lunes, agosto 15, 2005

La ausencia de los extraterrestres


En 1813 se terminó la construcción del Palacio de Minería, obra del arquitecto Manuel Tolsá. Esta construcción, que se localiza en la calle de Tacuba en el centro de la Ciudad de México, forma parte del patrimonio cultural de la UNAM.

El Palacio de Minería fue sede de la Facultad de Ingeniería, en los años treinta del pasado siglo se creó la Facultad de Ciencias. Don Ricardo Monges López y Don Manuel Sandoval Vallarta participaron en la fundación de dicha facultad.

En los salones y patios del Palacio de Minería se llevan a cabo exposiciones de artes y ciencias, además de diversas actividades artísticas.

Durante el mes de febrero de 2004 se realizó la XXV Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Se llevaron a cabo conferencias, presentaciones de libros y diversos talleres. Hasta hubo espacio para prevenir al público sobre la falsa ciencia, Gloria Almanzar, del Museo de Historia Natural de la Ciudad de México, participó con la conferencia “Ciencia, peseudociencia y mitos”.

Los pronósticos no eran buenos, había quienes aseguraban que la colección no llegaría al libro número ocho, y sin embargo, la tarde del jueves 26 de febrero se presentó, dentro de esta feria del libro, el número 193 de la serie.

María del Carmen Farías, coordinadora de la colección, expresó: “Hemos roto todas las expectativas, con este libro ha pasado algo muy interesante, este es el primer libro de la colección que hacemos a color porque tuvieron que pasar muchos años para convencer que realmente podíamos tener libros que pudieran aguantar el costo de producción y recuperación.”

Y realmente se han superado las expectativas, la colección La Ciencia desde México se ha internacionalizado y ha tomado el nombre de la Ciencia para Todos. Sus propios creadores explican: “A los diez años de este fructífero trabajo se dio un paso adelante, que consistió en abrir la colección a los creadores de la ciencia que se piensa y crea en todos los ámbitos de la lengua española –y ahora también del portugués-.”

Debido a que casi todos los libros de divulgación científica de venta en México eran extranjeros, en 1986 dio inicio esta serie de divulgación científica del Fondo de Cultura Económica. Es así como los científicos mexicanos aceptaron un desafío: acercar la ciencia al público en general.

En la colección participan tanto científicos que tienen amplia experiencia en hacer divulgación científica –como la doctora Julieta Fierro- así como investigadores que apenas dan sus primeros pasos en este sentido.

Por qué no hay extraterrestres en la Tierra es, precisamente, el primer libro de divulgación científica del astrofísico Armando Arellano Ferro. Esta obra, en palabras de María del Carmen Farías, viene a hacer frente a la aterradora pseudociencia que tanto abunda en los medios.



El título del libro es provocador, grandes sectores de la sociedad están convencidos de la presencia extraterrestre en nuestro planeta; y aquí tenemos una obra que pone en duda esta creencia. El autor escribe: “Es mi esperanza que, al final del libro, el lector llegue a la conclusión de que la presencia de extraterrestres en la Tierra y los ovnis como una prueba de su existencia, son solamente temas de ciencia ficción, una forma de literatura no menos válida que cualquier otra si se maneja con arte y destreza, o bien una forma de comercialismo malintencionado y sin escrúpulos que juega con las ilusiones y la razón de la gente”.

“Vida extraterrestre, una fascinante idea entre el conocimiento y la fantasía” rezaba el cartelón que invitaba a la presentación del libro, al final de dicho cartelón otra frase provocadora: “Su presencia en la Tierra... un imposible."... Por supuesto que no podemos afirmar que el autor del libro fuera el responsable de las anteriores afirmaciones.

Pero no sólo el título atrae las miradas, la portada es excelente. Teniendo como fondo el misterioso universo, los ojos de un extraterrestre -apenas sugerido- miran a la Tierra. Un buen trabajo de la diseñadora Laura Esponda.

¿Y quién es el hombre que se atreve a poner en duda la presencia de los extraterrestres en la Tierra? El mexicano Armando Arellano Ferro obtuvo su licenciatura en la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional y su maestría y doctorado en astrofísica en la Universidad de Toronto. Es investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM. Su campo de actividad es el de la astrofísica estelar por medios observacionales.

Y para presentar su libro le acompaña –además de la coordinadora de la serie- la bióloga Marisol Montellano, quien cursó su carrera en la Facultad de Ciencias de la UNAM.

Marisol Montellano aclaró que los científicos no niegan la posibilidad de la vida extraterrestre: “Yo creo que sí la hay. No es que no haya vida en otros lugares sino que es poco probable establecer el contacto y una comunicación”. La científica agradeció la invitación a presentar el libro, aunque “de entrada fue una sorpresa porque soy paleontóloga de vertebrados y no sabía qué relación podía tener con los extraterrestres, no encontraba la conexión, aunque la ciencia ficción me ha gustado desde niña, me encantaba Viaje a las Estrellas, los libros de Ray Bradbury, ET y otras películas; y a los que nos encanta la ciencia ficción casi nunca nos ponemos a pensar en todo lo que habría que enfrentar para realmente tener contacto con los extraterrestres, los problemas del viaje interestelar, el costo de energía por ejemplo, y es de lo que nos habla Armando...” Finalmente encontró la conexión entre su especialidad y el tema del libro: “Si hubieran llegado los extraterrestres en la época de los dinosaurios, ¿qué impacto hubieran tenido en la Tierra?... Yo como paleontóloga salgo al campo y busco fósiles, busco evidencia de vida en el pasado. ¿Qué evidencias podrían haber dejado los extraterrestres en la Tierra y qué posibilidades tendríamos los paleontólogos de encontrarlas? Encontrar esa evidencia puede ser poco probable, ¿qué debería encontrar un paleontólogo para decir ‘esto no es de la Tierra, esto viene de fuera’?... Bueno, sí pude relacionar la paleontología con el tema de los extraterrestres”.

Durante su intervención, el astrofísico explicó lo que le llevó a escribir sobre este tema: “A los científicos nos gusta divulgar la ciencia que hacemos, compartirla con la gente que no es necesariamente científica y que trabaja en otras áreas del conocimiento, y a lo largo de los años, dando conferencias y pláticas sobre temas astronómicos, no importaba de que hubiera yo hablado, al final la gente siempre preguntaba ‘¿qué son los hoyos negros?’ y ‘¿existen los ovnis?’ Entonces la sección de preguntas y respuestas se desviaba del tema original y acabábamos en un debate de hoyos negros y ovnis. Fui coleccionando preguntas del público y me fui preocupando por afinar mis respuestas. Esto me llevo finalmente a ponerlo todo en un libro.”

Sobre el propósito del texto, dijo: “Mi objetivo es informar a la gente de las actividades de la ciencia. Tarde o temprano los temas que van tocando los capítulos del libro tienen que ver con la pregunta de si existen los extraterrestres y, en particular, si esos extraterrestres han podido alguna vez tener presencia en la Tierra. El libro busca ofrecer una lectura alternativa a la gente, en los medios -las revistas, los periódicos, la televisión, el internet- encontramos con una ligereza sorprendente supuestas evidencias de la existencia de ovnis y de la supuesta presencia de los extraterrestres en la Tierra, y lo presentan tan a la ligera que la gente ha acabado por acostumbrarse y por considerar estas cosas no nada más como producto de la ciencia ficción sino como una verdad casi absoluta, y eso desde el punto de vista científico es preocupante, entonces el libro trata de ofrecer un discurso paralelo e informar a la gente por qué esas cosas no son posibles a los ojos de la ciencia.”

Sobre la estructura del libro, el autor expresa: “El libro puede leerse de dos maneras. El lector ordenado –el que empieza por la primera página y se va a lo largo del libro hasta que lo termina- va a notar que durante los primeros cinco capítulos los extraterrestres no aparecen por ningún lado, puede preguntarse ‘¿y el tema del libro?’ Los extraterrestres aparecen por el capítulo seis, al lector desesperado, que esté ansioso por entrar en el meollo le recomiendo que comience por el capítulo seis; sin embargo, si aceptan mi sugerencia, yo les recomiendo que lo lean en orden, en los primeros capítulos se plantean preguntas que son relevantes al asunto de los extraterrestres.”

Efectivamente, en los primeros capítulos encontramos temas como la edad de la Tierra, las condiciones químicas y físicas de la Tierra primitiva, la formación del sistema solar, nuestro lugar en el universo, el tamaño de nuestra galaxia, la estructura del universo, las condiciones astronómicas que permitieron la aparición de la vida en nuestro planeta y el descubrimiento de planetas extrasolares.

En el capítulo seis nos encontramos con una exposición acerca de los problemas a enfrentar para lograr el viaje interestelar, escribe el autor: “Desafortunadamente tal vez, los vecinos cósmicos, donde quiera que estén, aun si no estuvieran tan lejos, no pueden correr a hacernos una visita de cortesía y nosotros a ellos tampoco.” Distancias, combustible y costos son los problemas a enfrentar.

¿Están interesados los científicos en encontrar vida extraterrestre? Ese es el tema del capítulo siete. Las revistas de misterios, enigmas e incógnitas presentan un engañoso perfil acerca de la “ciencia oficial”, conocemos la imagen que de la ciencia y de los científicos presentan los insolitólogos en general y los ufólogos en particular, lo que resulta poco común es leer lo que al respecto piensan los científicos mismos, escribe Armando Arellano:

“Es frecuente escuchar entre las personas que creen en la existencia de los extraterrestres y en sus señales en la Tierra que los científicos son incrédulos, cerrados a las posibilidades de nuevos descubrimientos, testarudos ante la posibilidad o incluso ante la evidencia (que ellos consideran suficiente) de que una civilización extraterrestre haya desarrollado más y mejor ciencia y, por lo tanto, logrado venir a vernos. Y si no de incrédulos, entonces se les califica a los científicos de encubridores de evidencias, como si los científicos tuvieran algún interés, nunca explicado por sus detractores, en ocultar y mantener en secreto el paso por la Tierra, presente o pasado, de seres de otros mundos... Los juicios sobre la actitud de los científicos son injustos e injustificables. La comunidad científica está interesada en encontrar evidencias de vida extraterrestre, ha hecho grandes esfuerzos y ha invertido mucho tiempo, creatividad y dinero en detectar señales de vida del exterior o, al menos, para enviar señales de nuestra existencia.”

La detección de vida extraterrestre inteligente, vía ondas de radio, es el tema de este séptimo capítulo.

Al menos el astrofísico Armando Arellano Ferro lo tiene claro: La descripción del Universo, su estructura, su tamaño y sus leyes nos empuja inevitablemente a una sola conclusión: no es posible que haya habido jamás seres vivos e inteligentes de origen extraterrestre en nuestro planeta. Esta conclusión la expone y desarrolla en el capítulo ocho.

Los principales argumentos de los convencidos de las visitas de los grises a nuestro planeta son respondidos en la parte final del libro, el autor nos explica por qué para la ciencia no basta con fotografías y videos (incluso nos informa que en el Instituto de Astronomía de la UNAM, se han llevado a cabo talleres sobre trucaje de fotografías de ovnis); por qué no son válidos los testimonios de quienes aseguran haber entrado en contacto con los buenos hermanos del espacio; por qué las obras, esculturas y pinturas de antiguas culturas no demuestran que los extraterrestres las contactaron; y por qué no es posible para nadie, para ninguna civilización -por adelantada científica y tecnológicamente que sea- viajar a la velocidad de la luz (argumento que al parecer nunca entenderán los ufólogos crédulos).

Los especialistas en fabricar paradojas no están acostumbrados a que los científicos den respuestas tan firmes y contundentes, no están acostumbrados a que los científicos levanten la voz y aclaren su postura, todo esto lo hace Arellano Ferro y por ello es que logra un libro sumamente interesante.

