¿Quién puede asegurar que los insectos no son las criaturas favoritas de Dios? Jesucristo caminó sobre las aguas, tal y como lo hacen algunos de esos bichos.
Los alquimistas del siglo XVI encontraron lo que tanto les quitaba el sueño: el secreto de la inmortalidad... Y lo encontraron justo en los insectos.
Cuatro siglos más tarde, el gran secreto es hallado -por pura casualidad- por Jesús Gris, un anticuario que radica en la Ciudad de México. Pero aquello que llega a las manos del anciano anticuario es buscado desesperadamente por el empresario De la Guardia, quien, a causa de una enfermedad, se sabe cerca de la muerte...
Un extraño artefacto con forma de araña o escarabajo que encierra en su interior a un pequeño dios... Un aparato con engranes, patas afiladas y un aguijón con el que la pequeña deidad realiza su trabajo: revitalizar, rejuvenecer, transformar al usuario en una criatura que necesita alimentarse de sangre... ¿Aceptará el señor Gris el regalo que el destino ha puesto en sus manos?, ¿aceptará cambiar su naturaleza a cambio de la vida eterna?
Cronos es una fascinante película escrita y dirigida –bien lo saben los amantes de las películas de terror, ciencia ficción y fantasía- por Guillermo del Toro.
El humor no está ausente en esta cinta, me refiero a la parte en la que creyendo que el hombre dedicado a las antigüedades ha muerto, es maquillado para el funeral.
Jesús Gris, su esposa y su pequeña nieta (quien será testigo de la transformación de su amado abuelo) asisten a una fiesta de fin de año. A un hombre le comienza a sangrar la nariz y decide dirigirse al baño, Jesús Gris le sigue. Una vez que aquel hombre detiene la hemorragia y sale del baño, Jesús observa la sangre que quedó en el piso, no puede resistirse... se tira al suelo y la prueba. Esa es mi escena favorita.
Jesús Gris encuentra el extraño mecanismo que habrá de cambiar su vida...
martes, agosto 19, 2008
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