miércoles, agosto 19, 2009

Ovnis: filias y fobias


Un fenómeno cultural

Supe del libro leyendo la columna de Johanan Díaz Vargas en El Gráfico de El Universal. Posteriormente leí los comentarios de Gabriel Benítez en Capitán Quasar. Me refiero al libro OVNIS. Historia y pasiones de los avistamientos en México (Grijalbo) de la periodista Laura Castellanos.

Castellanos estudió periodismo en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Mujeres, indígenas y guerrilla son los temas en los que se ha especializado. Es autora de Corte de caja, entrevista con el Subcomandante Marcos (2008) y México Armado, 1943-1981 (2007).

Ella afirma que algunas personas le decían que no publicara un libro sobre ovnis o que si lo publicaba, usara un seudónimo. ¿Las razones? Le argumentaban que corría el riesgo de quemarse, ya que el tema no es visto como algo digno de investigarse seriamente. Estos comentarios le convencieron de publicar su investigación, ya que Castellanos gusta de los temas transgresores y políticamente incorrectos.

Lo primero que llamó mi atención fue que se trata de un libro escrito por una periodista que, al parecer, era completamente ajena al mundo de los ovnis. "¿Cómo será percibido el tema desde fuera?", me preguntaba.

Pero ¿cómo se interesó Laura Castellanos en los platívolos? La revista Gatopardo le encargó un artículo acerca de Jaime Maussán. Yo había leído el artículo pero no me había percatado de que se trataba de la misma autora.

El artículo de Gatopardo es interesante, pues da voz a varios críticos de Maussán, como Mario Méndez Acosta, la doctora Julieta Fierro y el capitán Alejandro Franz. Eso sí, considero que un espíritu un poco más crítico hubiera estado mejor (aunque tal vez siento eso por estar acostumbrado a artículos como los de Luis Ruiz Noguez, Óscar García o Héctor Escobar).

Castellanos se dio cuenta de las pasiones que desata el tema, por ello es que quiso ahondar en éste. De hecho, en la contraportada se lee: “Las páginas de esta singular crónica removerán recuerdos, provocarán reflexiones y desatarán filias y fobias, pero no dejarán indiferente al lector que se atreva a ser abducido por ellas.”

La autora asegura que socialmente es mal visto que alguien afirme que cree en los ovnis, si alguien lo hace se le tacha de inmediato de tonto. No comparto esa opinión. Al parecer el porcentaje de creyentes ha aumentado de los años setenta a la fecha. Más bien el escepticismo es mal visto. A los escépticos se les tacha de tener poca imaginación, de ser cuadrados y cerrados.


“Se trata de una obra bastante breve”, pensé cuando al fin tuve el libro en mis manos. “Bueno, ya veremos la calidad del contenido.”

Me interesé en leerlo porque la autora no pretendía demostrar que detrás de los ovnis hay extraterrestres, viajeros del futuro, habitantes de la Tierra hueca o seres de otras dimensiones; tampoco era su pretensión refutar las supuestas evidencias de los ufólogos. ¿Entonces? Laura Castellanos intenta hacer algo más interesante: presentar un panorama de lo que ha sido la ufología en México, es decir, no se ocupa tanto de los casos como de las personas involucradas en el tema: los ufólogos, los detractores y el público interesado. En el prefacio escribe:

“Vivimos entre los ovnis, creamos o no en ellos. Enciendo la tele, salgo a la calle, voy al cine, ahí están. No sé si existen fuera de la imaginación, pero no cabe duda de que la gente cree en ellos. Este libro busca retratar la historia de ese convencimiento en México, pues el mundo de los partidarios de los ovnis (que incluye a los que se oponen ferozmente) es enorme. Y no se trata sólo de los que ‘investigan’ el asunto, para nada. Se trata de un mundo de representaciones populares que ha invadido la vida cotidiana.”

Esas primeras palabras me parecieron excelentes. El fenómeno ovni, independientemente de la realidad de los ovnis, es ante todo un fenómeno cultural.

