jueves, diciembre 29, 2005

Cuenta la leyenda que el físico Miguel Alcubierre veía el programa Viaje a las estrellas cuando encontró cuál podría ser el sistema de propulsión del Enterprise. En palabras del físico Sergio de Régules: “La teoría especial de la relatividad dice que nada puede viajar más rápido que la luz a través del espacio, pero si es el espacio mismo el que se mueve ya no hay impedimento. Miguel encontró una solución de las ecuaciones de Einstein que resuelve matemáticamente el problema del sistema de propulsión de la nave de Viaje a las estrellas, el Enterprise. Conocido por los muchos fans del programa como warp drive (propulsor a distorsión espacio-temporal), este sistema de propulsión imaginario permite al Enterprise viajar más rápido que la luz mientras el pobre Einstein se revuelca en su tumba. Miguel buscó la manera de reconciliar la teoría de la relatividad con las velocidades superlumínicas que alcanza el Enterprise con singular desenfado (y poca verosimilitud). La solución de Miguel describe una especie de burbuja. El espacio-tiempo se expande detrás de la burbuja y se contrae delante, arrastrándola como una ola a velocidades arbitrarias y sin sufrir el fenómeno de dilatación del tiempo. En 1996 otro físico demostró que el propulsor a distorsión podría servir también para viajar en el tiempo. El problema, por supuesto, es que nadie sabe cómo poner en práctica la solución matemática de Miguel. Al parecer, igual que el agujero de gusano, requiere densidades de energía negativa gigantescas.”

Hace algunas semanas, en un curso de filosofía de la física, el físico José Marquina mencionaba la fama que tiene Miguel fuera del ámbito académico. Nos decía que a Miguel le han llamado de la radio y la TV para preguntarle de su trabajo. ¡¡¿Los medios de comunicación interesados en platicar con un físico?!!

Marquina comentaba que hasta los ufólogos (Marquina se burla bastante de ellos durante sus clases) se habían enterado del trabajo de Miguel. Un compañero lanzó la pregunta: ¿Cómo es que el trabajo de Miguel se hizo tan popular? Marquina no tenía idea. Algunas semanas después me encontré con la respuesta. El 3 de octubre de 2005 La Gaceta de la UNAM publicó un artículo en el que Miguel explica la forma en que su trabajo se comenzó a conocer fuera del mundo de la física.

El artículo me pareció tan interesante que me dieron ganas de publicarlo en este blog. Le escribí a Miguel para solicitarle su permiso. Su respuesta fue:

Hola Martin, Con mucho gusto autorizo que lo reproduzcas.
No sabia que Pepe Marquina hablara de mi, me da gusto.
El fue mi profesor de Filosofia de la Ciencia en la Facultad.

Así que, ya sin más choros mareadores a manera de introducción, aquí está la historia en palabras de su protagonista.


Viajando a la velocidad de la luz: Mis experiencias con la difusión de la ciencia


Miguel Alcubierre Moya*

Desde que tenía 13 o 14 años he sido un gran lector. Sin embargo el tema de mis lecturas goza en general de mala reputación entre muchos académicos y literatos. Soy fanático de la ciencia ficción y de la divulgación científica. Me devoré cuantos libros de Isaac Asimov cayeron en mis manos. Asimov, para mi fortuna, fue no sólo uno de los más prolíficos e imaginativos autores de ciencia ficción, sino también un gran divulgador de la ciencia.

Realicé mis estudios de doctorado en física en la Universidad de Gales, en el Reino Unido. Mi área de estudio fue (y sigue siendo) la relatividad general, es decir, la teoría moderna de la gravitación postulada por Einstein en 1915. En particular mi trabajo de doctorado se relacionaba con la simulación numérica de colisiones de agujeros negros, un tema ya de por sí bastante especializado, pero que aunque suene un tanto cuanto esotérico en realidad es parte de lo que podríamos llamar ciencia estándar. Mi afición por la ciencia ficción se mantuvo firme, y un buen día se cruzó de lleno con mi trabajo científico.

Una tarde que disfrutaba de la serie de televisión Viaje a las estrellas (sí, debo de confesar que también soy un trekkie), me vino de pronto a la mente la pregunta de si sería posible utilizar la relatividad para encontrar la manera de viajar más rápido que la luz, como los héroes de la pantalla hacían regularmente muy quitados de la pena, en flagrante contradicción con las leyes de la física. Esta idea puede parecer extraña a quien haya oído hablar un poco de la relatividad, pues es precisamente la relatividad la que prohíbe viajar más rápido que la luz. Resulta que la relatividad también nos dice que es posible alterar la geometría del espacio y el flujo del tiempo, lo que da lugar a fenómenos físicos verdaderamente extraños, como los agujeros negros de mi tesis doctoral. El resultado de mis especulaciones fue el feliz descubrimiento de que no era difícil encontrar una manera de distorsionar al espacio que permitiría a un objeto viajar más rápido que la luz. Pero había un precio a pagar: Las ecuaciones mostraban que la distorsión necesaria requeriría de la existencia de la “antigravedad”, que hasta donde sabemos, no existe. El resultado no pasaba entonces de ser una divertida curiosidad matemática, sin mayor aplicación práctica. Aun así, decidí acercarme a mi asesor y comentarle la idea, un poco preocupado de que me dijera que dejara de perder el tiempo en tonterías y me dedicara a mi doctorado. Para mi sorpresa, mi asesor encontró la idea divertida y me ayudó a publicarla en una revista científica especializada, y asunto terminado. O eso pensaba yo.

