sábado, septiembre 26, 2009

Génesis

En el libro Del espejo a las herramientas. Ensayos sobre el pensamiento de Wittgenstein (Universidad Nacional de Colombia, Pontificia Universidad Javeriana y Siglo del Hombre Editores, 2003) encontramos 14 ensayos sobre la filosofía del autor del Tractatus Logico Philosophicus.

El primero de ellos se titula “El Tractatus de Wittgenstein como obra de iniciación al silencio” y fue escrito por Paulo Roberto Margutti Pinto, profesor de la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil.

El autor del ensayo considera que quienes leen y comprenden el Tractatus además de poder juzgar cuáles son los límites del lenguaje, también ven transformada radicalmente su actitud en la vida.

Comienza su ensayo explicando dos sentidos de la palabra iniciación: 1. Una introducción al conocimiento de cosas misteriosas o desconocidas. 2. Ritual preparatorio para introducir a alguien a los misterios de una religión o doctrina.

En la iniciación como ritual hay dos procesos que se complementan: la muerte de la persona iniciada, “que deja de ser lo que era, a través de una experiencia traumática”, y el renacimiento, mediante el cual, la persona iniciada “se convierte en alguien diferente y mejor.”

Margutti Pinto interpreta el Tractatus como una obra de iniciación; de tal forma que la muerte y el renacimiento se dan en la lógica y la ética. Gracias a esta iniciación se encuentra el sentido de la vida, específicamente el enigma de la vida en el mundo se resuelve gracias al misticismo. ¿Qué es este misticismo? Se puede dar respuesta de distintas formas, una de ellas es: La contemplación silenciosa de aquello que no puede decirse pero sí mostrarse.

Margutti explica lo que Wittgenstein escribió acerca de la lógica y el lenguaje, las consideraciones del filósofo austriaco sobre la ética y el misticismo, y la forma en que convergen la ética y la lógica para proporcionar una experiencia de iniciación.

Pero antes de desarrollar los temas mencionados, Margutti explica qué ideas influyeron en Wittgenstein, qué conceptos tenía en mente el filósofo-místico cuando comenzó su trabajo filosófico; en otras palabras, Margutti reconstruye la atmósfera intelectual y la problemática que motivaron el Tractatus. Es sólo de esta parte de la que escribo en esta entrada (dejo por ahora de lado las consideraciones sobre el Tractatus como obra de iniciación al silencio o –lo que es lo mismo- como obra que muestra cuál es el sentido de la vida).

Las ideas que estaban en la mente de Wittgenstein provenían de tres fuentes:

Las inquietudes místicas de Wittgenstein tienen su origen en James, Tolstoi, Shopenhauer y Weininger; su preocupación por cuestiones de lógica y ciencias naturales vienen de Hertz, Boltzmann, Frege y Russell; y su interés por los límites del lenguaje de Mauthner.
Ahora veamos más detalladamente las ideas de estas tres fuentes:


Ética, religión y misticismo

James, Tolstoi, Shopenhauer y Weininger ponían “énfasis en el misticismo como la experiencia humana más significativa. Las ideas de estos autores convergen en el sentido de asumir la existencia de la experiencia mística, que consiste en la contemplación beatífica de una realidad más elevada, que sólo puede ser obtenida a partir de una revolución personal. En Weininger, esta revolución surge como una exigencia interior, como un imperativo categórico que debe ser satisfecho por todo aquel que quiera merecer seguir viviendo.”

Wittgenstein llegó a plantearse el asunto de la siguiente forma: genio o muerte. En palabras de Ray Monk: “La opción que ofrece la teoría de Weininger es ciertamente desoladora y terrible: genio o muerte (...) Los recurrentes pensamientos de Wittgenstein en torno al suicidio, entre 1903 y 1912, y el hecho de que estos pensamientos sólo amainaran tras el reconocimiento de su genio por parte de Russell, sugieren que él aceptó este imperativo con toda su terrorífica severidad.”

El cristianismo tolstoiano también influyó en Wittgenstein. Durante su participación como soldado durante la Primera Guerra Mundial, el filósofo-místico leyó los comentarios de Tolstoi a los Evangelios.