Entre los entrevistados por la autora están Pedro Ferriz, Jaime Maussán, Héctor Chavarría (quien se define como un escépticus agresivus), Carlos Guzmán Rojas, Enrique Kolbeck, Julieta Fierro, Ana Luisa Cid y los vigilantes Demetrio Feria y Arturo Robles Gil.

Y realmente se trata de una obra bastante breve, son poco más de cien páginas en las que se relata la historia del fenómeno ovni desde la década de los cincuenta hasta nuestros días.

Así, Laura Castellanos, gracias a su plática con Carlos Guzmán Rojas, narra parte de lo que fueron las primeras oleadas en nuestro país. Pedro Ferriz le habló de sus programas sobre ovnis: Los ovnis, objetos voladores no identificados, Más allá de la Tierra y Un mundo nos vigila. Héctor Chavarría le contó de las revistas de Editorial Posada: Duda y Contactos Extraterrestres. Con Maussán, los vigilantes, Enriqie Kolbeck, Alfonso Salazar y Ana Luisa Cid habló de algunos aspectos de lo que es el fenómeno ovni actualmente.

Ahora vayamos a lo bueno y lo malo de esta obra.

Lo malo: Es breve y poco concisa; de ahí que presente una visión bastante parcial. Por poco concisa me refiero a que menciona muchos casos (que, como ya expliqué, no los defiende ni los refuta), y apenas da unos cuantos datos sobre ellos. Tal vez hubiera sido mejor presentar pocos casos y dar muchos más datos a favor y en contra; igual y esa no era la idea del libro, pero se mencionan tantos casos (con tan pocos datos) que el lector no puede hacer un juicio acerca de éstos.

Un ejemplo de esto último: En el capítulo “Casos sonados” le dedica un apartado a los vigilantes. La autora entrevistó a Arturo Robles Gil, leemos lo siguiente:

“Me doy a la tarea de vivir brevemente la experiencia de ser vigía de las alturas. Acompaño a Arturo Robles Gil, que dejó la fotografía de arquitectura por la de platillos voladores, y contra quien circula una acusación de fraude fotográfico por parte de los adversarios de Maussán. Él lo niega.”

A continuación Castellanos continúa narrando su experiencia como vigilante. Quien no esté familiarizado con la ufología (como me consta que hay muchos lectores de esta obra) no tiene por qué saber cuál es esa acusación de fraude, Castellanos no lo explica. Pues no se trata sólo de “una acusación de los adversarios de Maussán”, el mismo titular de Los Falsos Misterios del Tercer Milenio lo dijo, lo reconoció: Robles Gil trucó fotografías con juguetes chinos y esas fotos se usaron para promover el Congreso Ovni de Acapulco en 1999. Actualmente Maussán acepta el material que sigue generando Robles Gil porque “todo el mundo merece una segunda oportunidad”. Sin embargo, los otros vigilantes consideran que los “humanoides voladores” de Robles Gil en realidad son globos.

Lo bueno: No es un libro crédulo. Da una visión general de lo que ha sido la ufología en México, escribe sobre quiénes se han dedicado a “investigar”, quiénes son algunos de los “detractores”, cuáles han sido los casos más sonados o de mayor impacto, cuáles han sido las principales revistas, etc. El lector –no familiarizado con el mundo de los ovnis- se da una idea de los principales acontecimientos actuales. Desde mi punto de vista se trata de una obra más para quienes sienten curiosidad pero que no están metidos en el tema.


De eso no quiero hablar

No quiero terminar sin mencionar los datos que más llamaron mi atención.

Maussán presentó como auténticas las imágenes de un chupacabras saltarín creado con un programa de animación por computadora; ha presentado como auténticas las imágenes del ovni de las Torres gemelas (¿qué tan dificil es hacer un video así?), mismas que son parte de un promocional del SCI-FI Channel. Y ¿qué puede decirse del platillo volador de las Lomas?