A los pocos días de la publicación del artículo, me encontré con la sorpresa de que una nota en una revista de divulgación mencionaba mi trabajo. Me llamó la atención darme cuenta de que los editores de esta revista leen la literatura científica especializada en búsqueda de “noticias científicas” de interés para el público en general. Pero la cosa no se detuvo ahí. Semanas más tarde un amigo llegó corriendo con el disco más reciente del músico Mike Oldfield. El disco se inspiraba en una novela de otro gran autor de ciencia ficción, Arthur C. Clarke, y en la solapa aparecía una nota escrita por el mismo Clarke en la que mencionaba mi trabajo. Salí a comprar el disco enseguida (y le regalé una copia a mi mamá). Y así empezó la bola de nieve. Revistas, estaciones de radio y estaciones de televisión empezaron a buscarme para hacer entrevistas.

Discovery Channel me entrevistó para uno de sus programas y para mayor impacto visual me pidieron montarme en una bicicleta y mantener el equilibrio frente una pantalla azul que luego les permitiría poner un bonito fondo de estrellas. No saben lo difícil que es no caerse de una bicicleta que no se mueve, por poco me rompo los dientes varias veces. Mis 15 minutos de fama habían llegado. A la fecha, 10 años después, sigo recibiendo invitaciones a entrevistas y charlas, y me llegan mensajes electrónicos de estudiantes de secundaria de diversos lugares del mundo. Lo más curioso ha sido que todo esto se ha debido a uno solo de mis trabajos, uno con un tema alejado de mi tesis doctoral, y también lejano de mi trabajo de investigación actual. Un tema que resultó ser a la vez “llamativo” para la prensa, pero mal visto por la academia, motivado como fue por la ciencia ficción (lo que me ha causado no pocos dolores de cabeza).

Mi experiencia con los medios de comunicación y la prensa científica me ha dado dos lecciones importantes. La primera ha sido descubrir la importancia de dar a conocer el trabajo de los científicos al público en general. La ciencia es parte de la cultura humana y sus resultados son de interés para todos. Los científicos tenemos la responsabilidad de salir de nuestros laboratorios y cubículos, de nuestras torres de marfil, y de divulgar nuestro trabajo. La otra lección es similar, pero muestra el otro lado de la moneda. Los científicos también debemos educar a la prensa científica y enseñarle que no sólo los resultados “llamativos” son importantes. La ciencia del día a día, de los avances lentos y trabajosos, también debería tener un lugar importante en la difusión y la divulgación. Finalmente, es así como el conocimiento científico avanza, a paso lento todos los días, con algún ocasional salto un poco más largo.

*Departamento de Gravitación y Teoría de Campos / Instituto de Ciencias Nucleares.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Recive un gran saludo de quien admira a los supersabios aunque sean pocos los que los recuerdan y muchos no los conocieron

Anónimo dijo...

Hace un año tuve la oportunidad de escucharlo en una plática de mi materia física contemporánea y permítame decirle que su entrega a la ciencia, su facilidad de comunicación y además su simpatía nos motivó a muchos alumnos a vivir en y con la ciencia.Gracias!!

Anónimo dijo...

yo soy
estudiante de preparatoria
y ala escuela llego un concurso donde nosotros teniamos que leer
un libro de ciencias y despues teniamos que buscar un cintifico que nos llamara la atencion o pareciara interesante y dejeme le digo que ustd,es genial y hasta inspirador y me parece muy interesante todo lo que ha logrado hasta ahora

Anónimo dijo...

Señor Miguel Alcubierre Moya, hace pocos dias le deje un mensaje en otro foro, Acabo de ver en el cine la nueva pelicula de Startrekk,el futuro empieza, o algo parecido se llama. No dejaba de ver la pelicula en el cine, sin acordarme de usted, y deseando que la especie humana tubiese toda esa tecnologia.

Le comento que somos muchos los que nos gusta la ciencia ficcion, que cada vez deja un poquito de ser menos ficcion y mas realidad.

Mi propuesta es que para hacer la ciencia ficcion de Startrekk realidad, consigan la comunidad cientifica que BP, EXXON, SHELL, y las grandes compañias energeticas, se interesen por traer recursos naturales de otros planetas y galaxias. Cuando esto se produzca, habra un antes y despues en la historia de la humanidad.

Traer las materias primas desde otros planetas y galaxias a bajo costo con fuentes de energia abundantes como la energia del Espacio "punto cero". Es posible.

Cuando estas compañias se interesen habra una segunda revolucion y carrera espacial. Los cientificos como usted seran muy reclamados. No sé si el Warp drive sera posible, pero hay otros motores como bien sabe. Los suizos ya estan experimentando con agujeros de gusano, se esta fabricando antimateria a poca escala.

Quizas comienze todo en 10 ó 20 años con la carrera del helio3.

Creo que hay que interesar a estos gigantes energeticos para que inviertan en ciencia para la tecnologia espacial para que nos permitan llegar a otras galaxias sistemas y dominar los agujeros de gusano, etc....

Franc.

Unknown dijo...

increible que a 10 años siga la mata dando, pero ya en 10 años se avanzo mas,se supone que la limitante de la burbuja warp es la presencia de antigravedad, pero hoy esta sonando en todos lados que la famosa "materia obscura" tiene ese comportamiento, acelerando la expansion del universo en lugar de frenarlo como se supone que deberia funcionar segun la mecanica de la gravedad,a la luz de estas nuevas teorias cree que sea mas probable la aplicacion del "warp drive", ¿es posible estudiar la naturaleza de la gravedad?