martes, junio 28, 2005

El circo del Chupacabras

¿Se imaginan a Pie grande, al monstruo del lago Ness y al Chupacabras siendo exhibidos en un circo? Ese es el sueño tanto de los fabricantes de paradojas como de quienes hacen dibujos animados. Al menos eso me hace pensar el capítulo más reciente que vi de Mucha Lucha.

La Pulga no tiene cabello. Eso no sería problema si sus compañeros no estuvieran presumiendo sus peinados. Pero hay una forma de remediar la situación. La Pulga adquiere una milagrosa sustancia. ¡Extraordinario! Se aplica el producto y su cabello comienza a crecer... pero no todo resulta tan bonito, el crecimiento es caótico. La ciudad lo confunde y la persecución comienza. Él trata de explicarlo todo, pero nadie está dispuesto a escucharlo. Sus compañeros desean ayudarlo, intentan raparlo, pero el cabello vuelve a crecer. Tampoco pueden ayudarle a explicar su verdadera identidad. Creen que es el chupacabras e intentan atraparlo. La Pulga y compañía llegan a un callejón sin salida, la multitud enardecida se aproxima, no hay salvación. Entonces aparece el chupacabras, y ¡está enojado!, cree que la Pulga está intentando hacerse pasar por él. La Pulga intenta explicarse, no es más que una confusión, pero el chupacabras no escucha, está enfadado y le dará a la Pulga su merecido. La multitud llega y el chupacabras escapa volando. La Pulga cae a un barril con agua y el cabello se le cae.

Al final el chupacabras termina en un circo en el que hay un Piegrande, un gnomo y Nessie. Como decía al principio, ese es el sueño de los fabricantes de paradojas, o al menos el de Carlos Trejo, quien al final de su libro Encuentros con fantasmas escribió: “Le adelanto que mis próximas investigaciones serán sobre el ‘Chupacabras’, el monstruo del lago Ness y ‘Pie grande’. Si éstos existen, yo adquiero un compromiso y una promesa con usted: ¡Los atraparé!”

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