jueves, mayo 14, 2009

ARTE Y CIENCIA
Entrevista con Carlos Yustis

¿Quién no se ha sentido maravillado con fotografías astronómicas?, ¿quién no ha apreciado el mundo de los insectos o de los habitantes de los océanos, por poner dos ejemplos, mediante imágenes? La fotografía es una forma de acercarse a la ciencia.

Las fotografías pueden despertar la curiosidad y el asombro, de ahí que para muchas personas puedan ser su primer contacto con la ciencia.

Por ello es que decidí conocer más de cerca a un fotógrafo dedicado a la divulgación científica.

Juan Carlos Yustis Rubio actualmente está a cargo del Departamento de fotografía del Instituto de Astronomía de la UNAM, ha realizado fotografías y diseños para libros, revistas y folletos de divulgación científica.

Me puse en contacto con él para pedirle una entrevista, fue así como amablemente me recibió en su cubículo en el Instituto de Astronomía.


Carlos, ¿cómo descubres tu vocación de fotógrafo?

Soy cantante, estudié cinco o seis años en la Escuela Nacional de Música, y entré a trabajar –por una plaza por concurso- en el ballet folklórico de Amalia Hernández, como cantante; estaba yo muy joven y en esa época nos fuimos tres meses a Japón, y al inicio del viaje tuve la oportunidad de comprarme una cámara fotográfica –una canon que me acompañó durante mucho tiempo-. Y empecé a tomar fotografías durante este viaje. Al verlas y por comentarios de la gente, me di cuenta que tenía esta sensibilidad para tomar fotografías.

¿Qué edad tenías?

Como 23 años. Seguí viajando algún tiempo y ya cuando regresé quise formalizar un poco más. Me inscribí en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y empecé a trabajar más en serio toda la parte del diseño, luego ya me di cuenta que quería dedicarme sólo a la fotografía, dejé de lado la parte del diseño, y me metí a la Escuela Activa de Fotografía; entonces ya hice formalmente esos estudios y después me quedé como ocho años ya trabajando en fotografía y dando clases en la Escuela Activa en Coyoacán.

¿En qué momento comienzas a hacer fotografía para divulgación científica?

Por ciertas circunstancias de la vida me fui a Chiapas, estuve trabajando algún tiempo allá, dejé la escuela de fotografía. Eché a andar una casa de la cultura allá en Chiapas, que afortunadamente todavía continúa sus labores. De regreso a la ciudad de México encontré una convocatoria que apareció en la Gaceta de la UNAM, buscaban un fotógrafo profesional para el Instituto de Astronomía, entonces vine, me inscribí, hice el concurso junto con otras 11 ó 12 personas más, y me quedé trabajando aquí en el instituto. Obviamente al entrar empiezo a tener contacto con toda la parte científica, y me hago cargo del departamento de fotografía. Después regresé al diseño gráfico y se extiendió el departamento a fotografía y diseño gráfico, que es lo que he tenido a mi cargo ya casi por veinte años.


¿Cómo ha cambiado tu trabajo a lo largo de estos años?

Yo empecé muy clásico con el cuarto oscuro, tenía aquí mi propio cuarto oscuro; me dedicaba a preparar y revelar material para investigación, interferogramas, anillos, etc. Esas mismas imágenes se usaban después para las publicaciones científicas. Luego viene la fotografía digital y posteriormente, por ausencia del que era el diseñador gráfico del instituto, me empiezan a pedir trabajos en esa área, renuncia el diseñador en esa época y me quedo yo a cargo de los dos departamentos.

Hay fotografías para investigación y para divulgación, ¿tú has hecho de las dos?

Sí, pero de investigación ya casi no, porque los astrónomos obtienen su propio material. Antes sí se usaba más obtener placas, ampliarlas, imprimirlas, pero ahora ya es digital y los astrónomos obtienen su propio material. Entonces me he dedicado mucho más a la difusión.

De tus trabajos para divulgación ¿cuáles recuerdas especialmente?

Son muchos y no me acuerdo de algo específico, pero creo que el más relevante es mi trabajo con Julieta Fierro y antes con un muy buen amigo, ya fallecido, hijo de un gran músico -el maestro Herrera de la Fuente- y también él mismo músico: Miguel Ángel Herrera. Con ellos me dediqué a la difusión científica: a hacer libros y folletos.

¿Cómo ves la relación entre el arte y la ciencia?

Qué curioso que me preguntes eso. Fíjate que aquí en el Instituto de Astronomía, hace un poco más de dos años, por iniciativa de nuestro director, el doctor José Franco, y de Ángel Mayrén, un ex bailarín y coreógrafo del Departamento de Danza de la UNAM, se pensó en esta unión entre ciencia y arte, y se creó el Primer encuentro de ciencias y artes, y se inició aquí en el instituto. Ángel Mayrén y yo nos hicimos cargo de las exposiciones y las partes de danza y teatro que se presentaron aquí en el instituto, y tenemos contacto con el Taller Coreográfico de la UNAM, que nos ofrece funciones, y ahora hasta una coreografía: la coreografía de Galileo que recientemente –por el año internacional de la astronomía- hizo la maestra Gloria Contreras.

