lunes, agosto 21, 2006

DEL CAMINO QUE HAY QUE RECORRER PARA LLEGAR A LA SANTIDAD
(Primera parte)


En su Introducción a la historia de la filosofía el filósofo Ramón Xirau expresa lo siguiente sobre Ludwig Wittgenstein: “Es apasionante, y es difícil, seguir la obra de este gran pensador en quien vienen a reunirse la viveza y la ironía del pensamiento socrático, cierto patetismo romántico, y ciertas inclinaciones místicas –el pensador a quien más admiraba de todos los del siglo XIX era Kierkegaard- que un poco como Kafka, nunca alcanza a convertir en creencia.”

M. O’C. Drury cuenta que en alguna ocasión escuchó a Wittgenstein hablar sobre Kierkegaard. Drury sólo conocía algunas citas de ese autor, por ello es que buscó traducciones de su obra, pero la búsqueda resultó infructuosa. Entonces decidió pedirle a Wittgenstein que le platicara sobre Kierkegaard. Wittgenstein le dijo: “Kierkegaard fue sin duda el pensador más profundo del siglo XIX. Kierkegaard fue un santo”.

¿Qué le mencionó Wittgenstein sobre las ideas de Kierkegaard? Drury anota:

“Habló entonces de las tres categorías de estilo de vida que juegan un papel muy importante en la obra de Kierkegaard: la estética, cuyo objetivo es obtener el máximo gozo posible en esta vida; la ética, en la cual la idea de deber exige la renunciación, y la religiosa, en la que esa misma renunciación se convierte en una fuente de gozo.”

Drury cita a Wittgenstein: “En cuanto a esta última categoría, no pretendo comprender cómo es posible. Nunca he sido capaz de negarme algo a mi mismo, ni siquiera una taza de café cuando la he querido. Espero que no le importe que no crea lo que Kierkegaard creía, pero de una cosa estoy seguro, de que no estamos aquí para divertirnos.”

Leo las anteriores líneas y las preguntas vienen a mi mente. Demasiadas ideas en unas cuantas palabras. ¿El hombre que renunció a su fortuna no es capaz de negarse una taza de café? ¿Qué quiso decir con aquello de que no estamos aquí para divertirnos?, ¿con divertirnos se refería a gozo frívolo? En otra entrada intentaré escribir sobre la idea que Wittgenstein tenía sobre la felicidad.

Las siguientes tres entradas son un intento de profundizar en el pensamiento de Wittgenstein, también son un primer acercamiento a la obra de Kierkegaard. ¿Quién es Kierkegaard?, ¿por qué Wittgenstein lo admiraba?, ¿a qué se refería Kierkegaard con “categorías de estilo de vida”?


SER O NO SER

En el mismo libro de Xirau leemos que Soren Kierkegaard es fundador del existencialismo (o de los existencialismos). Al igual que otros filósofos, Kierkegaard fue un crítico de Georg Wilhelm Friederich Hegel. ¿Qué le critica Kierkegaard a Hegel? El método dialéctico.

Xiarau afirma: “Desde el punto de vista formal, el método dialéctico consiste en afirmar, revolucionariamente, que la verdad no surge de la identidad sino de la oposición y aun de la contradicción. Si establecemos una tesis A, esta tesis, analizada a fondo, dará lugar a su antítesis no-A, la cual, analizada a fondo, volverá a remitirnos a A. En la filosofía clásica esta oposición de términos que nos remiten uno a otro era una simple y llana contradicción. Para Hegel, de la oposición de dos términos surgirá un tercer término (la síntesis), en la cual A y no-A vendrán a reunirse para adquirir sentido y para dar lugar a una nueva realidad o concepto.”

Para aclarar lo anterior, Xirau toma un ejemplo de la Lógica de Hegel. Tesis: Ser. Antítesis: no-ser. La tesis nos lleva a la antítesis y “Si ahora analizamos esta antítesis veremos como ella se niega a sí misma y nos remite nuevamente al ser, pues el no-ser es impensable a menos que lo pensemos como una suerte de cosa, o lo imaginemos como aquella imagen negra o aquel fondo de mar imposible, es decir, a menos que lo pensemos o lo imaginemos como alguna forma de ser.” Pero ¿y cuál es la síntesis? El devenir. Es en ese concepto donde “viene a juntarse el ser y el no-ser. El devenir es el concepto de aquello que transita, pasa y se altera y, por lo tanto, implica ser y no-ser.”