Sé que los argumentos del libro podrán dejar fría a mucha gente –dijo al final-. Sé que habrá mucha gente que asegure que hay extraterrestres en la Tierra. Los invito a leer en orden el libro, sopesar las razones, utilizar su razón, finalmente el libro es una herramienta para que el lector se arme de algunas razones y de algunos argumentos basados en nuestra experiencia científica para entender por qué no es posible que los extraterrestres hayan llegado a la Tierra; y desde luego mi esperanza es que la lectura sea divertida.

No importa que la evidencia sea poco convincente, los coleccionistas de imágenes de ovnis continuarán su labor sin ser perturbados, ya que como el mismo Arellano escribe:

Siempre habrá quien prefiera buscar en la oscuridad del dogma y el mito, y no a la luz de lo predicho y comprobado, siempre alguien para quien la exigencia de pruebas que pasan duros escrutinios es una necedad, alguien que se conforma con lo superficial de haber oído, haber creído ver, haber oído que alguien creyó ver, o quien se deslumbra por una prueba fabricada o superficialmente estudiada. A ellos quizá no logremos convencerlos nunca de que la fantasía no basta para desarrollar el conocimiento firme.

viernes, agosto 12, 2005

EL FABRICANTE
(Cuarta parte)


De lo que llevó al ostracismo a Papadópulos


Papadópulos, más que ningún otro, ha amenazado con causarnos un eterno dolor de cabeza.

La historia podría ser muy diferente. Afortunadamente para nosotros sus estúpidos colegas no quisieron escucharlo, sus trabajos habrían desvelado muchos misterios acerca del universo; por supuesto Papadópulos apenas si se encontraba cruzando la línea que separa la ignorancia del conocimiento, pero era un buen principio...

Los historiadores podrán saber, gracias a una carta escrita por su último aprendiz, sobre el estado depresivo en que se encontraba el alquimista al ser ridiculizado por los Filósofos de la Naturaleza que veían la oportunidad de expulsarlo de la Academia; su expulsión se debió oficialmente a “la locura que se ha apoderado de nuestro colega y amigo, este deterioro de sus capacidades intelectuales nos obliga a pedir que abandone este recinto a la brevedad posible, de no hacerlo nos expondríamos a ser víctimas del desprestigio ante los ojos de otras instituciones”, la verdad es que sus “colegas y amigos” envidiaban los aportes a la Filosofía de la Naturaleza hechos por un solo hombre.

Reproducimos parte de la carta que el aprendiz le envió a su mejor amigo:

“...Sabes bien que me encantaría estar contigo y ayudarte en tus investigaciones, para mí eres más que un hermano, nos conocemos desde niños y me hizo muy feliz el hecho de compartir contigo el mismo gusto por el estudio de la naturaleza, sin embargo, no podía desperdiciar esta oportunidad; permanecer a lado del maestro Papadópulos me será más útil que permanecer en la Academia –aunque te muestres renuente a aceptarlo-, como te he explicado considero que es el más importante filósofo de la naturaleza que haya existido, y puedo asegurarte que no exagero, no te dejes llevar por las estupideces que se comentan en la Academia, lamentablemente el principal centro de saber en el mundo se ha convertido en un circo. Papadópulos ha hecho avanzar la filosofía de la naturaleza como nadie lo había hecho y eso no lo puedes negar. Sus investigaciones acerca del éter (sustancia que impregna todo el universo y que permite a la luz de las estrellas llegar hasta nuestro planeta) lo hicieron saltar a la fama, sus descubrimientos al respecto no fueron nada en comparación con lo que vino. Su tratado sobre el origen de la vida hizo dar un giro total a todo lo que se pensaba al respecto; demostró la existencia de la entelequia (energía vital que anima a los seres vivos) y tiempo después dio lo que muchos pensaron que sería el golpe más importante de su carrera: controlar la energía vital, lograr animar materia inorgánica o inerte. Pronto vendría su ‘herejía’, el escándalo no se hizo esperar cuando anunció su nuevo proyecto de investigación: la materia que constituye y anima a los dioses. Quienes envidiaban sus logros y que no pasaban de ser más que simples repetidores de lo que los maestros antiguos habían dicho, trataron de acabar con su admirable carrera. Desgraciadamente casi lo consiguieron, un halo de desprestigio lo cubrió. Por supuesto que la incapacidad de los mediocres para avanzar a su gran velocidad no lo ha detenido. Pero mejor será que no continúe, todo eso lo sabes. Lamento que creas lo que nuestros mezquinos maestros comentan sobre él, sabes que te aprecio, es por ello que te mantendré informado acerca de sus nuevas investigaciones y descubrimientos, y te ruego que analices objetivamente los datos que te enviaré, no los veas con prejuicios, recuerda que la búsqueda de la verdad es lo que nos llevó a ingresar a la Academia. Quisiera que Papadópulos publicara sus nuevos datos, lamentablemente se muestra renuente a hacerlo, pero no creas que por alguna especie de miedo a ser atacado con más fuerza, su renuencia se debe a un sentimiento de desprecio por la estupidez no sólo de los miembros de la Academia sino de la mayor parte de los seres humanos; el maestro se ha vuelto un tanto misántropo, aunque dice que no todos los seres humanos son idiotas y que es por ellos que continúa con su labor, a veces habla como dándome a entender que no es del todo humano, pero mejor en otra ocasión te escribiré al respecto, no quiero que pienses que estoy enloqueciendo...”

Sabemos, por cartas posteriores, que Papadópulos le reveló a aquel estudiante que se le unió todos los conocimientos necesarios para poder hacer dioses. Desgraciadamente no todo está escrito, todavía tenemos que trabajar arduamente para que los científicos e historiadores del futuro consideren a Papadópulos un alquimista más, un hombre que como tantos otros equivocó el camino. De nuestra cuenta corre que, en el futuro remoto, sus escritos provoquen, en algunos casos, una leve sonrisa, en otros, una sonora carcajada, pero en todos un sentimiento de lástima ante el “oscurantismo que imperaba en ese momento, y que afortunadamente ha sido superado”.

El materialismo que se avecina será nuestra mejor arma.

jueves, agosto 11, 2005

EXTRAÑAS LUCES EN EL CIELO



¿Cómo ves? es una revista de divulgación científica de la UNAM, su primer número salió a la venta en Diciembre de 1998.

En ¿Cómo ves? participan profesionales de la divulgación de la ciencia, así como investigadores y profesores de la UNAM, la revista está dirigida a jóvenes estudiantes de bachillerato y primeros años de licenciatura.

En el primer número, su director, José Antonio Chamizo Guerrero comentaba: “¿Cómo ves? es una invitación para ver, para ver el mundo como la ciencia lo ve. Esta forma de ver no es ni mejor ni peor que otra, ni más correcta, ni más falsa, ni más divertida o aburrida, ni más fácil o difícil. Es, sin embargo, una forma de ver poderosa, una forma que, como sabes, ha transformado el mundo...”

Algunos de los artículos de ese primer número son: El mosaico de Penrose, Lluvia ácida, Televisión digital, Antes y después de Dolly... y Extrañas luces en el cielo.

Luis Bernardo Pérez, quien se dedica al periodismo científico y a la crítica cinematográfica, fue el encargado de escribir acerca de los OVNIs.

Luis Bernardo apunta: “¿Quién entiende a los científicos? ¿Por qué la mayoría no acepta que los objetos voladores no identificados, los ovnis, sean naves extraterrestres? ¿A qué se debe a que tanto astrónomos y físicos de renombre continúen mostrando una actitud desconfiada cuando se habla de este fenómeno? ¿No hay acaso suficiente evidencia como para comenzar a creer en la presencia, aquí en la Tierra, de seres de otros mundos?”

A continuación habla acerca de las grandes cantidades de fotografías, videos y testimonios que se han acumulado desde hace varias décadas, entonces se pregunta “¿Puede acaso tanta gente estar equivocada? ¿No deberían los científicos mostrar una actitud más abierta ante este fenómeno y aceptarlo como un hecho?”

Explica la confianza de algunos astrónomos en que existan varias civilizaciones con un alto nivel tecnológico, pero “...el hecho de que algo sea probable o razonable no significa que sea cierto... Hasta hoy, ninguna de las numerosísimas 'evidencias' aportadas por quienes dicen haber visto una nave de otro planeta o haber tenido contacto con una criatura del espacio exterior resiste el más superficial de los análisis.” Cita a Asimov: “Las personas que aseguran haber visto una nave extraterrestre o haber estado dentro de una nunca presentan ningún botón, trapo, hoja de papel o cualquier objeto que dé sustento a su relato.” En otras palabras, la única evidencia válida para probar la supuesta presencia de extraterrestres en nuestro planeta es algún material claramente no terrestre (lo que los ovnílogos escépticos llaman el objeto ufológico permanente).

¿Y qué hay de los contactados como Meier o Adamski?: “Tampoco resultan probatorios los 'mensajes' que se asegura los extraterrestres han enviado a la humanidad a través de algunos de los 'contactados'. Tales mensajes nunca contienen información nueva o desconocida por nosotros, casi siempre son bienintencionados pero ingenuos llamados a la paz mundial o advertencias sobre el deterioro ecológico. Por lo general, dichas 'revelaciones' expresan ideas que, de manera bastante sospechosa, coinciden con el nivel cultural y académico del ‘contactado’”.

El ufólogo escéptico Héctor Chavarría desde hace mucho enunció que “el mensaje de un ‘contactado’ jamás ha excedido, ni excederá, el nivel de sus propios conocimientos”.

¿Cuántas veces han comentado los crédulos que “los científicos aseguran que existe sólo lo que ellos saben o ven”? Al respecto Luis comenta: “Así pues, no es que los científicos sean unos necios sin imaginación, incapaces de mirar más allá de su nariz. Ellos saben como nadie lo vasto y sorprendente del Universo. Reconocen también la existencia de muchísimos aspectos de nuestra realidad que nuestra inteligencia no ha sido capaz de comprender todavía. En su opinión, la mente debe permanecer abierta a todas las posibilidades y a todas las ideas, aunque en principio suenen descabelladas o ridículas.”

Al final explica en pocas palabras lo que para él significa ser escéptico: “El verdadero escéptico no es aquel que simplemente rechaza aquello que no comprende o no puede demostrar. La clave de esta actitud no se encuentra en la negación, sino en la duda. El escéptico no da por sentado nada y se esfuerza por analizar, con la mayor objetividad posible y sin prejuicios, cualquier pieza de evidencia, siempre que la haya.”

Luis Bernardo explica en cuatro pasos cómo se puede trucar una fotografía de un OVNI.

El artículo me parece bueno y, al igual que en el trabajo de Miguel Ángel Herrera, se explican conceptos importantes.

martes, agosto 09, 2005

Marcos 16:15 (Fragmento)

A Jimmy Urías, por su amistad


I.

Cuando imitamos a alguien estamos transmitiendo algo. Ese “algo” puede a su vez transmitirse una y otra vez hasta cobrar vida propia y puede llamarse idea, orden, conducta, información... No obstante, si deseamos investigarlo a fondo, deberemos encontrar un nombre para definirlo. Afortunadamente el nombre existe: se llama “meme”.


Durante todo el trayecto la sangre no dejó de fluir.

Una vez en órbita, esferas e hilillos del vital líquido flotaban y danzaban como siguiendo una música lenta y mística ante los asombrados ojos de los astronautas.

Algo dentro de ellos vibró siguiendo aquel baile enajenante. Algo que nunca habían experimentado pero que los turbó sobremanera. Soledad. Vacío. Éxtasis. Abandono del cuerpo y de la voluntad.

El rostro sufriente del hombre del que desconocían todo, los impresionó sobremanera. Sus ojos suplicantes debían significar algo, algo que no alcanzaban a comprender. De pronto tuvieron la certeza de que ellos, de alguna manera, habían sido los responsables del sufrimiento y muerte del hombre representado en aquella escultura.