La ciencia y el arte han estado muy cerca, Leonardo da Vinci nos muestra la forma en que se conjugan; tenemos lo de la sección áurea, la sucesión de Fibonacci. Por otro lado tenemos que muchos de los científicos tienen esta vena artística. Parece que están muy conectadas en el cerebro estas dos partes y funcionan a veces de manera conjunta, hay muchos científicos que se dedican a pintar o en gran medida aquí en el instituto a hacer música: hay pianistas, violinistas, flautistas, cantantes. Además de su trabajo científico desarrollan esta otra parte. Curiosamente esto nos llevó también a la reciente creación del Coro Filarmónico Universitario, una iniciativa de científicos, que nace aquí en el instituto de astronomía, con el doctor Juan Echeverría, la maestra Christine Allen y conmigo, entre los tres echamos a andar este proyecto, con el apoyo del doctor José Franco. También es una gente de arte, es rockero, tiene su grupo, que se llama No estacionarse –si no me equivoco-; y siempre ha apoyado mucho lo de las artes. Ahora estos encuentros entre ciencias y artes se han vuelto muy famosos en la UNAM, éstos abordan tanto la promoción del conocimiento científico como la parte de la muestra artística, hecha tanto por científicos como por otras personas.

Estoy convencido que la ciencia y el arte son los dos pilares que forman parte del conocimiento humano y sobre los que se puede construir una sociedad. La educación, el conocimiento científico, el conocimiento artístico y el desarrollo de las humanidades son los pilares que permiten que una sociedad florezca, y entre mayor apoyo demos a esto, mejor será la sociedad en la que vivimos. Hemos visto como la falta de apoyo ha procurado una sociedad muy ignorante y a la que le falta mucho para avanzar, tanto por el desconocimiento de la ciencia como de las artes. El resultado ha sido una sociedad que reflexiona poco.

Antes de entrar al instituto, ¿cómo era tu relación con la ciencia?

Me gustaba mucho investigar en los libros. Recuerdo libros que me fascinaron desde muy joven, como El mono desnudo de Desmond Morris y posteriormente El zoo humano. Me interesaba cómo se había iniciado la vida, los experimentos de Stanley Miller. Leía y disfrutaba mucho. Mis estancias en los laboratorios de biología, sobre todo en la preparatoria, era algo que me encantaba. Obviamente al ingresar aquí, por los compañeros con los que trabajo, me encuentro inmerso en un mundo científico y me acerco mucho más a la astronomía.

Muchas personas tienen la impresión de que los científicos son unos personajes extraños, ¿cambió tu percepción de ellos al entrar aquí?

No conmigo, no me sucedió eso. Sé cuál es la percepción social de los científicos. Y realmente un científico es una persona como cualquier otra, con una sola característica que lo hace muy especial –y que todos tenemos-: la curiosidad infantil. La curiosidad de cómo son las cosas y cómo funcionan. Eso es todo lo que hace un científico: hacerse esas preguntas y adquirir ciertas herramientas -por ejemplo, las matemáticas- para poder responder. Basta que a un niño se le impulse un poquito y se le deje desarrollar esta curiosidad, y vaya buscando respuestas, para que se haga científico. En lugar de una educación que impone el conocimiento sólo a través de la memoria y no del análisis. Eso se necesita cambiar para que mejore la educación en México.

¿En cuanto a la música en qué estás trabajando actualmente?

Estoy muy metido en la creación del Coro Filarmónico Universitario. Está apoyado por veinte ilustres universitarios de muy distintas ramas y la sociedad está presidida por el rector, tenemos todo el apoyo institucional pero es una sociedad civil. Este coro está pensado para acompañar a la Orquesta Filarmónica de la UNAM. Así es como se ha desenvuelto últimamente, se ha logrado esta meta, mucho más rápido de lo que habíamos pensado. Ya funciona el coro, funciona muy bien. Ya nos hemos presentado y tenemos varios programas para junio y noviembre. Hay una gran actividad del coro. Este trabajo no tiene una recompensa económica pero sí una gran recompensa artística y emocional. Salvo el pianista y el director invitado, todos los demás lo hacemos por amor al arte. Y está conformado por gente que tiene una gran afición a la música, que ya sabe cantar y que ya sabe leer música. Es increíble haber encontrado a todas estas personas, y aproximadamente somos 160 elementos.

¿Y en cuanto a la fotografía?

Tengo mi trabajo constante aquí, en la parte de divulgación científica. Me encanta también hacer fotografía de retrato, y aquí hay muchas oportunidades, por investigadores a los que hay que estar haciendo fotografías. A parte de eso preparo material para exposiciones, el año pasado tuve varias exposiciones en UNIVERSUM, una que se llamó Calendario Caleidoscópico; luego preparé una exposición individual para el aniversario de ciencias y artes en el mismo UNIVERSUM. En el museo de las ciencias tengo otras invitaciones, también en el Museo de la luz, en la Facultad de Ciencias y en la Procuraduría General de Justicia. Tengo muchas invitaciones, pero me falta tiempo. Espero hacerlas este año pero estoy lleno de trabajo, por ejemplo, también estoy trabajando con lo del Año Internacional de la Astronomía. Pero son invitaciones y no he confirmado fechas.


Al final de nuestra charla le pregunté acerca de los premios y reconocimientos que ha recibido como fotógrafo, modestamente me constestó:

He recibido varios reconocimientos, pero no vale la pena mencionarlos, lo importante es el trabajo, lo que se muestra cada día.

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