Noguez (en su artículo de Contacto Ovni sobre la autopsi trucha) escribió: "El resultado fue una película que es indistinguible de la de Santilli. Un excelente trabajo que fue realizado, repito, en tan sólo una semana y con los medios precarios de los técnicos en efectos especiales argentinos.

Mario Méndez Acosta también difería de Maussán (Ciencia y Desarrollo no. 128):

“El investigador argentino, Alejandro Agostinelli, realizó el año pasado, en únicamente diez días, la grabación de otra autopsia idéntica, hecha en un modelo de látex y plástico similar al de la cinta de Santilli, con resultados mucho más convincentes que los de la versión original.”

A una década de haber sido presentado, este “parteaguas en la historia del ser humano” realmente ha tomado su valor.

Nota (29 de agosto de 2009): En El fraude de Scully Luis Alfonso Gámez hace un resumen del caso Aztec.