La salud mental de los astronautas fue puesta en duda ya que no se contaba con pruebas materiales: el desvanecimiento de aquella sangre fue tan misterioso como su aparición.

Haber viajado por cuatro mini-ciclos les había provocado una gran tensión, sus mentes estaban agotadas. Afortunadamente la misión se había cumplido, como era de esperarse se les pidió, mejor dicho, se les exigió guardar silencio, el “milagro” no debía divulgarse.


MEME: Elemento de una cultura cualquiera digno de ser transmitido por procedimientos no genéticos. Se considerará meme toda información susceptible de ser copiada por un procedimiento que, a grandes rasgos, se pueda denominar “imitación”.


La pieza era extraordinaria.

-¡Hermosa! -exclamó Xólotl, el encargado de montar la exposición.

-Si, ¿y quién se supone que es? -Cuestionó Kev, su joven ayudante.

-Jesucristo.

-Mmmm.

-Seguramente el nombre no te dice nada, pero se supone que para muchos era Dios.

-¿Qué es eso?

En el rostro de Xólotl se dibujó una enorme sonrisa, mucho tiempo atrás las religiones habían pasado a formar parte de la historia, de esas partes de la historia que no se divulgaban con frecuencia y que muchos se empeñaban en borrar.

Xólotl era experto en el tema, desde que estudiaba en la Universidad se había interesado en investigar sobre los cultos de la antigua humanidad. Un tema del que conocían sólo unos cuantos iniciados: neuroteólogos, psicólogos y gente del gobierno.

La neuroteología era la rama de la memética dedicada a estudiar ciertos memes: los memes religiosos.

La nueva humanidad no sabía de religiones ni del concepto de Dios.

Xólotl estaba ansioso de hacer públicos todos sus conocimientos. Se sentía realmente emocionado de poder platicar con Kev, un muchacho que estaba entrando en la adolescencia.

Unos intervalos temporales antes no hubiera podido, 2000 ciclos atrás el gobierno había prohibido hablar de religión a los niños y a los jóvenes, y desde hacía 978 ciclos ningún adulto podía escuchar del tema, se temía que algunos pudieran ser demasiado impresionables y que eso trajera como consecuencia una nueva “epidemia”.

Virus. Las religiones, para la memética en general y la neuroteología en particular, lo eran.

-Bien... seguramente has escuchado hablar de la Tierra, ¿no?

-¿El lugar en el que vivió la antigua humanidad?

-¡Exactamente! Pues en aquel lugar la gente tenía religiones... creencias mágicas -el rostro de Kev reflejaba su extrañeza ante aquellas palabras, ante aquellos conceptos de los que nunca le habían hablado en la escuela-. Muchos creían que el universo tenía un... diseñador, un constructor... pero no sólo eso, diversos grupos aseguraban que aquel diseñador les había revelado su voluntad...

-¡Guauu! -Balbuceó Kev con verdadero asombro a pesar de no entender del todo lo que explicaba Xólotl.

-Pero viene lo mejor... una de estas religiones, la llamada católica, aseguraba que el creador del universo había tenido un hijo con una muchachita llamada María...

-¿Estás bromeando?

-No, la ingenuidad no tenía límites. Pues el hijo de Dios y de María fue crucificado, y supuestamente resucitó al tercer día.

-¿Es el de la figura?

-Sí...


Memeplexes: Grupos de memes que se replican conjuntamente. Complejos de memes coadaptados. La esencia de cualquier memeplex consiste en facilitar que los memes que contienen se repliquen mejor como parte de un grupo que individualmente.


Xólotl se alteró cuando le dieron la noticia.

¡Demonios! Demasiado trabajo le había costado que la prohibición se aboliera. La historia de las religiones al fin podía llegar al gran público.

Por supuesto que no hizo todo el trabajo, un numeroso grupo de psicólogos había logrado presionar a los legisladores.

“No habrá problema -explicaron- no hay posibilidad alguna de que las religiones puedan resurgir, ahora se sabe que vivimos en un universo -y citaron a un famoso científico- autocontenido, sin un borde espacial, sin principio ni final en el tiempo, y sin lugar para un Creador.”

Prometieron darles respuesta y Xólotl se sorprendió cuando seis mini-ciclos más tarde recibió un comunicado en el que no sólo le anunciaban su triunfo sino que, además, le encargaban que montara una exposición -posiblemente permanente- en la que se mostraría al gran público lo que hasta ahora se le había ocultado: la historia de las religiones.

El proyecto fue creciendo al grado de haberse construido un edificio especialmente para la exposición. El Museo de las religiones se convertiría en unos mini-ciclos en una realidad.

Susan era algo más que una joven atractiva, conocía de religiones más que cualquier otra de sus colegas; estaba al frente de la sección dedicada al catolicismo, su ex novio era un artista plástico talentoso y por ello le había encargado que construyera el enorme Cristo que ocuparía la pared principal, no le dio indicaciones de ningún tipo, confió en su creatividad.

Aquella figura, después de vivir por varias fracciones de mini-ciclos en la mente y en las placas hologramáticas de Richard, se materializó y el resultado fue mejor de lo esperado.

Richard Malow era considerado una leyenda viviente, un artista extraordinario; tenía el suficiente poder económico como para permitirse el lujo de vivir completamente solo en una estación orbital que giraba alrededor de Kepler, el cuarto planeta de aquel sistema solar. El museo bien podría haberse ahorrado una suma bastante respetable si hubiera encargado el diseño y construcción de aquella pieza a cualquier otro artista, pero la idea de Susan era que la escultura principal de su sección fuera realizada por “uno de los grandes”; ahora sólo era cuestión de transportarla de la estación orbital al museo. Aquel Cristo viajaría a través del espacio por cuatro mini-ciclos hasta su destino, en el que sería admirado nuevamente por los hombres, la nueva humanidad escucharía de su nacimiento virginal y de sus milagros.

Una verdadera resurrección.

Malow había aceptado realizar la escultura sin pensarlo mucho, y la razón no había sido Susan. El excéntrico artista tenía un gran olfato para los negocios y para las relaciones públicas, su peculiar forma de vida lo demostraba. Malow intuía que lo del museo de las religiones no era un proyecto cualquiera.

Lo del supuesto milagro había puesto tan nerviosas a las autoridades que aun antes de investigar ya trataban de armar una explicación oficial, “por si la noticia logra infiltrarse”.

La mentira oficial en la que se estaba trabajando diría –más o menos- lo siguiente: Los tres hombres fueron revisados por los especialistas y consideraron que se trataba de agotamiento mental. Viajaron un mini-ciclo más de lo previsto.

La verdad es que los astronautas habían viajado el tiempo previsto y sin ningún contratiempo -exceptuando el supuesto milagro, claro está-. A Xólotl se le informó lo que realmente se haría: revisar la pieza...

-Hemos considerado que no perdemos nada con hacer un análisis minucioso.

-Están cometiendo un error... Si el gobierno está preocupado por una nueva epidemia lo que menos debe hacer es darle importancia al asunto, no se trata más que de una confusión, los astronautas tuvieron una alucinación...

-Esa es su opinión... Mire... todo lo referente a los análisis será confidencial, el público no sabe ni sabrá de la historia que contaron los astronautas ni de los estudios que realizaremos...

-No hay ninguna probabilidad de que el “milagro” sea verdadero, ¿sabe usted cuántas piezas que supuestamente también sangraban de forma sobrenatural fueron reportadas e investigadas minuciosamente por la antigua humanidad?

-Sí, leí el reporte...

-Entonces sabe perfectamente que a todos esos casos se les encontró una explicación racional: algunos fueron fraudes y otros confusiones...

-Existe otra posibilidad.

-¿Cuál? -Preguntó Xólotl no sin cierto temor.

-Que la ciencia de la antigua humanidad fuera lo suficientemente primitiva como para no haber realizado una investigación medianamente aceptable... además, sabe que existieron varios grupos de “escépticos organizados” que se ocupaban más de negar que de investigar...

-No es así, el objetivo de esos grupos era el de encontrar la verdad.

-No estoy de acuerdo con usted... La historia de grupos como el Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia o la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica es bastante clara al respecto: negar todo aquello que la ciencia no pudiera explicar.

-Está usted equivocado, los escépticos...

-No voy a discutir con usted ese punto... Los análisis se llevarán a cabo y punto.

-¿Usted cree que el Cristo sangró milagrosamente mientras era transportado al museo? -Cuestionó Xólotl con una sonrisa que significaba muchas cosas: burla, desesperación, sarcasmo, indignación... pero también verdadera curiosidad...

-Para serle sincero... sí.

La respuesta lo dejó sin habla, tenía ante sus ojos al primer cristiano después de 2312 ciclos.


La transmisión de los memes se realiza longitudinalmente por vía generacional aunque también puede hacerse horizontalmente, como los virus de una epidemia... Dawkins acuñó el término “virus de la mente” para aplicarlo a ciertos memeplexes, como son las religiones y los cultos, que se propagan a través de segmentos de población enormes, en los que los individuos emplean todo tipo de estrategias de copia cuyas consecuencias pueden tener efectos desastrosos para la población infectada.


Kev estaba fascinado con el regalo que le había hecho Xólotl. La obra realmente había capturado su atención.

La madre de Kev no estaba tan contenta, su hijo había descuidado sus obligaciones escolares y domésticas, y había pasado la tarde entera examinando aquel material. Ni siquiera había hecho una pausa para comer. ¿Qué podía tenerlo tan ocupado? Hizo una mueca al pensar en Xólotl, aquel “excéntrico” personaje seguramente estaba detrás del desesperante comportamiento de su hijo...

Kev leyó:

“Enteógenos (‘Dios dentro de nosotros’): sustancias vegetales que, cuando se ingieren, proporcionan una experiencia divina; en el pasado solían ser denominadas ‘alucinógenos’, ‘psiquedélicos’, ‘psicotomiméticos’, etc., términos que pueden ser objetados seriamente. Un grupo encabezado por el estudioso de Grecia Carl A. P. Ruck propone ‘enteógeno’ como una designación que llena por completo las necesidades expresivas y que además capta de manera notable las ricas resonancias culturales evocadas por dichas sustancias, muchas de ellas fúngicas, en vastas regiones del mundo durante la pre y la protohistoria (Véase el Apéndice).”

Kev pasó rápidamente al apéndice, en éste se explicaba la razón por la que se proponía el término enteógeno. Los autores del texto afirmaban que el uso de ciertas palabras impedía comentar con imparcialidad los “trascendentes y beatíficos estados de comunión con las deidades” que muchos pueblos creyeron alcanzar mediante la ingestión de determinadas sustancias. Esas palabras (alucinógenos era una de ellas) resultaban inadecuadas porque reflejaban los prejuicios de la época. Al final del apéndice, los autores explicaban el vocablo que proponían:

“En griego, entheos significa literalmente ‘dios (theos) adentro’, y es una palabra que se utilizaba para describir el estado en el que uno se encuentra cuando está inspirado y poseído por el dios, que ha entrado en su cuerpo. Se aplicaba a los trances proféticos, la pasión erótica y la creación artística, así como a aquellos ritos religiosos en que los estados místicos eran experimentados al través de la ingestión de sustancias que eran transustanciales con la deidad. En combinación con la raíz gen-, que denota la acción de ‘devenir’, esta palabra compone el término que estamos proponiendo: enteógeno (...) Podemos hablar de enteógenos o, como adjetivo, de plantas o de sustancias enteogénicas. En un sentido estricto, sólo aquellas drogas que producen visiones y de las cuales pueda mostrarse que han figurado en ritos religiosos o chamánicos serían llamadas enteógenos; pero en un sentido más amplio, el término podría también ser aplicado a otras drogas, lo mismo naturales que artificiales, que inducen alteraciones de la conciencia similares a las que se han documentado respecto a la ingestión ritual de los enteógenos naturales.”