Wittgenstein hace una interpretación shopenhaueriana del cristianismo tolstoiano, al mismo tiempo que posee una moral basada en Weininger. Margutti explica lo anterior:

“(En el cristianismo de Tolstoi) encontramos el verdadero sentido de la vida en la contemplación beatífica del eterno presente, a través de una victoria del espíritu sobre la carne. Vemos también que este cristianismo era entendido en una perspectiva shopenhaueriana, donde el espíritu corresponde al sujeto trascendental, que se encuentra en un ámbito fuera del espacio y del tiempo, y la carne corresponde al sujeto individual o empírico, que constituye un fenómeno perteneciente al ámbito temporal. El sujeto trascendental y el mundo fenoménico son ambos manifestaciones trascendentalmente complementarias del mismo principio último de toda realidad, a saber, la voluntad. A esta perspectiva se añadía una rígida moral de tipo weiningeriano, que implica el deber interior de ser auténtico consigo mismo para encontrar el sentido de la vida. Aunque Wittgenstein creyese en estas ideas, le faltaba experimentar todavía la vivencia tolstoiana del eterno presente para convertirse en un hombre en sentido completo. Esta carencia lo dejaba existencialmente angustiado, ya que sus rígidas convicciones morales exigían implacablemente que descubriese el sentido de la vida o se suicidase. Esta carencia debía también motivarlo fuertemente, en el sentido de crear en su propia vida las condiciones favorables para experimentar la revolución interior.”


Lógica, ciencia y crítica del lenguaje

¿Cómo influyeron en Wittgenstein Hertz, Boltzman, Frege y Russell? Ellos creían que gran parte de los problemas científicos y filosóficos sólo podrían resolverse mediante el análisis lógico del lenguaje, ya que éste permitiría distinguir entre auténticos problemas y falsos problemas originados por los usos ilegítimos de los signos lingüísticos. Creían que el mundo podía ser descrito de manera lógica mediante el lenguaje científico.

Por su parte, Mauthner influye en Wittgenstein por su crítica del lenguaje: “Su descubrimiento más importante (de Mauthner) es que la realidad se halla siempre un paso más adelante del lenguaje, el cual, aun cuando luche desesperadamente por expresarla, jamás tendrá éxito en esta tarea. Desde este punto de vista, la experiencia mística es indescriptible y la ciencia de la naturaleza imposible. Mauthner defiende un escepticismo extremo, según el cual debemos dejar de hacer preguntas y buscar respuestas. Para él, una crítica del lenguaje es un acto al mismo tiempo suicida y redentor, que nos lleva a una única solución posible: el silencio total.”


Una nueva delimitación

¿Cómo comienza Wittgenstein a trabajar con las ideas ya expuestas? Wittgenstein creía que podía lograrse una descripción científica del mundo mediante una teoría de los modelos como la de Hertz y Boltzman, esa teoría podía complementarse con las técnicas de análisis lógico de Frege y Russell. Pero lo anterior entraba en conflicto con las ideas desarrolladas con Mauthner, quien -como vimos- consideraba imposible describir toda realidad y no dejaba otro camino que el del silencio.

Wittgenstein consideraba que Mauthner acertaba sólo en parte. Acertaba cuando consideraba que el lenguaje resultaba inútil para describir las vivencias místicas (como creían los autores vistos en el apartado de ética, religión y misticismo), pero erraba al considerar imposible describir toda la realidad, ya que parecía posible una descripción científica del mundo. Si Mauthner estuviera completamente en lo cierto no podrían existir ni la física ni la metafísica (o carecerían de sentido). Pero si los científicos y lógicos tuvieran razón, significaría que el lenguaje podría expresar algo. Así, “era preciso establecer, de manera crítica y desde el interior del propio lenguaje, lo que puede y lo que no puede ser dicho. Parece que Wittgenstein sentía la necesidad de una nueva delimitación, la cual debería ser hecha a través de una crítica del lenguaje todavía más radical que la mauthneriana.”

¿Cuáles son los alcances del Tractatus? Por un lado delimita entre lo que se puede decir (proposiciones de las ciencias naturales) y lo que sólo se puede mostrar (ética, estética, metafísica); por otro, también es un libro que revela el sentido de la vida, por ello -escribe Margutti- la comprensión de la filosofía tractariana implica, no sólo la aclaración relativa a los límites del lenguaje, sino también una transformación radical de actitud en la vida del lector.

No hay comentarios.: