lunes, junio 22, 2009

Magia, charlatanería y cáncer (Cuarta parte)
Por Luis Benítez Bribiesca


La herbolaria, la chahínas y otros remedios

Es indudable que la tradición herbolaria acumulada a través de miles de años en diferentes pueblos ha aportado conocimientos fundamentales a la farmacología moderna. Quizás el ejemplo más demostrativo es el descubrimiento de William Withering de una planta con acción cardiotónica, obtenido del análisis de una porción de hierbas que administraba una bruja en el norte de Inglaterra. Del estudio cuidadoso de la planta Digitalis purpurae y de sus compuestos activos, pudo obtenerse uno de los fármacos más importantes para tratar los problemas cardiacos: el digital. 27 La herbolaria en nuestro país no es una excepción y es bien conocida la historia de cómo el estudio de ciertos vegetales nacionales, como el barbasco, condujo a encontrar fuentes de esteroides para la fabricación de medicamentos hormonales. Por último, es conveniente destacar que algunos fármacos usados actualmente en el ámbito de la quimioterapia científica derivan precisamente de vegetales de la especie Vinca; tales medicamentos se conocen en la actualidad como Vincristina y Vinblastina y siguen usándose ampliamente como tratamiento de elección para algunas neoplasias malignas. La investigación en este vasto universo vegetal continúa y cada día se refina más la tecnología con la que se estudia; recientemente se elaboró un ambicioso proyecto para el estudio de la herbolaria del sudeste de Asia, subvencionado por el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., con muchos millones de dólares.28

Si bien la aplicación de la herbolaria es un hecho incontrovertible, otra cosa muy distinta es que cualquier hierbero o curandero pretenda tener la fórmula mágica que cure el cáncer. En todos los países, y sobre todo en el nuestro, existen numerosas personas que se exhiben como los descubridores de tan ambiciosa fórmula. En México muchos curanderos, hierberos, químicos y hasta médicos han hecho grandes negocios y establecido empresas de difusión nacional, con diversas fórmulas mágico-herbolarias que ofrecen al público como “curas contra el cáncer”. Creo que el ejemplo más interesante es el que se encuentra en los escritos y propaganda del profesor Humberto Avilés. El citado profesor se dedica a producir y vender multitud de productos, mezcla de la herbolaria y de la magia, como tratamiento de diversas enfermedades; él publicó un escrito llamado Teoría morular del cáncer (50 años de la teoría de la sementerapia anticáncer). Este escrito es verdaderamente interesante porque consiste en una mezcla incomprensible de conceptos oncológicos tomados de todas las épocas; desde la tradición hipocrática, pasando por la herbolaria, hasta algunos datos de lo que podría considerarse investigación moderna. Este curioso y críptico sincretismo histórico-conceptual, lo expresa en forma de lo que llama “axiomas”, y deduce que la fitolaca, combinada con la sementerapia, es útil contra el cáncer y por supuesto contra la enfermedad de moda, el sida. Este ecrito puede considerarse el ejemplo más claro y viviente de la charlatanería pseudocientífica en nuestro país. 29

Otro ejemplo sorprendente de tratamientos herbolarios mimetizados de científicos, y que parece tener un éxito inusitado hasta con profesionales de la investigación biomédica, es el supuesto descubrimiento de unas sustancias curtientes de origen vegetal por Héctor Chahín, que dio lugar a la preparación y venta de los “extractos” llamados Chahína y Circulán. Sus bondades han sido publicadas y avaladas en una conocida revista de divulgación científica, nada menos que por un doctor en bioquímica del laboratorio de virología de la Facultad de Medicina de la UNAM; él afirma que el tratamiento es efectivo en el 80% de los enfermos avanzados de cáncer. 30 Si esto fuera cierto, las compañías productoras de medicamentos estarían dispuestas a comprar la patente por muchos millones de dólares y el Comité Nobel le otorgaría el premio de más prestigio del mundo. El estudio de las Chahínas ha sido totalmente empírico y realizado en forma pseudocientífica; no existe demostración alguna de que estas sustancias puedan tener un efecto anticanceroso en ninguna de las condiciones de experimentación rigurosa que requiere el estudio de fármacos neoplásicos. Sin embargo, la sustancia se vende profusamente, su uso se difunde ampliamente y hay un número creciente de enfermos que desea curarse del cáncer con el uso de estos preparados. ¡Qué lamentable es que en nuestro país se permita que este tipo de sustancias se vendan sin las pruebas científicas necesarias y así se engañe a los pacientes, sólo por obtener grandes beneficios económicos!

Todos los que hemos trabajado en el campo de la oncología sabemos que en México existen numerosas personas que afirman que las cápsulas de víbora de cascabel tienen un efecto neoplásico específico. Esta idea ha cundido ampliamente en todo el país, a tal punto que se dice que este reptil se caza cada día más para producir dicho remedio, por lo que ya está considerado en la lista de especies con amenaza de extinción. El polvo de víbora de cascabel desecada y puesta en cápsulas de gelatina se vende con frecuencia en consultorios de medicina mágica y herbolaria y por supuesto en multitud de mercados y tianguis. Huelga decir que tampoco existe ninguna demostración científica ni anecdótica de su efecto en el tratamiento contra el cáncer; éste cae dentro del ámbito de la creencia popular. ¿Será que la persistencia de la magia del símbolo de Quetzalcóatl o Kukulkán en la mentalidad popular mexicana nutre aún esta creencia? Y contra las creencias no hay juicio que valga.

Además de los métodos señalados existen numerosos sistemas ideados por charlatanes, tanto del género clásico como del moderno, para captar la atención de los pacientes cancerosos en etapa terminal y de ese modo realizar grandes negocios. La mayoría de esas personas, que preconizan haber descubierto los tratamientos del cáncer, son embaucadores más o menos hábiles, pero que llegado el momento de que ellos mismos o sus familiares cercanos enferman de cáncer, recurren sin titubear a las clínicas oncológicas formales. Una anécdota que tuvo lugar en el Hospital de Oncología ejemplifica esta actitud: un ingeniero (no médico), con tenacidad inusitada, llegó hasta las autoridades más altas del IMSS arguyendo que había descubierto la causa del cáncer y que por múltiples motivos, sobre todo políticos, su descubrimiento no se había tomado en cuenta. Las autoridades del Seguro Social con toda cautela pidieron a los especialistas de oncología un análisis y dictamen de los “descubrimientos” del ingeniero. Después de un estudio cuidadoso de los documentos que él presentaba, de varias entrevistas personales y de una larga discusión entre el subdirector del Hospital, el psiquiatra del Hospital y el jefe de la Unidad de Investigaciones Oncológicas, se llegó a la conclusión de que su “teoría” era confusa, contradictoria y carente de valor científico, y que además revelaba un profundo desconocimiento de lo que es la enfermedad neoplásica. Pasados dos años de aquella entrevista, en la que el “descubridor de la génesis del cáncer” enfureció en forma superlativa, el citado ingeniero acudió a solicitar un tratamiento convencional para un familiar con cáncer de testículo y nunca volvió a mencionar su teoría del origen del cáncer.

Los tratamientos anticáncer germinan a diario y en todos los ámbitos; recientemente un médico y una quimicobióloga en Toluca dijeron haber descubierto la fórmula herbolaria mágica para la curación del cáncer. Hace sólo unos meses otro médico acudió al Hospital de Oncología para pedir que se pusiera a prueba un supuesto nuevo método que denomina “terapia enzimática del cáncer con medicina integral”, y que proviene de EE.UU., donde se dice que el ácido láctico es el remedio natural para destruir el cáncer. 31


Actitud de los charlatanes modernos ante el método científico

La mayoría de los charlatanes pretenden tener información científica profunda y dicen haber elaborado experimentos en diferentes formas, ya sea en animales, in vitro o con humanos, pero nunca ofrecen pruebas del laboratorio donde los realizaron, ni del protocolo de investigación que siguieron. Ninguno de ellos conoce el método científico, ni los medios para desarrollar experimentos confiables, ni menos para probar o producir un medicamento. Por esto, ya que tienen elaborado el remedio y que lo han usado empíricamente pretenden obtener el aval de especialistas; así, acuden, inocente o cínicamente, a los centros oncológicos para exigir que su método terapéutico se someta a prueba en pacientes cancerosos. Cuando se les solicitan los datos exactos del examen químico y farmacológico del producto responden con vaguedades o se niegan a darlos. Al explicarles que existe un método científico y normas de experimentación farmacológica a las que deben ceñirse, se ofenden. Las razones que esgrimen es que no pueden revelar su fórmula porque temen que se las plagien y que, además, no hay necesidad de someter su medicamento a rigurosos estudios de laboratorio con el método científico, ya que ellos presentan numerosos testimonios de pacientes supuestamente curados de cáncer. Los modernos Dulcamaras afirman que dichos testimonios deben ser suficientes para convencer a cualquier gente de buena fe de que el medicamento, poción o extracto que proponen tiene efecto curativo sobre las neoplasias malignas. Al explicárseles que la experimentación farmacológica es compleja y que requiere de procedimientos perfectamente establecidos para probar la eficacia de un medicamento, se rehúsan y acusan públicamente a las instituciones, que ellos califican como “medicina oficial”, de incomprensión y juicio estrecho ante la evidencia “tan clara” que presentan. Esto, lejos de perjudicarlos, parece darles más fama, pues sus seguidores incondicionales los consideran así como víctimas incomprendidas, portadoras de un mensaje curativo y benefactores de la humanidad.

El público debe saber que el método científico y las normas internacionales para la experimentación farmacológica es lo que ofrece la seguridad de uso y aplicación. Un remedio que no es sometido a estos rigurosos estudios representa un gran riesgo para el paciente y, por lo regular, un engaño curativo. Vender falsas esperanzas a pacientes con cáncer debe considerarse un delito y un fraude moral.


REFERENCIAS

27. Goodman y Gillma, The farmacological Basis of Therapeutics, Ed. Mac Millan Publ. Co. Inc., 6a. Ed., New York, 1980.
28. Booth, W., “Combing the Earth for Cures to Cancer. AIDS”, Science, Vol. 237, 1987, pp. 969-970.
29. Avilés, H., “Teoría morular del cáncer. (50 años de teoría de la sementerapia anticáncer y experiencia)”, resumen de monografía, información mimeografiada distribuida por el autor.
30. Romero V.,G., “Prueban sustancias curativas contra cáncer y sida.”, Información Científica y Tecnológica, vol.10, núm. 136, 1988, pp. 18-21.
31. A Cure for Cancer in Animals. Keating Foundation, Inc. (impreso sin afiliación a ninguna revista científica y sin datos de identidad bibliográfica).

Quinta y última parte

7 comentarios:

Pereque dijo...

¿Esa "sementerapia" es lo que creo que es?

Martín Fragoso dijo...

Hola, pues no lo sé, pero le preguntaré al doctor Benítez Bribiesca.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola.
Me gustaria saber la opinion del autor del blog y tambien de quien me lea y quiera aportar algo sobre el Doctor Hamer y sus ideas.
Muchas gracias.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

No puedes decir que el resultado de la cascabel queda solo en la creencia popular. Sabes cuantos casos de cancer conozco que se han curado de esta forma? Los medicos quedan impresionados, pero no son investigadores ni renombrados, y no quieren ser ridiculizados, por lo que los resultados quedan solo en el ambito familiar.

Anónimo dijo...

ME GUSTARÍA CONOCER LA OPINIÓN DEL BLOGERO DE "LAS PATILLAS DE ASIVOV."
(Que de entrada, ya el "nombrecito" deja para dudar de los conocimientos del autor)
a cerca del uso de ATORBASTATINA que obviamente pasó todas las pruebas del "Método Científico" que es altamente nocivo para EL HÍGADO, TIROIDES, y TRASTORNOS MUSCULARES, etc. etc.
Le recomiendo enterarse de manera exhaustiva del cualquier tema que quiera usted DENOSTAR, porque hablar como se me da la gana, sin conocimiento del tema es lo mismo que prohibir alimentarse al hambriento. Si es Ud. Médico, uf, entonces aprendió muy bien a hacer el caldo gorda a las tras-nacionales farmacéuticas que le convirtieron en un VENDEDOR SIN COMISIONES.
RECUERDE QUE EL FUNDAMENTAL COMPROMISO DEL MEDICO ES: EVITAR QUE SUS PACIENTES CONSUMAN MEDICINAS QUE DAÑEN SU SALUD. (Bueno cuando se es médico honesto)

Martín Fragoso dijo...

El autor del blog y el autor del artículo son dos personas diferentes (al inicio del artículo aparece el nombre del autor, y a la izquierda, debajo de la caricatura, ahí donde dice "acerca de mí", aparece el nombre del autor del blog, preste atención, usted puede, no se desanime).

El autor del blog no es médico, pero el autor del artículo sí. Si se da cuenta, debajo del título dice primera parte y, al final del artículo, después de las notas está el enlace que lleva a la quinta y última parte, eso quiere decir que hay primera, segunda y tercera parte, si hubiera buscado la primera parte se hubiera enterado de lo siguiente:

"Luis Benítez Bribiesca es Médico cirujano formado en la Escuela Médico Militar, se especializó en patología en diversas universidades del extranjero, en 1968 fundó el primer laboratorio de investigación oncológica en el Instituto Mexicano del Seguro Social, de igual forma, fue cofundador de la Escuela de Medicina de la Universidad Anáhuac. En el Centro Médico Siglo XXI él y su equipo han estudiado el cáncer cervicouterino."

Como no soy médico no puedo dar mi opinión sobre el uso de atrobastatina. El autor del artículo tampoco porque falleció a finales del año pasado.

http://oncologia.mx/permalink/4353.html

Ni hablo como se me da la gana ni publiqué en este blog (ya no lo actualizo pero le invito a visitar el blog que sí actualizo: El Detractor) opiniones infundadas, en este caso, el artículo "Magia, charlatanería y cáncer" está bien fundamentado y fue escrito por un médico que estaba bien informado sobre los fraudes médicos.

Saludos.

Martín Fragoso dijo...

"No puedes decir que el resultado de la cascabel queda solo en la creencia popular. Sabes cuantos casos de cancer conozco que se han curado de esta forma? Los medicos quedan impresionados, pero no son investigadores ni renombrados, y no quieren ser ridiculizados, por lo que los resultados quedan solo en el ambito familiar."

Tu comentario es contradictorio, comienzas diciendo que no puedo decir que el resultado de la cascabel queda solo en la creencia popular (aunque no lo digo yo -autor del blog- sino el autor del artículo-, y a continuación señalas dos cosas: 1. tu experiencia personal (los casos que conoces) y 2. que "todo queda en el ámbito familiar" (ya que los médicos que quedan impresionados no son investigadores y no quieren ser ridiculizados).

Si algo está sólo en el ambito familiar y en la experiencia personal entonces es creencia popular. Para dejar de ser creencia popular y pasar a formar parte del conocimiento científico se necesitan investigaciones científicas.