Nunca había recibido un mejor regalo. Kev estaba absorto.

Aquel adolescente tenía en sus manos “El camino a Eleusis”, un material que se había originado en el mítico planeta Tierra, el planeta en el que tenía su origen la humanidad. En dicho material Robert Gordon Wasson, Albert Hofmann y Carl A. P. Ruck exponían su solución a los misterios eleusinos.

“Durante casi dos milenios los misterios fueron celebrados cada año (excepto en uno) en beneficio de los iniciados cuidadosamente elegidos, en el tiempo correspondiente a nuestro mes de septiembre...”

¿Cerca de dos milenios terrestres?, ¿cuánto era aquello en ciclos? Kev no tenía ni idea. Pero eso no era lo importante.

Leyó en voz alta las palabras de Wasson: “¿Qué no darían nuestros estudiosos de la antigüedad clásica a cambio de la oportunidad de asistir al rito en Eleusis (población situada al oeste de Atenas), de hablar con las sacerdotisas? Llegarían a los recintos, entrarían a la cámara sagrada con la reverencia emanada de los textos que han venerado a lo largo de milenios. ¡Qué propicio sería el estado de su espíritu si se les invitara a compartir la poción!...”

Wasson jamás imaginó que sus palabras llegarían a ser leídas a años luz de la Tierra. Xólotl estaba a punto de ingerir la poción... Kev también lo haría...

* * * * *

Los cuestionarios y las pruebas psicológicas parecían no tener fin, los tres astronautas tuvieron que padecer la tortura de responder a los miles de cuestionarios. Pero eso no fue lo peor, lo que realmente les angustiaba era que verdaderamente estaban confundidos; por dos motivos no habían podido hablar entre ellos sobre lo que habían visto y vivido en la nave: 1. No habían podido estar a solas, su agenda estaba apretadísima: políticos y psicólogos esperaban su turno para entrevistarse con “los apóstoles”; y 2. Porque ninguno se sentía preparado para enfrentarse al ¿milagro?

“Los apóstoles” había sido el nombre que uno de los neuroteólogos le había dado a los astronautas, su intención había sido hacer un chiste, a Xólotl no le hizo gracia.

“Id por todo el mundo; predicad el evangelio a toda criatura” había ordenado Jesucristo a sus apóstoles. Todo meme suplica exactamente lo mismo: disemíname por todo el mundo y haz lo necesario para que me adopte el mayor número de personas. Por ello le molestaba que se refirieran a los tres astronautas de esa manera; estaba empeñado en minimizar cualquier temor en el sentido de que el catolicismo pudiera infectar la mente de los ciudadanos. Xólotl y otros expertos en memética también fueron interrogados un gran número de veces.



Nota: Toda la información acerca de los memes fue tomada del libro La máquina de los memes de la psicóloga Susan Blackmore. Xólotl agradece profundamente a Borges y a María Sabina por iluminarlo con sus conocimientos, por revelarle sus secretos durante su primera experiencia mística. Jaime Urías y yo tomábamos una clase de astronomía general con la doctora Julieta Fierro, un día nos comentaba algo sobre la relación entre astronomía y literatura, entonces se le ocurrió dejarnos de tarea escribir un cuento que tuviera información astronómica, yo había leído el libro de Susan Blackmore y una novela de Philip K. Dick, ¿y qué se obtiene al mezclar astronomía, memes y milagros? Bueno, lo que yo obtuve fue la primera versión de esta historia.

lunes, agosto 08, 2005

La “ovnilogía” es “ovnilatría” esto es, un sistema de creencias
Entrevista con el factótum Chavarría

La ovnilogía no sería lo que es sin la ciencia ficción. El 99% de las ideas con respecto a los extraterrestres proviene de este género. He retado a los creyentes a que me digan algo nuevo, algo que no haya sido publicado en la ciencia ficción.

Así se expresa Héctor Chavarría, quien fuera director de la desaparecida "Contactos Extraterrestres". Y si bien es cierto que los colaboradores de esta revista no fueron los primeros mexicanos que se interesaron en el fenómeno OVNI (para hablar de ellos tendríamos que remontarnos a 1950), sí fueron los primeros en llevar a cabo investigación seria o formal, algo que -por supuesto- fueron aprendiendo sobre la marcha. Pablo Latapí, Fernando Téllez, Mauricio-José Schwarz, Luis Ruiz Noguez y Héctor Escobar formaron parte de este proyecto de la también desaparecida Editorial Posada.


Fue en 1975 cuando se comenzó a publicar Contactos Extraterrestres. A lo largo de sus 145 números se va dando una transformación importante en el pensamiento ufológico mexicano. Muchos de aquellos investigadores van dejando a un lado la creencia ciega o las esperanzas personales y entonces deciden buscar un enfoque y una metodología que pueda convertir en una disciplina respetable a la ufología. Y gran parte de esta evolución se debe a la labor de Chavarría.

El investigador Luis Ruiz Noguez ha apuntado que: “Cuando en México apareció la mítica Contactos Extraterrestres me uní a su equipo de investigadores y gracias al apoyo económico de sus editores, en especial de su Director, Héctor Chavarría (a quien aquí reconozco mi deuda y mi agradecimiento), pude salir a investigar reportes de OVNIs. Uno a uno los casos que llegaban a la redacción iban pasando por nuestras manos (Chavarría, Escobar, Schwarz y quien esto escribe). Y uno a uno les íbamos encontrando explicación. ¿Acaso no existían los OVNIs? ¿Es que todo tenía una explicación?”

En Contactos Extraterrestres la ciencia ficción tenía un espacio importante: se publicaban artículos, se reseñaban libros y se publicaban cuentos; es aquí donde dan a conocer sus primeros trabajos escritores como Mauricio José Schwarz y el mismo Chavarría.

Comencé a tratar a Héctor a principios de 1998. Mi interés en la ciencia ficción me llevó a integrarme a un taller que encabezaba Chavarría. Durante un tiempo las reuniones se realizaron en el legendario Café Oriente (ubicado en la colonia Roma, en la Ciudad de México), posteriormente nos trasladamos a las instalaciones de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM), en su última etapa el taller se llevó a cabo en la Casa de Cultura del Periodista. Héctor y yo platicamos durante horas acerca del fenómeno ovni, en dos ocasiones lo hicimos con grabadora en mano.


UFOLOGÍA Y CIENCIA FICCIÓN

A finales de noviembre de 2001, Héctor coordinó un ciclo de cine debate en UNIVERSUM, el museo de las ciencias de la UNAM, una de las películas que se proyectaron fue Contacto, es así como comenzamos una de nuestras charlas.

¿Qué te parece la novela de Carl Sagan?

Sagan escribió sólo una novela, pero con eso fue suficiente. Contacto es una de las más bellas novelas de ciencia ficción dura. Además es enternecedora. Es una ciencia ficción muy rica. Me gustó más la novela. En la película –por razones obvias- no se hace el hincapié que se hace en la novela sobre el conflicto religioso. La novela tiene momentos maravillosos de confrontación entre ciencia y creencia. Sagan era un escéptico muy respetuoso, utilizaba mucho la ironía, una ironía muy suave, pero la usaba. Zemeckis –me imagino- no le quiso pisar los callos a nadie. Y dado que los gringos –a su manera- son más creyentes que los guadalupanos, trató de obviarlo.

Como escritor de ciencia ficción, ¿qué tanto has abordado el tema extraterrestre?

He escrito montones de cuentos sobre invasiones extraterrestres, en mi muy particular estilo. Los extraterrestres llegan a México y siempre les va como en feria, y no porque tengamos muchas armas sino porque somos un desmadre. Los pobres extraterrestres salen destazados o se los comen, o se desintegran porque les dan tacos. ¡Les pasan cosas horribles!

Y si no que se lo pregunten al “Roñas” y a su mamá, quienes gracias a los antojitos de Tepito salvaron al mundo. Este cuento forma parte de “las invasiones jubilosas”. Héctor ganó el Premio Nacional Puebla de cuento de Ciencia Ficción en 1985 con su Crónica del Gran reformador. Entre su obra destaca El mito del espejo negro, novela que pertenece a los llamados mitos mexicanos.

A los extraterrestres que imaginaba H. G. Wells tampoco les va muy bien...

La primera gran novela de ciencia ficción que habló del asunto fue precisamente La guerra de los mundos de Herbert George Wells, a fines del siglo XIX, a partir de esa novela todo lo demás fue una suerte de copia. A los marcianos de Wells les da catarro o su equivalente y simplemente se mueren. Wells tomó en gran medida la idea de lo que posiblemente fue –a nivel mundo, o lo que se consideraba un mundo completo- una de las primeras guerras bacteriológicas en la historia de la humanidad, que fue aquí en México. El soldado que llegó con las tropas que venían a poner en su lugar a Cortés y que venía enfermo de viruela fue el causante en buena medida de la caída del imperio mexica, de no ser así, la batalla hubiera sido mucho más difícil para los españoles. Los mexicas estaban debilitados a causa de la viruela, su propio tlatoani Cuitláhuac había muerto a causa de la viruela. Aunque en Europa durante la Edad Media se llegó a utilizar algún tipo de guerra bacteriológica -no tenían la menor idea de lo que pasaba pero aventaban cadáveres a las ciudades sitiadas- se habían dado cuenta de que producía enfermedades; pero en el caso de México, era todo un mundo y la gente de aquí no tenía defensas. En el caso de Wells eso mata a los marcianos. Wells era pacifista y estaba tratando de mostrar lo inútil de la guerra. Para él la invasión extraterrestre era lo único que justificaría la guerra, pero por qué tendríamos que luchar entre nosotros. Editoral Novaro publicó una adaptación, yo era un niño y fue la primera vez que leí sobre La guerra de los mundos, años después leí el libro. En esta historieta los extraterrestres llegaban a las afueras de la Ciudad de México y el ejército mexicano salía a combatirlos, vencían al ejército, entraban a la ciudad y se veía en el dibujo la Torre Latinoamericana, y finalmente, cuando los mexicanos estaban refugiados en la Villa de Guadalupe llegaba el tentáculo del rayo calórico de los marcianos y caía, gritaban ¡milagro! Yo me quedé durante mucho tiempo con la idea de que el rayo calórico era algo mexicano, hasta que leí la obra de Wells.

¿Qué opinas de aquellos que aseguran que la ciencia ficción no existe en México o que no tiene calidad?

A mí como escritor de ciencia ficción me da mucho coraje que se considere que la ciencia ficción no es literatura, que es una cosa barata para las masas, que literariamente hablando no tiene ningún valor, lo cual es totalmente falso. Aquí en México tenemos espléndidos escritores de ciencia ficción y muchos de ellos aún no han sido descubiertos, pero un día los van a descubrir y entonces se le caerán los calzones a más de uno.

Ray Palmer, el primer ufólogo de la historia salió del mundo de la ciencia ficción ¿no?

Palmer no fue el primer ufólogo, aunque publicó muchas cosas en Fate. En realidad Palmer escribió de todo y hasta donde sé él nunca se dedicó a la investigación en serio, cosa que sí hizo Kenneth Arnold. Después de su avistamiento Arnold se dedicó durante un tiempo a investigar acerca de estos asuntos y estaba firmemente convencido de que eran naves extraterrestres, ahora sabemos muy bien lo que él vio.

¿Los ufólogos han plagiado a los escritores de ficción científica?

La ciencia ficción –sin quererlo- nutrió a los supuestos investigadores. Ya que por lo general no tienen ni el más mínimo asomo de pensamiento científico. Pero si uno se fija, ocurre que difícilmente un contactado va a contar una historia de extraterrestres interviniendo en la historia humana parecida a “2001, Odisea del espacio” porque no es algo popular, no es lo que la gente común y corriente lee, la novela les parece muy dura, no la entienden, por ello se van a lo burdo. Por eso yo siempre digo que las versiones ET en ovnilogía tienen por lo menos veinte años o más de antigüedad y siempre son las cosas más burdas.

