lunes, marzo 06, 2006

El proyecto de Newton
(pequeña introducción a los trabajos teológicos y alquímicos de Isaac Newton)


Este elegantísimo sistema de Planetas y Cometas
no pudo ser producido más que por
y bajo la Habilidad y el Dominio
de un Ser Inteligente y Poderoso.

Isaac Newton, Philosophiae Naturalis Principia Mathematica


Fue durante la madrugada de la Navidad de 1642 cuando el evangelista llegó al mundo. Fue prematuro -tan pequeño era que algunos pensaron que no sobreviviría- y su padre había fallecido dos meses y medio atrás.

Isaac Newton lo tenía claro: Dios lo había elegido, ¿de qué otra forma explicar las circunstancias que rodearon su nacimiento?

Newton tenía una misión y no la descubrió en un feliz momento de iluminación; la descubrió poco a poco, estudiando sin descanso, trabajando duramente, pensando la mayor parte de su vida.

¿Cuál era esa misión y cómo fue descubriéndola?


Amicus Plato amicus Aristóteles magis amica veritas

Hizo todo lo posible para no permanecer en la granja familiar, su madre deseaba que la administrara. Fue un desastre. El resultado fue una suma de torpezas calculadas de antemano. Newton no deseaba realizar trabajos tan inferiores. Hanna se resigna y ve partir a su hijo a Cambridge.

Newton ingresa al Trinity College en 1661, sin embargo, sus verdaderos intereses no estaban en las clases sino en la biblioteca. Richard S. Westfall escribe: “En 1661, el programa de estudios de Cambridge –establecido casi un siglo antes por estatuto- se encontraba en avanzado estado de descomposición. Los estudios, en Cambridge, no habían roto el molde que había prevalecido durante siglos y cuyo modelo principal era Aristóteles (...) El vigor intelectual había desaparecido hacía mucho tiempo. Se había transformado en un ejercicio repetido mecánicamente, sin entusiasmo.”

Hacia 1664 Newton encuentra “lo que había ido a buscar a Cambridge”, comienza un cuaderno con sus propias reflexiones (Quaestiones quaedam philosophicae o Ciertas cuestiones filosóficas). Plasma en este cuaderno su naciente proyecto intelectual, un proyecto paralelo a sus actividades académicas. Newton estaba interesado en examinar asuntos como la materia, el espacio, el tiempo, el movimiento, la luz, los colores, la visión, la gravedad, etc.

Hace anotaciones sobre Descartes, Henry More, Galileo, Robert Boyle, Thomas Hobbes y Joseph Glanville, entre otros. Pero no sólo comentaba lo que escribían los autores que leía, se hacía preguntas y planteaba experimentos para poner a prueba las explicaciones que se proponían.

Descartes ocupa un lugar importante en estas notas. La teoría de la luz de Descartes –consideraba Newton- estaba equivocada, también erróneas eran sus ideas sobre las mareas, sus vórtices (modelo con el que explicaba el movimiento de los planetas) no corrían con mejor suerte. Y aunque Descartes creía en la existencia de Dios, sus planteamientos hacían posible que éste no se manifestara en la naturaleza, algo que preocupaba tanto a Henry More como a Newton.

¿Qué tan importantes fueron estas anotaciones? Westfall responde: “Su descubrimiento del nuevo análisis y la filosofía natural, en 1664, marcaron el comienzo de la carrera científica de Newton. Consideró las ‘Quaestiones’ lo suficientemente importantes como para perfeccionar más tarde un índice temático, que complementaba su organización inicial. Newton abandonó el viejo mundo del aristotelismo académico y zarpó hacia el nuevo. La travesía fue rápida.”

El Gran Proyecto, o lo que es lo mismo, la misión de Newton estaba comenzando a nacer.


¿Alquimista, teólogo o filósofo natural?

Aquellos que buscan la “Piedra Filosofal”
según sus propias reglas
están obligados a una vida estricta y religiosa.