El capítulo Casos sonados es en parte el artículo que apareció en la revista Gatopardo. Aquí Castellanos presenta su entrevista a Maussán.

El apartado “Lo que quiso ser y no fue” comienza con estas palabras:

“Uno de los asuntos más espinosos del fenómeno ovni es que hay historias de imágenes manipuladas para ser presentadas como genuinas. En la ufología mexicana ha habido varios casos polémicos y algunos han sido enviados al buzón de Maussan. ‘Quisiera no hablar de eso’, dice y da por zanjado el tema.”

La autora menciona el caso de las Lomas y aclara que el ex vigilante Pedro Ramírez afirma que cuando el caso fue investigado se descubrió que era falso, pero que de cualquier forma Maussán lo presentó como auténtico.

Lo anterior ya lo he comentado, pero lo que me parece curioso es que Maussán se negara a hablar de este tema.

Más adelante, en el apartado "Los inexplicables", la autora escribe que después del caso de la Sedena, hay otros dos que Maussán considera “los más trascendentales en la historia de los ovnis en México.” Son el ovni de Azcapotzalco (14 de febrero de 2000) y el caso de Mauricio Ruiz. Castellanos menciona la polémica entre Maussán y Ana Luisa Cid. Sobre los análisis del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, leemos lo siguiente:

“Maussan, por su lado, envió la evidencia al Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, que tiene tecnología avanzada. Pagó 20 000 pesos por los estudios que encargó sin mencionar el contenido. Tampoco lo hizo a su nombre. Maussan considera que la UNAM no lo hubiera aceptado con su nombre. Dio a conocer los resultados en Tercer milenio. Presentó una entrevista con el doctor Miguel Ángel Canseco, encargado del análisis. No había daños mecánicos o físicos en la cinta, pero había encontrado secciones expuestas a un ‘campo magnético externo de acción muy rápida para que dañara solamente una sección de la cinta y no toda su extensión’. Dijo que encontró una magnitud del campo de entre 8 000 y 10 000 gauss, medida que no se halla en la naturaleza, sino en un ‘dispositivo específico’. No opinó sobre la veracidad de la imagen. En la página web de Ana Luisa Cid, (el ingeniero Humberto) Villafuerte afirmó que los dominios de una cinta se pueden afectar con un imán potente. Maussan replica que, si se hubiera magnetizado la cinta a propósito, se habría afectado totalmente. Considera que las partes dañadas tienen registrado el artefacto volador. No es un fraude, asegura.”

Bueno, si 5 estrellas es la más alta calificación, a "Ovnis. Historia y pasiones de los avistamientos en México" yo le pongo 3 ½.

Nota: Le agradezco a mi hermana Lorena que me regalara el libro de Laura Castellanos :-)

1 comentario:

Leopoldo Zambrano Enríquez dijo...

Como siempre, llego tarde a todas partes y para no perder la costumbre apenas ayer pude leer el libro de Laura.

César Buenrostro ya me había comentado de él, pues durante su gestación él aportó datos.

Es una narración interesante, llena de anécdotas y datos sorprendentes, algunos curiosos y otros bastante surrealistas. Sin embargo, como lo mencionas, no es una ufóloga quien lo escribe sino una periodista, por lo que se pueden perdonar algunos errores que bajan su calidad. Sin embargo hay uno que es imperdonable; además de haber omisiones que le hubieran dado un poco más de contenido.

Lo leí de corrido, en 6 horas, y esto me permitió notar que su narrativa es amena y clara, aunque de pronto hay pasajes algo confusos.

Para un ufólogo experimentado, los errores podrían ser garrafales; para el gran público pasarán desapercibidos.

Una omisión bastante grande no sólo atañe al mundo ufológico, sino a un círculo más grande que incluye al sector científico. La sección donde se menciona a Miguel Alcubierre tenía mucho más jugo con el padre de la velocidad WARP en el banquillo.

En general es una lectura recomendable, pues pone frente a nosotros un resumen bien documentado de la historia de la ufología a nivel popular en México.

Saludos.