lunes, agosto 29, 2005

La sodomización como una forma de tortura en la ciencia ficción mexicana


Gerardo no recordaba haber ejercido de manera consciente la venganza o la violencia (...)Tampoco, en todos aquellos años había tenido una experiencia homosexual –consideraba que todo cuanto hiciera con una mujer en la cama era válido, incluyendo el coito anal, pero jamás había sentido deseos por un hombre-, sin embargo, descubrió que la venganza era un atractivo que podía vencer barreras de una manera inesperada. Así pues...

Felipe acarició la pierna de Gerardo y le buscó la bragueta. Gerardo se negó fingiendo pena pero se dejó conducir a la habitación de Felipe. Una vez ahí, Felipe se desnudó, tenía un cuerpo esbelto de efebo y se volteó para que sus nalgas fueran visibles.

-Déjame tocarte, no te va a pasar nada –dijo.

Se acercó y tomó a Gerardo por los hombros. Lo acarició y bajó las manos, él se las apartó.

-No seas tímido, sólo quiero tocarte, que vengas conmigo a la cama...
Felipe ya mostraba su enorme grado de excitación, con una erección completa.

-Con una condición –dijo Gerardo mientras sacaba de sus bolsillos dos rollos de cuerda- quiero amarrarte a la cama.

Gerardo, luego de amarrar y amordazar a Felipe, usó su pene como un arma para sodomizarlo durante varias horas causándole todo el dolor del que fue capaz. Felipe esperaba que eyaculara y terminara el tormento, pero eso no ocurrió. Cuando Gerardo consideró que había sido suficiente y lo desmontó, ya amanecía. Desató a Felipe y le acarició la mejilla húmeda por las lágrimas.

Pero aquella violencia no era gratuita, Felipe era el responsable del enojo de Gerardo. Felipe era como una mujercita chismosa que fiscalizaba los actos de cuantos se encontraban a su alrededor, había logrado averiguar ciertas cosas que, de saberse, comprometerían al chico de sus sueños; cometió el error de amenazarlo. Así es como despertó la rabia de Gerardo Estrada.

Gerardo hervía de furia. Muchas veces en su vida adulta se había encontrado con personas que trataron de usar el chantaje con él y el hecho de que tal cosa pasara ahora le enfurecía fuera de toda proporción.

Felipe había actuado desesperada y torpemente, cierto es que deseaba a Gerardo, pero soñaba con algo más que un simple acostón. Felipe era un adolescente enamorado. De una manera muy particular, pero no por ello menos intensa. Amaba, o creía amar, a Gerardo Estrada.

Amenazándolo sólo podría llevarlo a su cama –de hecho, lo hace- pero jamás podría llegar a ser correspondido.

Gerardo trataría de olvidar todo, después de aquella experiencia y una vez cumplidos los 18 años, decidió dejar Mérida y partir a la Ciudad de México a estudiar medicina. No sabía que Felipe se convertiría en uno de sus más peligrosos enemigos.

La serie Narrativa Milenium, de la desaparecida Editorial Posada, pretendía publicar obras de los llamados géneros alternativos, la única novela de ciencia ficción que se publicó fue Adamas, del periodista Héctor Chavarría.



¿Le gustaría volver a vivir? –leemos en la contraportada- Y, de paso, cambiar su historia y la de los demás... Gerardo Estrada tuvo la oportunidad de volver a ser niño... con los conocimientos y experiencia de un adulto. Llegó en el momento preciso, al lugar que había elegido, para hacer realidad un sueño. Por supuesto, se desató el caos. Una crónica policial a través de épocas diferentes para recrear la lucha de un hombre y una inteligencia artificial, por evitar que el mundo cambie a causa de un sueño digno de los dioses.

Gerardo Estrada logra hacer un viaje al pasado, pero no se trata del tradicional viaje en el tiempo al que nos tiene acostumbrados la ciencia ficción, se trata de una transferencia mental al pasado, es decir, la mente del Gerardo adulto se traslada al cerebro del Gerardo niño.

Chavarría menciona al respecto: “Creo que la idea de transferencia mental a través del tiempo es original, si alguien se adelantó me agradaría leerlo, para ver dónde la regué.”

Volver a vivir y reparar nuestros errores. ¿Quién no lo ha pensado? Si Gerardo había regresado era para evitar la muerte de Rosalinda, su primer amor.

Una vez que llega a la adolescencia, Gerardo cambia completamente, es decir, vive su juventud de una manera diferente a la primera vez. Cuando acepta dinero en efectivo a cambio de sexo un mundo nuevo se le revela. Para el Gerardo original aquello –con su timidez- habría sido impensable. Pero era “otro”. Deseaba vivir, experimentar, hacer lo que no había hecho antes. El dolor inicial de aquellos primeros años había desaparecido para dejarle una sensación de amo del mundo.

Klaus Loren y Armandina Zárate son quienes crean los módulos neuro-temporales, es decir, el procedimiento para hacer el viaje en el tiempo. Con este conocimiento la Corporación Estrada tuvo la oportunidad de cambiar la historia. Loren y Armandina también viajan al pasado. Gerardo Estrada, Klaus Loren y Armandina Zárate acuerdan una cita para el 30 de mayo de 1971. Gerardo no sólo atraía a Felipe, Loren también pensaba en él: Lo deseaba, siempre había sido así. Quería conocerlo joven, no como aquella existencia del que ahora era su futuro condicional. Estaba seguro que siendo ambos jóvenes él tendría la oportunidad de conquistarlo.

Loren decide llegar en 1970, entonces busca (y logra tener) encuentros esporádicos: La ciudad de México, a pesar de la mojigatería de aquellos años, era perfecta para las aventuras, de manera especial si se poseía la experiencia. Había lugares donde uno encontraba gente: cafés, un par de bares, cines, la propia Avenida de los Insurgentes hacia la cual pensaba dirigirse aquella noche... En el cine había encontrado a varios hombres interesados en acercársele, pero ninguno le había agradado: unos eran feos, otros se veían vulgares o viejos o estaban algo bebidos. No, Klaus, no quiso nada con ellos...

¿Y a quién conoce Loren? ¡A Felipe!

A partir de ese momento, Loren comienza a frecuentar de modo habitual a una persona, un individuo conocido como Ipe, apócope de Felipe, quien era “una reina” famosa por su “belleza” proporcionada por el tratamiento de longevidad.

Ipe –debido a la humillación del que fuera su amor platónico y a que Loren está interesado en Gerardo- se convierte en un enemigo de la Corporación Estrada, luchó –entre otras cosas- por la patente de la vacuna antisida. En cuestiones menores había ganado, pero los premios gordos los había perdido... Ipe había pasado a la clandestinidad y desde ella se había dedicado a sabotear los proyectos de Estrada.

Ipe hará todo lo posible por arruinar los planes y objetivos de la Corporación Estrada, el Factótum Gerardo Avila tiene como tarea desentrañar el caso Estrada y para ello cuenta con Watson, una inteligencia artificial. Suspenso, sexo, venganza, bares gay, drogas y violencia son algunos de los elementos que integran esta novela.

1 comentario:

Roberto Iza Valdés dijo...
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