Xirau también explica que los conceptos de progreso y enriquecimiento están presentes en la filosofía de Hegel: “En cualquier tríada –tesis, antítesis, síntesis- la tesis es siempre más primitiva que la síntesis. La síntesis tiene siempre mucho más contenido que la tesis o la antítesis. El devenir es más rico que el ser o que el no-ser. Por otra parte, la noción del ser es absolutamente pobre ya que no tiene ninguna determinación. Así, la filosofía de Hegel debe concebirse como un enriquecimiento progresivo, si se quiere, un progreso cada vez más lleno de contenido.”

¿Por qué criticaba Kierkegaard el método dialéctico? Porque mediante éste, Hegel elimina las contradicciones, tal cosa resulta inadmisible para Kierkegaard. En la vida podemos elegir entre opuestos, y no es posible evitar los conflictos o los sufrimientos que puede provocarnos el hecho de tener que decidir o el hecho de hacer una mala elección. Debemos asumir las consecuencias de nuestros actos: o somos honestos o no lo somos, o mostramos lealtad a nuestros amigos o no lo hacemos, o hacemos trampa en un examen o contestamos lo que realmente sabemos, o hacemos el trabajo que se nos encomendó o nos vamos de parranda, o somos infieles con nuestra pareja o no lo somos, o decidimos unirnos en matrimonio o renunciamos a éste –tal y como lo hace Kierkegaard- para dedicarnos a nuestra obra... Para Kierkegaard, lo que Hegel hace es plantear que, en el fondo, no hay conflicto.

Escribe Xirau: “La verdad no está para Kierkegaard en salvar las contradicciones de la vida, sino en vivirlas. De ahí que, como él mismo escribía, el verdadero conflicto del hombre sea el de Hamlet: ser o no ser. (...) Hegel diría que lo ‘uno’ lleva a lo ‘otro’ para que ambos acaben por identificarse en el ‘uno que es lo otro’. Kierkegaard nos da a escoger ‘o lo uno o lo otro’ porque para él la vida es un acto de libertad constante, un acto de constante compromiso y decisión.”

Sobre esto, leemos en El poder de la palabra: “Hegel afirmó haber conseguido un absoluto entendimiento racional de la vida humana y de la historia, Kierkegaard, por el contrario, resaltó la ambigüedad y la paradójica naturaleza de la situación de los hombres. Afirmaba que los problemas fundamentales de la existencia desafían una explicación racional y objetiva; la mayor verdad es subjetiva. Kierkegaard mantenía que la filosofía sistemática no sólo impone una falsa perspectiva de la existencia humana, sino que también, al explicar la vida en términos de necesidad lógica, se convierte en una manera de evitar la elección y la responsabilidad. Creía que los individuos crean su propia naturaleza a través de su elección, que ha de hacerse sin el peso de normas universales y objetivas. La validez de la elección se puede determinar tan sólo de una forma subjetiva.” Más adelante veremos la importancia de la subjetividad en la obra de Kierkegaard.

Pero Kierkegaard no sólo niega a Hegel, niega cualquier interpretación excesivamente sistematizada de la vida. Cito nuevamente a Xirau: “El ser es el hombre individual, vivo y concreto. El sistema de los filósofos no toca la verdad de la vida. A la teoría abstracta opone Kierkegaard la experiencia concreta, a las elucubraciones del pensamiento puro y distraído de la vida, la existencia.”

La vida está llena de contradicciones, la vida es contradictoria. Kierkegaard trata de encontrar el sentido de las contradicciones. Es imposible encontrar el verdadero sentido de la vida sin vivir la contradicción.

La desesperación es lo que nos hace avanzar, lo que nos libera, lo que nos aclara el sentido de la vida. Kierkegaard habla del hombre estético, el hombre ético y el hombre religioso. Y Kierkegaard no los describe porque crea que existan estos tres tipos de hombres, lo sabe, lo sabe porque él fue un hombre estético, vivió como tal durante sus estudios universitarios; la desesperación lo convierte en hombre ético, y la misma desesperación lo convierte en un hombre religioso (en un santo, decía Wittgenstein). Entonces, podemos afirmar que Kierkegaard es subjetivo hacia los demás, es decir, usa sus experiencias personales para comprender a sus semejantes, a los otros hombres. Así, la vida y la obra filosófica de Kierkegaard están unidas, en palabras de Xirau: “La mejor biografía espiritual de Kierkegaard debe encontrarse en su obra misma. Sus libros lo expresan en su vivir y en su desvivirse como pocas veces acontece en la historia del pensamiento.”

En la siguiente entrada escribiré acerca de los tres tipos de hombres a los que se refería Kierkegaard (veremos las características de cada uno de ellos). Para explicar al “hombre estético” recurriré a Adonis García, el protagonista de uno de mis libros favoritos: El vampiro de la colonia Roma.

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