¿Qué elementos de la ciencia ficción crees que hayan influido más en la ufología?

Hay toda una corriente de cine de clase B, aquellas películas de los años 50 que se hacían para relleno, en las que el extraterrestre verde y cabezón –más parecido a la caricatura de un yucateco- secuestra una chava en paños menores, todo esto tomado de los pulps en los que aparecía en la portada un extraterrestre espantoso llevándose una chamaca no sé para qué, desde el punto de vista estético de un extraterrestre de seis brazos una hembra de dos brazos y dos piernas sería espantosa.

¿Y en cuanto a los contactados?

Adamski –como todos los contactados- tomó una serie de datos publicados en la ciencia ficción y los ajustó a su historia. Desde los primeros contactados hubo una influencia muy marcada de ciencia ficción de tipo muy popular, una ciencia ficción de un nivel muy bajo, literariamente hablando. Salvador Villanueva fue más lejos que Adamski, él llegó a Venus, visito las ciudades venusinas. Villanueva demostró tener un poquito de más imaginación que Adamski, Villanueva era mexicano-guadalupano y vivía en la Calzada de Guadalupe, que está cerca de la Villa y dicen que ahí ocurrió una de las primeras apariciones de un extraterrestre hembra...




CONTACTOS EXTRATERRESTRES




¿Cómo nace tu interés en los platillos voladores?

Mi aproximación al tema fue curiosa. Desde los quince años sentí mucha curiosidad. Empecé leyendo los libros disponibles, leí a Adamski, a Keyhoe. Y me fascinó. Pensé que debería haber algo. Cuando llegué a Contactos Extraterrestres yo no era creyente. Pero tuve una etapa en la que recibí tal cantidad de información que mi escepticismo se tambaleó. Mi escepticismo se reafirmó con el caso Puebla. Cuando lo comencé a investigar era creyente, pero un creyente que deseaba investigar en serio; Pablo y yo nos metimos a la sierra y encontramos lo que buscábamos. Los años en Contactos, primero como colaborador, luego como reportero y después como director, me hicieron escéptico. Cuando terminó la revista di un suspiro de alivio, dije “ya no tengo que seguir lidiando con toda esta bola de locos”. Para ese entonces era completamente escéptico; había conocido a toda la banda en México, y parte del extranjero, conocí a Hynek, a Vallée, a JJ Benítez, Atienza, Vicente... a toda la pléyade de ovnílogos, y a cualquier cantidad de locos mexicanos que decían tener contactos con extraterrestres. Yo salí de Contactos hasta el gorro, yo ya no quería saber nada del asunto.

Pero ¿cómo fue la época en la que se hizo la revista?

En la época de Contactos Extraterrestres, los resultados –buenos o malos- de la investigación se publicaban en la revista, eso hacía que se vendiera bien. La editorial pagaba –no muy bien- los gastos que ocasionaba la investigación, por lo menos nos daban dinero para comprar gasolina para poder desplazarnos, a veces tomábamos un vehículo de la editorial, teníamos ese respaldo. Obviamente era imposible investigar a todos aquellos que aseguraban haber visto un OVNI, hubiésemos perdido mucho tiempo y recursos económicos.

Entonces aplicaban el test extrañeza-credibilidad ¿no?

Sí, pero valen la pena los casos donde miles de personas ven algo y entonces podemos pensar que vieron algo real. Pero si un señor me dice que el 16 de septiembre vio el OVNI y los otros cincuenta mil que estaban no vieron nada, yo no le creo a ese señor, de entrada lo descarto. Cuando hay un caso donde tienes datos que investigar, entonces vale la pena. Cocoyoc, Puebla, Toluca, Tula, etc. En estos casos había algo que investigar, no lo que alguien dice que vio, eso déjaselo al psicólogo.

Philip Klass ya era un escéptico muy conocido cuando investigabas en Contactos Extraterrestres, ¿qué opinas de Klass?

Ha sido alguien muy valioso dentro de la ovnilogía escéptica. Él marcó el camino para los que hemos seguido esta tendencia de buscar explicaciones, y cuando hay datos suficientes invariablemente se encuentra una explicación. Philip Klass llenó un vacío en un momento de gran euforia.

Seguramente tienes muchas anécdotas de cuando dirigiste Contactos, cuéntame algunas.

En alguna ocasión llegó a Editorial Posada un tipo pidiendo audiencia y el desgraciado del director editorial ¡me lo mando a mí! Cuando lo veo me presenta unas hojas llenas de garabatos y me dice que era el embajador plenipotenciario de Júpiter y que me presentaba sus cartas credenciales. En mi oficina no había nadie a quien pedirle ayuda por si el loco se ponía violento, le dije “señor embajador tome usted asiento”; el tipo me dijo que no venía solo pero que yo no podía ver a sus compañeros, y soltó todo un rollo acerca de que él había sido comisionado como embajador plenipotenciario de Júpiter para establecer relaciones con los gobiernos de la Tierra, pero dado que tenía pocos recursos –al parecer los extraterrestres no le soltaban la lana- no tenía con qué irse a las Naciones Unidas a presentar sus cartas credenciales ante el loco de Gairy el primer ministro de Granada, entonces nos pedía un donativo, yo le dije que la situación de la editorial andaba mal porque habíamos gastado mucho dinero en investigaciones tremendas, además nos habían asaltado los hombres de negro y habíamos perdido una nómina completa, así que lo mandé a Los Pinos y además le di el teléfono de un tipo que me caía muy mal y que escribía puras idioteces, pero además muy mal escritas y yo las tenía que corregir, al embajador le pedí que le llamara a las cuatro de la mañana.

Otro tipo llegó buscando a Salvador Freixedo porque necesitaba un exorcismo y que tenía en su casa un pequeño platillo volador -como los que usaban los extraterrestres de la pequeña Lulú- y que todas las noches se ponían encima de él y con sus luces no lo dejaban dormir... Los platillos voladores Arbita tienen ese tamaño.

Uno llamó –muy tierno- y nos preguntó dónde vendían la tela con la que se fabrican los trajes espaciales, porque iba a contactar en fecha futura y quería estar bien presentado. En mis dos épocas en Posada me pasaban a todos los locos. En la época del caso Puebla nos cayeron todos los locos de México...

Debido a su postura escéptica en múltiples ocasiones se le ha cuestionado a Héctor el nombre de la revista que dirigió, sobre esto comenta:

Yo no creé la revista, yo llegué a Contactos Extraterrestres como reportero en 1975, luego fui jefe de redacción y terminé siendo el director. En su momento la revista fue el organismo más autorizado de investigación del fenómeno OVNI en México. Tenía contacto con las principales organizaciones. Cuando llegó gente como Luis Ruiz, Héctor Escobar, Pablo Latapí, Mauricio Schwarz, entonces nos dedicamos a hacer investigación en serio, y empezaron a caer montones de casos. Contactos sí tuvo un enfoque sanamente escéptico, el nombre de la revista es obra de Guillermo Mendizábal, que era el dueño de Editorial Posada.


EL CASO PUEBLA




El 29 de julio de 1977, a primeras horas de la mañana, miles de testigos observaron (desde la Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla y Veracruz) “dos objetos en forma de balón de fútbol americano, que volaban uno junto a otro en forma perfecta. Uno de ellos estaba conformado en dos partes; en la primera tenía una punta metálica como especie de cúpula y la segunda no podía percibirse claramente, ya que era una masa de luz que desprendía una capa humeante, similar a la de un reactor; iba dejando una estela blanca que se disipaba como el humo de un cigarro. Los dos objetos tenían las mismas dimensiones y su velocidad era como la doble de la que tiene un avión”.

Aquellos OVNIs tendrían el honor de convertirse en los primeros no identificados en ser filmados en la Ciudad de México y, además, por un profesional.

Esa madrugada, el director de cine Abel Salazar se encontraba trabajando con su equipo, para el final de la película Picardía Mexicana se necesitaban algunas tomas del amanecer de la Ciudad de México, a las 6:10 de la mañana el camarógrafo Javier Cruz se da cuenta del paso de algunos OVNIs y los filma a petición del director.

Sobre el avistamiento, Abel Salazar comentaba: “Pedro Ferriz dice que nunca en la historia del mundo un fotógrafo profesional había logrado tomar esto, que fue realmente una coincidencia extraordinaria. Creo que todo se debió a un golpe de suerte.”

Armando Jiménez, autor del libro en el que se basó la cinta, bromeaba afirmando que no había sido un simple golpe de suerte ya que los OVNIs habían llegado de Marte para poder ver la filmación de la película.

Los reportes que indicaban que uno de los OVNIs se había estrellado en la Sierra de Puebla no tardaron en aparecer y...

El alud de periodistas no se dejó esperar: no era para menos –escribió Chavarría-. Cualquier colega se encontraba ante la nota del siglo: “Nave extraterrestre cae en la Sierra”; verdaderamente bello... e indudablemente efectivo para hacer que cualquiera que se dedique al periodismo se sintiera con arrestos de tratar de llegar al sitio donde se rumoreaba que había ocurrido tal cosa...

Como todo interesado en el tema sabe, Fernando J. Téllez fue el primero en intentar acercarse al lugar donde se había estrellado la nave.

¿En qué momento te interesas en tomar este caso para investigarlo?

Cuando el incidente ocurrió yo estaba en Valle de Santiago investigando a J. Carmen García y sus plantas gigantes, a fin de cuentas no había nada extraterrestre o maravilloso, lo fregón es el lugar, Valle de Santiago es un sitio verdaderamente notable... ¡Padrísimo el lugar! Pero eso no quiere decir que ahí ocurran cosas sobrenaturales. A Fernando Téllez y a otros colaboradores de la revista, Ariel Rosales les encargó que investigaran el caso. Llegaron hasta donde el auto les permitía. Fernando pidió que le prestaran un vehículo de la editorial, vio toda la feria, la pachanga de la gente buscando con binoculares el plato volador. Cuando regresó a México dijo “yo le doy un carpetazo al asunto”. Ariel Rosales sí creía que era una nave extraterrestre, entonces preguntó que quién era capaz de entrar a la Sierra, dijeron “Chavarría”, en esos días llegó Pablo Latapí y dijo que él quería investigar el caso, le dijeron “se va a ir un loco que es montañista ¿quieres ir con él?”, y así fue como entramos a la sierra...

¿Cómo era el lugar dónde cayó el objeto?

La casa de Miguel Cruz era humilde, de mampostería; es una zona cafetalera –o lo era- y frente a la casa había un espacio con piso de cemento porque era un asoleadero de café, ahí cayó el objeto, en ese momento no había café, pegó en el concreto y lo rompió, el objeto fue a caer fuera del concreto y según palabras del testigo estaba tan caliente que echaba humo, y se veía como rojizo, no se atrevió a tocarlo, cayó en tierra húmeda y siseaba, algo muy lógico si venía con la fricción de la atmósfera, cuando se enfrió lo suficiente lo envolvió en un saco y se lo llevó al cura. Cuando nosotros llegamos al asoleadero ya había reparado el agujero, pero todavía se veía la marca del cemento más fresco, más nuevo. Le sacamos fotografías.

¿Qué pensaba el testigo de lo que había caído en el patio de su casa?

Para él era un evento extraño, raro. Hasta donde sé, Miguel era un hombre analfabeta, prácticamente no hablaba castellano, hablaba totonaco, nosotros lo entrevistamos con interprete. Y tampoco le preguntamos lo que creía, no queríamos contaminar su testimonio.

Habrían de pasar trece años para poder establecer la procedencia del objeto encontrado por Latapí y Chavarría.

No agregaremos nada sobre el caso pues la historia ha sido contada en detalle por Héctor Chavarría en el número 23 de La Alternativa Racional.