Jeova Sanctus Unus

John Maynard Keynes dice que “Newton no fue el primero de la Edad de la Razón. Fue el último de los magos, el último de los babilonios y de los sumerios (...) fue el último niño prodigio a quien los magos le podrían haber rendido un sincero y apropiado homenaje”.

¿Por qué le llama mago? “Porque contemplaba al universo y todo lo que en él se contiene como un enigma, como un secreto que podía leerse aplicando el pensamiento puro a cierta evidencia, a ciertos indicios místicos que Dios había diseminado por el mundo para permitir una especie de búsqueda del tesoro filosófico a la hermandad esotérica. Creía que una parte de dichos indicios debía encontrarse en la evidencia de los cielos y en la constitución de los elementos, y la otra en ciertos escritos y tradiciones transmitidos por los miembros de una hermandad, en una cadena ininterrumpida desde la original revelación críptica, en Babilonia. Consideraba al universo como un criptograma trazado por el Todopoderoso (...) Realmente Newton leyó el enigma de los cielos y creyó que con los mismos poderes de su imaginación introspectiva leería el enigma de la divinidad, el enigma de los acontecimientos del pasado y del futuro, ordenados divinamente, el enigma de los elementos y su constitución a partir de una original e indiferenciada materia, y el enigma de la salud y la inmortalidad. Todo le sería revelado con tan sólo perseverar hasta el fin...”

Ha sido minimizado el interés que tenía Newton en la alquimia y en la teología, la verdad es que se dedicaba a estas materias con la misma pasión con la que hacía filosofía natural y matemáticas. Newton escribió aproximadamente un millón cuatrocientas mil palabras sobre teología y un millón doscientas mil palabras sobre alquimia. El físico José Marquina anota que: “Para hacerse una idea de lo que esto significa, considérese que, en una aproximación ‘optimista’, los tres tomos de ‘El Capital’ de Carlos Marx tienen aproximadamente 1, 000.000 de palabras, la prosa completa de Jorge Luis Borges tiene 500, 000, la ‘Iliada’ y la ‘Odisea’ son 300, 000, ‘Don Quijote’ 450, 000, ‘La Divina Comedia’ 180, 000, ‘Cien años de soledad’ 170, 000. La suma es de 2, 600, 000 palabras.”

De todo ese material J. M. Keynes escribe: “Todos sus trabajos no publicados sobre materias esotéricas y teológicas están marcados por un cuidadoso aprendizaje, un método exacto y una extrema sobriedad en sus afirmaciones. Son tan sensatos como su Principia, si no fuera por lo mágico de su contenido y de su propósito. Casi todos fueron escritos durante los mismos veinticinco años de sus estudios matemáticos...”

Tan meticuloso era al abordar las cuestiones alquímicas y teológicas que no se permitía hacer afirmaciones de las que no pudiera ofrecer una demostración. Ni siquiera cuando se percata de que ha fracasado en su gran proyecto se permite caer en la tentación de presentar como verdades aquellas cosas en las que cree profundamente.

El lector puede ya estar haciéndose una idea acerca de cuál fue la misión o proyecto que el genio se impuso, aclaremos un poco más.

¿Qué era sir Isaac? ¿Un filósofo que en sus ratos de ocio se entretenía con la alquimia? ¿Un teólogo que tenía como pasatiempo la filosofía natural? ¿Un alquimista interesado en la física y en la teología? La cantidad de tiempo y de esfuerzo que dedicó a cada una de estas materias indica dos cosas: que ninguna de ellas constituía un mero pasatiempo y que no se trata de intereses que puedan ser separados.

El gran proyecto de Newton, a decir del mismo Marquina, era poder unir la filosofía natural con la alquimia, y la alquimia con la teología. La alquimia era el puente entre la filosofía natural y la teología. Mediante su trabajo como alquimista deseaba llegar de la filosofía natural a Dios.

En una próxima entrada comentaré sobre sus trabajos teológicos.