¿Qué enseñanzas dejó el Caso Puebla?

Miles de personas lo vieron. Cuando el caso es real lo ve mucha gente y hay evidencias. Un tipo decía “el efecto electromagnético fregó mi reloj”, ¿dónde está el reloj? “fíjese que no lo tengo, se lo di a un amigo para que me lo arreglara y mi amigo se lo dio a otro amigo...” y el reloj nunca apareció. A mí no se me ha extraviado el fragmento de Puebla, me he cambiado muchas veces de casa, lo he llevado a programas de radio y televisión, y sigue en mi poder el pedazo de metal.

¿Qué opinas de que Alfonso Salazar afirme que el caso no está cerrado y que realmente se estrelló un platillo volador?

Salazar quiere creer eso, pero no tiene con qué sustentarlo. Lo único que él conoce son las notas periodísticas, nunca se paró en Puebla, no conoce ninguno de los sitios de los que hablo, leyó periódicos viejos y con eso hizo un libro. Él dice que es una conspiración porque el ejercito se llevó lo que cayó, y eso no es cierto, al ejercito no le interesó para nada, el ejercito estaba ahí por coincidencia... Los análisis a los fragmentos ya se hicieron y están publicados, la carta del NORAD también está publicada, ya todo está analizado, es un caso cerrado. Seguirle buscando sólo sirve para engañar a la gente. Quienes quieren revivir el caso ¿qué van a investigar?, ¿los dimes y diretes de la gente? Si yo mismo quisiera darle una interpretación extraterrestre, me pregunto ¿por dónde empezaría a investigar? El Caso Puebla debería servirle a los presuntos investigadores de OVNIs para aprender cómo se investiga un caso. Los casos deben llevarse hasta sus últimas consecuencias aunque lleve mucho tiempo, aunque haya cierta decepción: mientras era un OVNI conservaba un cierto componente mágico, maravilloso, que además costó mucho trabajo sacar de la sierra. En el momento que supe, por la carta, que era parte de la tercera etapa del cohete que puso en órbita al satélite Cosmos 929, se acabó la magia, queda la experiencia de haber hecho la investigación, las anécdotas, fue muy bonito, muy padre, a veces peligroso, pero ya. ¿Para qué sirve? Para demostrar que cuando el evento es real se puede investigar y llegar al fondo del asunto. En ese sentido es un caso perfecto.

Fernando J. Téllez me dio su opinión acerca de la labor de Chavarría y del Caso Puebla: “Fui el primero en acercarme a Puebla, los periódicos hablaban de marcianitos, de hombrecitos verdes, estuve desplazándome cada fin de semana para recabar testimonios, Ariel Rosales me dio dinero para que se lo diera a la persona que me llevara donde estaba el ovni. En este primer acercamiento no hubo evidencia. A Héctor lo quiero mucho y me llamó el ufo-carpetólogo, porque yo decía que le diéramos carpetazo al asunto... Para mí el Caso Puebla no tiene nada que ver con extraterrestres. Viví el caso y puedo decir que es un caso cerrado”.

Y aunque el caso está cerrado, Chavarría todavía tiene algo por hacer:

“A mí lo único que me queda pendiente del caso Puebla, y es algo que deseo hacer desde hace años, es volver a Jopala, ya no voy a buscar OVNIs, quiero hablar con la gente, a ver si la gente que vive ahí todavía se acuerda de que alguna vez en 77 pasó ahí algo. Dudo que encuentre vivo al testigo principal –Miguel Cruz- porque cuando nosotros lo entrevistamos era un hombre de 75 años, no creo que el señor viva, o si vive será un ancianito de más de noventa años. Sería darme el gusto de regresar a Jopala como un simple turista y ver cómo la gente ha incorporado este evento a sus rollos, o sea ¿qué creen ellos que pasó?”


EL ENFOQUE PSICOSOCIAL

Durante el tiempo que se publica Contactos Extraterrestres la investigación de campo y de gabinete, y la reflexión de los múltiples aspectos de la investigación OVNI, van transformando la manera de entender el fenómeno.

El paradigma va cambiando y entonces surge la necesidad de repensar la ovnilogía, no sólo se trata de investigar rigurosamente sino de elaborar una filosofía de la ufología. Se crea una agenda de temas a tratar: ¿puede ser la ufología una ciencia?, ¿con qué sentido se debe llevar a cabo la investigación?, ¿qué se debería encontrar para sustentar la hipótesis extraterrestre?, ¿es la “hipótesis extraterrestre” una hipótesis científica?, ¿qué papel juegan los OVIs (objetos voladores identificados) en la investigación?

Las ideas van apareciendo. Luis Ruiz, por ejemplo, propone que las pruebas de las visitas extraterrestres no estarían en los testimonios o en las fotografías, sino en lo que llamó el objeto ufológico permanente: la nave con sus tripulantes. En 1978 apareció el primer abducido mexicano (posteriormente se convertiría en contactado): Rosendo Hernández García. Fernando J. Téllez y Héctor Chavarría se trasladan al lugar de los hechos: la ciudad de Perote, en el estado de Veracruz. Esta y otras investigaciones hicieron postular a Héctor que “Ninguna declaración de un contactado excede el nivel de sus conocimientos”... Para estos investigadores resulta cada vez más difícil sostener la “hipótesis extraterrestre”.

Pero ¿qué se puede decir de tantos casos investigados? ¿Nada sustenta el enfoque extraterrestre?

Hay indicios, pero esos indicios no son determinantes. No hay una sola prueba, desde el inicio de la era moderna de los ovnis en 1947, no hay una sola prueba, todo es una cuestión social.

Si no hay pruebas de visitas extraterrestres ¿hay algo que pueda o merezca estudiarse?

El único estudio que a mí se me antoja válido en el fenómeno ovni es la cuestión psicosocial: ¿por qué la gente cree en estas cosas? Se trata de un fenómeno de creencia. Se ha demostrado hasta el cansancio la falsedad de ciertos casos y la gente sigue creyendo. ¿Por qué? Por esperanza. Si los dioses tradicionales no le dan consuelo a la gente, la buscan fuera de la Tierra. El fenómeno ovni moderniza las creencias: ahora ya no son ángeles son extraterrestres. Ya no tienen alas, claro dicen que se hizo una mala interpretación: no eran alas era su mochila voladora. Tenemos la oportunidad de ver el nacimiento de una religión. Tiene todos los elementos: es irracional y dogmática; le falta la liturgia, pero hay grupos que ya la tienen.

Entonces ese es el camino que debe seguir la investigación...

Si el fenómeno ovni tiene una faceta que se pueda estudiar es la psicosocial. La investigación está ahí. Cuando se repasa la casuística nos encontramos con que la mayor parte de los casos carecen de datos suficientes, y los que cuentan con datos suficientes están resueltos. Para mí, el camino es estudiar este rollo como un fenómeno psicosocial. También se pueden estudiar sus implicaciones religiosas -hasta podríamos llamar místicas-, una de las vertientes es la del extraterrestre buena onda que nos viene a salvar. Ante el fracaso de las religiones tradicionales, sobre todo en los años sesenta cuando todos los que éramos jóvenes en aquel entonces nos revelamos en contra del orden establecido, de los cuadrados, nos dejamos el cabello largo; con todos los rollos orientalistas, era muy atractiva la cuestión de los buenos hermanos del cosmos. Es cuando surgen las sectas platillistas que hablaban de los buenos hermanos del cosmos que cuando las cosas se pusieran mal tirándole a perores, vendrían a salvarnos, claro que pagando previamente el boleto para abordar el plato volador.

¿La sociología podría beneficiarse del estudio del fenómeno OVNI?

El fenómeno no nos va a decir algo nuevo, algo que los sociólogos o los psicólogos no sepan. Hasta donde yo sé -ignoro si otro lo haya hecho pero lo dudo- soy el único que ha sido aceptado como académico en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística con el tema ovni. Tengo pendiente un trabajo para la academia acerca del folklore del fenómeno ovni en México. A mí me aceptaron en la Academia de folklore y tradiciones con ese tema: los extraterrestres a la mexicana, empezando por la Virgen de Guadalupe y terminando con Salvador Villanueva, que no quedaban muy lejos uno del otro, y pasando por todo lo que la gente inventa y cree aquí en México.

¿Hay algún caso de la década de los noventa que llame tu atención o que creas que merece estudiarse más a profundidad?

No, no hay ni uno que valga la pena. No he encontrado nada y supongo que lo mismo te puede decir Héctor Escobar, Mario Méndez y toda la banda. Fuimos a Tula e investigamos el supuesto aterrizaje, hicimos la investigación de campo y nos trajimos las muestras de los hongos hidrófobos. Fue muy bonito ver un anillo de hadas, yo los había visto en fotografías. Todo lo que hemos investigado en la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica (SOMIE) ha resultado falso... Y es que los creyentes no investigan, se dicen ovnílogos pero no lo son. Van y hablan con la gente y dan por bueno lo que les cuentan porque quieren creer, les conviene trabajar así para vender videos o para dar conferencias. Presentan a un señor que se siente la estrella del planeta y cuenta su experiencia... Si la experiencia fuera real sorprenderían a un escritor de ciencia ficción, yo puedo escribir una historia veinte mil veces mejor, totalmente creíble e incluso aportar supuestas pruebas, y crear un caso fantástico.


LA UFOLOGÍA ES DIVERTIDA

Contactos Extraterrestres desaparece en 1982, tendrían que pasar casi diez años para que resurgiera el interés por los no identificados. Así, a principios de los noventa la “flota galáctica” vuelve a unirse para realizar una ufología “más gustosa de las respuestas que de las creencias desenfrenadas y conspiranoicas con las que muchos ufólogos nos han atrofiado”.

Perspectivas Ufológicas se vuelve el principal medio de difusión de estos investigadores que deseaban hacer que la razón y la ciencia retomaran, en la ufología, el lugar que nunca debieron haber perdido.

Dices que el tema ya te había cansado para cuando desaparece Contactos Extraterrestres ¿cómo es que regresaste a la ufología?

Continué leyendo un poco para mantenerme al día, lo que me regresó aquí fue SOMIE.

¿Cómo nace SOMIE?

En buena medida SOMIE nació en Excelsior, en Revista de revistas. Un número se le dedicó a los ovnis. Yo era el subdirector e invité a un par de ovnílogos creyentes a escribir artículos, pero llegó la banda: Mario Méndez, Pedro Brull, Mauricio-José que en aquel entonces era mi asistente. Yo escribí un artículo ambiguo, no me declaré escéptico, pero yo defendía la existencia real del fenómeno. Se podían ver cosas que no se identificaban, y hablaba de los mitos que se tejían, daba muchos ejemplos de casuística porque yo había estado metido en el rollo. Mario, Mauricio, Pedro y otros, nos reuníamos todos los lunes a hablar de literatura, ciencia, etc. Y empezamos a pensar que sería muy buena onda hacer una sociedad escéptica, esto fue por 1987. SOMIE se fundó en 1990.

¿Te has arrepentido de haberte involucrado tanto en el fenómeno OVNI?

La verdad no me arrepiento para nada, ha sido muy divertido. Mentiría si dijera que no he aprendido cosas, no acerca de los extraterrestres sino acerca de la gente. Es muy emocionante ver cómo la gente teje historias, cómo inventa mitos, cómo le agrega cosas.

Al final, el “escéptico del bastón chistoso” nos resume la forma en la que ha abordado el enigma ovni:

Los escépticos pensamos que debemos tener la mente abierta a todo, pero no creer en nada. No buscamos “verdades” sino respuestas. Puede ser que las respuestas no nos gusten, pero son respuestas, y es lo que buscamos.

viernes, agosto 05, 2005

EL FABRICANTE
(Tercera parte)



De los verdaderos objetivos de los practicantes de la alquimia


Algunos personajes fueron reconocidos por los seres humanos como híbridos, por ejemplo, Jesucristo. Pero en la mayor parte de los casos se les consideró tan sólo como hombres. Extraños, anormales, terribles, extravagantes, ridículos, locos, desequilibrados, estrafalarios, desquiciados o excéntricos, sí, pero hombres.

Casi todos los híbridos aceptan su naturaleza y cumplen con las tareas que les son encomendadas, pero no es raro que algunos de ellos se rebelen, que se enfrenten a los dioses y deseen cambiar las cosas, sus destinos; pero casi todos estos sediciosos terminan agachando la cabeza y admiten al final que su destino es, como todo destino, inevitable.

Desgraciadamente no siempre salen las cosas como se desean y cada cierto tiempo surgen monstruos, híbridos que más hubiera valido que no nacieran, que hubiera sido preferible abortarlos a tiempo; subversivos hasta la muerte.

Me refiero a todos aquellos que habiéndoseles rebelado su misión se oponen a los designios divinos y prefieren servir a nuestro juguete favorito: la humanidad. Incendiarios que tiran las perlas a los puercos. Le dan el conocimiento a los hombres.

Hermes Trismegisto, Alberto Magno, Arnaldo de Vilanova, Nicolás Flamel, Paracelso, Van Helmont, Fulcanelli...

He aquí un pasaje escrito por Alberto Magno –y que afortunadamente pudimos alterar antes de que llegara a manos mortales-:

“...El fabricante de dioses debe ser silencioso y discreto. No debe revelar a nadie los resultados de sus operaciones. Vivirá en la soledad, apartado de los hombres, recordando siempre su calidad de hombre-dios. Escogerá la hora propicia para sus operaciones, dicho de otra manera, deberá esperar a que las constelaciones sean favorables. Debe ser paciente y perseverante. Hacer dioses es un arte que requiere de la máxima concentración posible. Operará según las reglas: la trituración, la sublimación, la fijación, la calcinación, la disolución, la destilación y la coagulación. No utilizará más que vasos de vidrio o de loza vidriada...”

Y he aquí uno de sus escritos en los que deja ver toda su estúpida rebeldía, deja por escrito sin ningún reparo la intención de revelar a los hombres todo el conocimiento que hasta entonces había adquirido sobre nuestra naturaleza:

“No ocultaré una ciencia que me ha sido revelada a pesar de la oposición de los dioses, no la guardaré celosamente para mí sólo por temor de atraer su maldición. ¿Cuál es la utilidad de una ciencia conservada en secreto, de un tesoro escondido? La ciencia que he aprendido sin ficciones, os la transmito sin pena...”

¡Mil veces maldito!

Por supuesto que no todos los alquimistas fueron hombres-dioses, la mayoría eran simples mortales que habiendo escuchado a los híbridos hablar acerca de la posibilidad de crear dioses y diosas en laboratorio y mediante complicadas máquinas, intentaron comprender las ciencias necesarias para lograrlo; afortunadamente la voluntad de los que habitamos el cielo es superior a los deseos de la criatura humana, jamás hemos permitido que hombre alguno alcance la sapiencia básica.

Algunos de sus intentos aún nos hacen reír, otros al contrario, nos han molestado sobremanera:

Bernardo el Trevisano gastó mucho tiempo y dinero para crear un pequeño dios. Compró dos mil huevos, después de haberlos cocido separó la yema y la clara, y los mezcló con estiércol de caballo para que después de fermentar se creara un feto divino.

¡Estúpido! ¡Blasfemo! Como si la materia divina tuviera que ver con estiércol de caballo. ¡Imbécil! Para la historia, lo que Bernardo trataba de lograr era la piedra filosofal. Infantil criatura es el hombre, su historia no es más que un invento nuestro.

Supo Van Helmont que era un híbrido cuando en 1618 recibió de manos de un “desconocido” un gramo de piedra filosofal pulverizada y un documento en el que se le imploraba que, en cuanto lo supiera, diera a conocer a La Hermandad la técnica adecuada para fabricar dioses. Gracias al polvo logró transformar mercurio en oro y gracias al documento supo cuál era la misión de su vida. Gracias a nuestra intervención jamás se sabrá acerca de lo que realmente logró y hasta dónde llegó su conocimiento.

Paracelso o Teofrasto Bombast Von Hohenheim recibió en Constantinopla, de manos de Salomón Trismosin, el Splendor Solis; donde más que narrarse se ilustra el proceso para crear dioses menores. No supo, gracias a las misteriosas influencias del más allá, que el pequeño “homonculus” que logró crear mediante la “putrefacción de esperma” (otro mito que se esparció desde el más allá) fue en realidad un dios malogrado. Cerca estuvo de la victoria y cerca estuvo de rebelar el procedimiento mediante el cual crear en laboratorio un “hombrecito”, he aquí el texto que modificamos a tiempo y que apareciera en su De natura rerum:

“He aquí como hay que proceder para lograrlo: encerrad durante cuarenta días, en un alambique, licor espermático de hombre; que se putrifique hasta que empiece a vivir y a moverse, lo que es fácil de reconocer. Después de este tiempo aparecerá una forma semejante a la de un hombre, pero transparente y casi sin sustancias. Si después de esto se nutre todos los días ese joven producto, prudente y cuidadosamente, con sangre humana, y se lo conserva durante cuarenta semanas en un calor constantemente igual al del vientre de un caballo, ese producto se transforma en un verdadero niño viviente, con todos sus miembros, como el nacido de mujer, aunque mucho más pequeño.”

Muchos crédulos han pensado que Paracelso creyó haber logrado un hombrecillo, otros creen que detrás de sus palabras hay una metáfora, y que en realidad hablaba de la obtención de la Piedra Filosofal. Ni siquiera el maldito eunuco supo la verdad. Una verdad a la que, de no ser por nuestras oportunas acciones, hubieran podido tener acceso los mortales.

miércoles, agosto 03, 2005

Expulsión


Había una vez un angelito chaquetero. Su deber era cuidar a un escuincle de 10 años que ya a su corta edad era un gandallín. Pero el angelito nunca cumplía con su misión porque cuando no se la estaba jalando o acariciando, estaba pensando en hacerlo. Su pirrín estaba colorado de tantas chaquetas pero ni así se estaba en paz. Sufría mucho porque su mayor anhelo era que alguien le chupara su pitito y nadie le hacía el favor. Un día, después de pensarlo mucho, se atrevió a pedírselo al niño gandallín y lo único que obtuvo fue un madrazo que le dejó el ojo morado por varios días. ¡Pobrecito del angelito chaquetero! Ya resignado intentaba chuparse su verguita él mismo, pero por más esfuerzo que hacía no se la alcanzaba. El niño iba a la escuela sin su ángel de la guarda, lo dejaba frotándose su tripita. Cuando gandallín regresaba el angelito continuaba en lo mismo, y todo el día el niño gandallín entraba y salía de su cuarto y de su casa y su angelito seguía sin descanso. Tal vez por eso el niño era tan gandalla. El angelito no lo cuidaba, ni lo regañaba, ni lo aconsejaba como se le había encomendado. “Ya déjate ahí, con tanta chaqueta vas a quedar pendejo” le decía el niño gandallín y parecía que le hubieran dicho que se la jalara más fuerte. ¡Pobrecito del angelito chaquetero! Era su vicio y nada podía hacer. Día y noche no hacía más que chaquetear y chaquetear. Un día Dios lo mandó llamar. No sin preocupación el pequeño ángel acudió al reino celestial. El Altísimo le dijo que si continuaba así y que si no cuidaba al niño gandallín, lo mandaría a la chingada -al angelito chaquetero, no al niño gandallín por supuesto-. Pero tan grande era su vicio que mientras Dios lo reprendía, continuaba chaqueteando, y se aguantaba la pena por tener su pito tan chiquito pues pensaba que Dios por ser Dios tendría un pitotote, pero sus ganas eran más fuertes que cualquier pudor. ¡Pobrecito del angelito chaquetero! Realmente lo intentó, se esforzó por interesarse en los asuntos del niño gandallín. Lo comenzó a acompañar a la escuela pero fue terrible, gandallín lo buscaba cuando se le perdía de vista y el angelito estaba debajo del escritorio de la maestra haciendo lo único que sabía hacer. Y los demás niños y ángeles de la guarda se reían hasta las lágrimas. Ni cien mil patadas consiguieron hacerlo reflexionar. No había poder que hiciera que el angelito de la guarda dejara de ser un angelito chaquetero. Finalmente el niño gandallín se acostumbró, así, mientras él jugaba fútbol o canicas o carritos, el angelito a pocos metros se frotaba su cosita. ¡Pobrecito del angelito chaquetero! Ya Dios se lo había advertido, o dejaba de chaquetear o lo mandaría a la fregada. Pero era más fácil que el niño gandallín dejara de ser un niño gandallín que el angelito chaquetero dejara de ser un angelito chaquetero. Diosito cumplió su amenaza de castigarlo porque Diosito siempre cumple sus amenazas de castigo. Las súplicas del angelito no se hicieron esperar. Pero nada pudo conmover al Creador. Lo mandó a la Luna y desde entonces está ahí, sentado en completa soledad haciéndose una eterna chaqueta. ¡Pobrecito del angelito chaquetero! Se la restriega sin descanso mirando tristemente al lugar de donde fue expulsado. El niño gandallín tiene un nuevo protector y de chaquetín ya ni se acuerda. Chaquetín a veces piensa en gandallín y hasta lo extraña. En ocasiones llora de pensar que estando en la Luna nadie le chupará su pitito. Los astronautas que a veces van ya no lo pelan ni se la pelan. Me imagino la tristeza que ha de sentir de estar solo allá en la Luna, mirando nostálgicamente a la Tierra mientras se frota su verguita. ¡Pobrecito del angelito chaquetero!

martes, agosto 02, 2005

Lovecraft y la homosexualidad

Howard Phillips Lovecraft es el creador del llamado “horror cósmico”, una conjunción de ciencia ficción, mitología y horror.

Según el mismo Lovecraft: “Todas mis narraciones, aun cuando no guarden relación entre sí, se basan en la tradición o leyenda según la cual este mundo estuvo habitado en épocas anteriores por otra raza que, como consecuencia de las prácticas de magia negra, perdió su dominio y fue expulsada, pero vive en algún lugar del exterior dispuesta en todo momento a volver a adueñarse de la Tierra.”

La Editorial Valdemar publicó la biografía que sobre H. P. Lovecraft escribiera L. Sprague de Camp.



Según leemos, la madre de Howard se sintió decepcionada por haber traído al mundo a un varón, por ello es que se empeñó en tratarle como a una niña; sobre “los intentos de su madre por feminizarle”, Sprague de Camp escribe en el primer capítulo:

Susie Lovecraft había deseado ardientemente tener una niña; había empezado un arca de vestidos para cuando esto sucediera. De ahí que favoreciese persistentemente las características de su hijo que consideraba femeninas. Le vestía con ropas estilo Lord Fauntleroy, y trataba deliberadamente de feminizarle. De pequeñito, Lovecraft insistió durante algún tiempo: “Soy niña”. Susie le hizo llevar bucles hasta los seis años, aunque él empezó a quejarse de ellos a la edad de tres. Durante algún tiempo, Susie le apaciguó mostrándole retratos del siglo XVIII del Spectator, que representaban a hombres maduros con cabello largo y calzón corto, como él. Aquí se inició su inveterado entusiasmo por el barroco, aunque no se reconcilió con los bucles. Por último, al cumplir los seis años, Susie tuvo que ceder a sus quejas. Llorando amargamente, le cortó el pelo. A partir de entonces, cosa extraña, evitó todo contacto físico con el chico, y decía a la gente que era feo. Mucho tiempo después, Lovecraft confesó a su esposa que la actitud de su madre hacia él había sido “devastadora”.