REFERENCIAS

Westfall Richard. Isaac Newton: Una vida. Cambridge. Madrid. 2000.
Varios Autores. Newton. Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. México. 1982.
Marquina José. JEOVA SANCTUS UNUS, Teólogo y alquimista. Departamento de Física. Facultad de Ciencias. UNAM.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No entiendo bien esta mania de hurgar en la vida privada de las personas que hicieron algun aporte a la humanidad con obras importantes, en este caso a la ciencia como Newton. Eso es algo que veo con frecuencia que se hace con ciertas personas como autores importantes, cientificos, etc.

Hurgamos en sus vidas en la esperanza de encontrar en ella alguna otra faceta de su vida que nos resulte tan fascinante como su obra.

Los resultados de estas busquedas son por lo general decepcionantes. No solo no encontramos nada sino que a veces nos asustamos de algunas cosas. Como que el autor de El Capital, que abogaba por la liberacion del proletariado, tenia personal dosmetico sometido en situacion de semiesclavitud, etc.

Martín Fragoso dijo...

"No entiendo bien esta mania de hurgar en la vida privada de las personas que hicieron algun aporte a la humanidad con obras importantes, en este caso a la ciencia como Newton".

Lamento que no lo entienda porque la cuestión es bastante sencilla: hay personas cuya vida y obra (más allá de la obra por la que les recordamos o por la que sentimos admiración o por la que hizo avanzar el conocimiento) resulta verdaderamente fascinante.

Newton merece nuestra admiración por su aportación a la filosofía natural y a las matemáticas. Es lógico que quienes admiran (admiramos)su obra sientan la curiosidad de saber más acerca del genio. ¿Cuál es la alternativa? Si Newton escribió más de dos millones de palabras sobre alquimia y teología, ¿no es lógico que historiadores, físicos, cinetíficos en general, divulgadores de la ciencia y el público en general quieran tener acceso a ese material?, ¿o lo que deberíamos sentir es desinterés?, ¿deberíamos decir '¿a quién le importa?'" Se trata de curiosidad, la curiosidad que nos lleva a aumentar nuestra cultura y comprender mejor diferentes aspectos de la realidad, en este caso la vida y obra de Newton.

Porque, como escribo en la antrada, para Newton la filosofía natural, la alquimia y la teología eran parte de un solo proyecto. Así, aquellos que deseen comprender la obra newtoniana deben hurgar en sus trabajos alquímicos y teológicos, de lo contrario sólo se tendrá una visión parcial. De hecho, esa visión parcial y falsa es la que se presenta a los niños y adolescentes en las escuelas: el Newton racionalista. Los mismos herederos del material de Newton ocultaron sus intereses esotéricos, al grado de que muchos historiadores se llevaron una enorme sorpresa al conocer este material. De manera que la "manía" que usted menciona no es sino interés en comprender mejor la historia.

"Los resultados de estas busquedas son por lo general decepcionantes. No solo no encontramos nada sino que a veces nos asustamos de algunas cosas"

Tal vez esas búsquedas en muchos casos sean decepcionantes pero, evidentemente, este no es el caso. Si alguien me dice que es aburrido, absurdo, decepcionante o una pérdida de tiempo interesarse en la obra teológica y alquímica de Newton, simplemente no tengo nada que discutir, no creo que valga la pena tratar de convencer a alguien de lo apasionante e interesante que resulta la tarea de averiguar al respecto.

Dos comentarios más:

1. Hace unas semanas se descubrieron unas cartas inéditas de Robert Hooke, al parecer ahí hay -entre otras cosas- anotaciones acerca de sus peleas con Newton (quien al ser presidente de la Royal Society quitó los cuadros de Hooke, hace algún tiempo se encontró un cuadro que al parecer es el de Hooke). ¿Interesante? ¿Manía incomprensibe? Al menos a mí me parece interesante y me encantaría saber el contenido de los escritos. Sin esa "manía" no habría historia, o habría una historia mutilada.

2. La obra y vida de Ludwig Wittgenstein me apasiona, escribiré de ello en un futuro, aunque en este caso creo que más que manía lo mío ya es perversión. ¿Realmente usted no siente interés (curiosidad o "manía") por profundizar en la vida de algún personaje?

Bueno, aunque no podamos ponernos de acuerdo o comprendernos, le envío un saludo.