¿En qué sentido había resultado devastadora? ¿Influyeron estas experiencias en su vida sexual? ¿Era Lovecraft homosexual?, ¿era bisexual?

En el capítulo Amante Vergonzoso podemos leer las especulaciones que se han hecho sobre la vida sexual de Lovcraft. Cuenta Sprague de Camp:

La cuestión de la sexualidad de Lovcraft ha despertado mucho interés. Algunos escritores le han calificado de “asexual”. Otros han supuesto que pudo ser homosexual, al menos en sentido latente. Han citado su indiferencia hacia las relaciones heterosexuales, la ausencia de mujeres en sus relatos, cuyos personajes principales son mayormente un solitario narrador masculino y un amigo íntimo, y sus muchas amistades con hombres más jóvenes, algunos de los cuales o bien eran abiertamente homosexuales o bien tenían tendencias en ese sentido. Sin embargo, el término “homosexualidad latente” es vago y resbaladizo. Además la acusación de “tendencias homosexuales latentes” se ha vuelto tan brumosa que se ha atribuido a casi todo personaje notable cuya vida amorosa se aparta de lo normal... Prácticamente hablando, no estuvo sometido a influencias sexuales hasta que conoció a Sonia.

Antes de transcribir lo que pensaba el autor de El horror de Dunwich sobre el homoerotismo, veamos en qué momento de su vida lo descubrió.

“De hecho –aunque naturalmente siempre he sabido que la pederastia era una desagradable costumbre de muchas naciones antiguas-, jamás había oído hablar de homosexualidad como instinto real hasta cumplidos los treinta años... Cuando los chicos hablaban o se comportaban de manera sucia, podía haberles enseñado más de lo que ellos querían decirme a mí, aunque (tal era el estado de la formal medicina victoriana) mis conocimientos se limitaban enteramente al sexo normal. Fui de edad madura y hombre casado, antes de oír hablar por vez primera de la existencia de una homosexualidad instintiva...”

Sobre la atracción sexual entre personas del mismo sexo escribió:

“Por lo que se refiere al homosexualismo, la primera y fatal objeción contra él es que es naturalmente... repugnante a la abrumadora mayoría de la humanidad... Por ejemplo, yo odio tanto el adulterio físicamente normal (que es una traición ruin y despreciable) como la pederastia; pero mientras puedo gozar (físicamente) o ser tentado hacia el adulterio, decididamente no puedo pensar en el estado anormal sin que me produzca náuseas.”

Sprague de Camp afirma que Lovcraft no era un homosexual de clóset y que lo que escribió se correspondía realmente con lo que pensaba:

Que esta era la sincera opinión de Lovecraft lo confirma la carta que escribió a Robert Barlow el último año de su vida. Como varios de los jóvenes protégés de Lovecraft, Barlow era homosexual activo. Lovecraft parece que no llegó a enterarse nunca de la desviación de su joven amigo. En la carta en cuestión, Lovecraft criticaba un relato que Barlow había escrito sobre un artista que cobra gran afecto hacia un púgil. Lovecraft encontraba esto inverosímil:

“No existe el más mínimo motivo por el que un artista sano y maduro pueda desear ver o hablar con un pugilista barato y mediocre. Y si alguna trágica enfermedad o malformación confiriese al artista un interés anormal, se pasaría naturalmente la vida luchando por extirpar la enfermedad... no exhibiéndola o alentándola como podría hacer un sujeto de grado inferior.”

Por lo que sabemos, la homosexualidad en Lovecraft, como la sífilis hereditaria, parece ser tan improbable que, aunque no completamente refutable, sí puede ignorarse sin más. Lo notable es el hecho de que, considerando su singular educación y los intentos de su madre por feminizarle, no se convirtiese en abierto homosexual...

Pero a Lovcraft no sólo le resultaba enferma o repugnante esta forma de vivir la sexualidad, la sexualidad misma le resultaba desagradable:

Cuando Cook publicó un relato inofensivo sobre la modelo de un artista que posaba desnuda, Lovecraft escribió una carta larga y acalorada, atacando a Cook por este “horrible ejemplo de decadencia del pensamiento y de la moral... el erotismo pertenece a un orden inferior de los instintos y es una cualidad más animal que notablemente humana... En cuanto a las inhibiciones puritanas, las admiro cada día más. Son intentos de hacer de la vida una obra de arte.”

Aunque Lovecraft mantuvo su propia vida sexual dentro de unos límites estrechos y rígidos, descartó muy pronto toda idea de imponer su moral a los demás:

“Meditando sobre el origen de mis opiniones, me preguntaba a mí mismo hace poco si no serán demasiado apresuradas mis ideas antieróticas; debido a un mero prejuicio subjetivo, más que a una observación exacta o impersonal...”

lunes, agosto 01, 2005

LA VIDA EXTRATERRESTRE


La serie Tercer Milenio del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) “aborda temas de interés general desde un punto de vista especializado pero accesible a todo público. Cada libro está escrito y diseñado para que el lector realice una lectura breve, plena y confiable, apoyada con imágenes y cápsulas informativas que le ofrecen un panorama amplio e inmediato de asuntos específicos. Es una colección para quienes ya viven el Tercer Milenio”.

Miguel Ángel Herrera fue doctor en ciencias, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM y profesor de la Facultad de Ciencias. Miguel Ángel participó en diversos debates públicos sobre el fenómeno OVNI.

Su libro “La vida extraterrestre” fue publicado en 1999 dentro de la serie Tercer Milenio.

Los libros de esta serie no son para expertos o iniciados, se trata en realidad de un primer acercamiento a cada uno de los temas. Cada capítulo abarca un par de páginas.

Miguel Ángel comienza comentando las ideas que –a lo largo de la historia- algunos filósofos, escritores y poetas han tenido sobre los extraterrestres (Anaxágoras, Cyrano de Bergerac, Flammarion...).

En el siguiente capítulo intenta dar respuesta a la pregunta ¿Qué es la vida? Menciona los trabajos de Oparin, Stanley Miller y Harold Urey. A continuación explica la forma en que surgieron los elementos pesados y nos recuerda que “somos polvo de estrellas”.

En los siguientes capítulos analiza los lugares en los que podría encontrarse la vida en nuestro sistema solar.

Marte ocupa varios capítulos: menciona las ideas de Schiapparelli y Percival Lowell; los trabajos de H. G. Wells, Bradbury y Edgar Rice Burroughs; las misiones vikingo y la polémica del meteorito ALH 84001.

En otros capítulos expone las condiciones que permitieron el origen de la vida en la Tierra, el descubrimiento de otros sistemas planetarios, los mensajes de Sagan y Drake, la distancia a otras estrellas y galaxias, el viaje interestelar y los problemas que deben resolverse para lograrlo.

Los siguientes tres capítulos los dedica al fenómeno OVNI.

Son pocas páginas en las que se habla de los supuestos visitantes del espacio, pero debo decir que valen la pena.

Los ufólogos prestan poca atención a lo que la psicología nos enseña acerca de la percepción y la memoria; una actitud equivocada, ya que muchas veces sólo se tienen testimonios para evaluar los casos. Sobre este asunto, Miguel Ángel nos dice que: “Los psicólogos han realizado numerosos experimentos con el fin de evaluar la confiabilidad de testigos oculares en casos criminales. Para ello, a un grupo de ‘testigos’ se les presenta una escena filmada o actuada y después se les pide que lo describan. El resultado es abrumador: ¡todas las versiones son diferentes! Muchos incluso ‘recuerdan claramente’ detalles que ni siquiera aparecen en la escena.”

El Project Blue Book y sus resultados son expuestos por el astrónomo mexicano, al final de su exposición dice que OVNI no es sinónimo de nave extraterrestre: “...En realidad, los casos inexplicados no lo son porque sean inexplicables, sino porque no hubo información suficiente para saber con certeza de qué se trataba. Y las investigaciones realizadas desde entonces hasta la fecha –por científicos (pocas) y por fervientes creyentes (muchas)- no han cambiado en lo más mínimo el panorama. La triste realidad sigue siendo que, hasta ahora, no hay en absoluto ninguna prueba real de platos voladores.”

Uno de los argumentos favoritos de los creyentes es también explicado: “¿Por qué hay tanta gente convencida de que los OVNIS son de origen extraterrestre? La respuesta es: porque han aplicado mal la lógica. Se han convencido porque dan por hecho que la ausencia de una explicación para un ‘fenómeno OVNI’ implica que se trata de una nave extraterrestre tripulada (‘¿No me puedes decir qué es esa lucecita –o la mancha oscura, o lo que sea- que se ve en este video?’ ‘¡Entonces es una nave extraterrestre tripulada!’). Sin embargo, este argumento es falso, porque presupone que la única explicación alternativa al fenómeno es que se tarta de un plato volador. ‘Pero ¿qué otra cosa podría ser?’ dicen los creyentes. ¡Pues podría ser muchísimas otras cosas, desde un fenómeno meteorológico desconocido hasta Supermán, que a fin de cuentas es igual de creíble (o increíble) que un plato volador.”

Los científicos no son los necios y cerrados que dibujan los ufólogos; la negativa de los astrónomos se debe a la ausencia de evidencia consistente. Miguel Ángel nos recuerda que a falta de evidencias materiales que puedan ser examinadas “...La explicación más razonable del fenómeno es que la respuesta no está en el cielo, sino en nuestras propias mentes... Es probable que el pensamiento mágico sea una necesidad humana. De ser así, con el paso del tiempo la moda de los extraterrestres llegará a su fin para ser sustituida por alguna idea esotérica que, por ahora, aún no podemos imaginar.”

Los dos capítulos finales tratan sobre la comunicación por radio con las inteligencias extraterrestres (Proyecto Beta, Fénix y Cíclope).

El libro cierra con una pequeña bibliografía que incluye libros de Sagan, Robert Sheaffer y Asimov, entre otros, y un glosario.

El libro es muy bueno. El lector que se acerca por vez primera al tema de la vida extraterrestre y al fenómeno OVNI, encontrará un material sumamente atractivo e interesante.


LOS CIENTÍFICOS FRENTE A LOS “MISTERIOS PARANORMALES”


En noviembre de 2001, UNIVERSUM, el museo de las ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), organizó un ciclo de cinedebate titulado La Exploración del Espacio, dicho ciclo fue coordinado por el investigador escéptico y escritor de ciencia ficción Héctor Chavarría. Contacto (1997), La Guerra de los mundos (1953), 2001: Odisea del Espacio (1968), Impacto profundo (1998) y Cuando los mundos chocan (1951) fueron las cintas que se exhibieron.

El 29 de noviembre, como parte de este cinedebate, se llevó a cabo una mesa redonda acerca de la vida extraterrestre, los participantes fueron: el periodista Mario Méndez Acosta, el astrónomo Miguel Ángel Herrera (q.e.p.d.), el físico Rafael Fernández, el biólogo Martín Bonfil, y el mismo Chavarría.

El público, en su mayoría compuesto por estudiantes de secundaria y preparatoria, se mostró entusiasmado y participativo. Los jóvenes preguntaron por los videos de OVNIs, los círculos en los cultivos, los contactados, la cara de Marte, etc.

Aquellos estudiantes deseaban escuchar lo que la ciencia tenía que decir sobre el fenómeno OVNI. Pero ¿qué dicen los científicos acerca del “misterio número uno de nuestro tiempo”?

Grupos como el CSICOP surgieron para que el público pudiera tener acceso a información confiable acerca de diversos temas: medicinas alternativas, OVNIs, astrología, fenómenos paranormales, etc.

El público mexicano ¿a quién puede recurrir si desea encontrar información seria, objetiva y hasta científica sobre todas estas cuestiones?

En próximas entradas comentaré algunos ejemplos de lo que en México se puede encontrar sobre estos “enigmas” dentro de la literatura de divulgación científica.