viernes, diciembre 29, 2006

De brujas y viajes a la Luna
(Primera parte)


Una maliciosa interpretación de un cuento escrito por Johannes Kepler desencadenó el juicio por brujería contra su madre. En dicho cuento Duracotus visita la luna gracias a los espíritus con los que se comunica su madre Fiolxhilde, mujer dedicada a la herbolaria.

Las acusaciones contra Katharina Kepler tuvieron su origen en dos elementos: un chisme en el que se vio implicada y el cuento escrito por su hijo.

La relación entre Tico Brahe y Johannes Kepler es una pieza importante para comprender por qué se identificó a Katarina Kepler con Fiolxhilde, así que por ahí empezaremos...


Tico y Kepler

A los trece años de edad Tico Brahe sintió una gran impresión al darse cuenta -debido a un eclipse parcial de sol que presenció- de que era posible conocer con precisión los movimientos de los astros, y –en sus propias palabras- “predecir con mucha anticipación sus lugares y posiciones relativos”; a partir de ese momento comenzó a comprar libros de astronomía.

Tico estaba aburrido de la vida que llevaba (una vida que transcurría -según su propia descripción- entre caballos, perros y lujos), la astronomía le parecía sumamente emocionante. A pesar de que sus familiares no veían con buenos ojos sus intereses astronómicos (de hecho esperaban que desapareciera la atracción que sentía por dicha materia), en los siguientes años habría de reunir, idear y perfeccionar instrumentos de observación planetaria.

¿Cuál fue la principal aportación de Tico a la ciencia? Tico puso de manifiesto la necesidad de observaciones astronómicas precisas, su originalidad residía en su interés en medir hasta fracciones de minutos de arco. Si bien no había existido ese interés por las mediciones minuciosas, en esos momentos el respeto y el interés por éstas iba en aumento. Tico observó que existían errores en las tablas planetarias y decidió corregirlas, deseaba mostrar cómo se hacía un buen trabajo.

La concepción aristotélica, platónica y cristiana consideraba inmutable la esfera de las estrellas fijas, el cambio sólo era posible en la región sublunar; pero dicha concepción pronto recibiría un duro golpe.

El 11 de noviembre de 1572 Tico observó una estrella donde antes no la había. Las discusiones comenzaron. Había quienes creían que no era realmente una estrella, argumentaban que se trataba de un planeta más. La única manera de decidir si se trataba de un planeta o de una nueva estrella era realizando mediciones (si se movía no se trataba de una estrella). Algunos observadores llegaron a la conclusión de que se trataba de una nueva estrella. Otros, debido a sus burdos métodos, detectaron movimiento. Tico diseñó un sextante y con éste mostró que aquel objeto no se movía. Tiempo después Tico publicó un libro (a pesar de que consideraba indigno que un noble lo hiciera) titulado De Nova Stella. Éste incluía un detallado informe de 27 páginas acerca de sus observaciones de la nueva estrella y de su instrumento de medición. Tico no aventuró hipótesis acerca del origen de aquel objeto.

La concepción aristotélica recibió otro golpe por parte de Tico cuando éste demostró que el cometa de 1577 no era un fenómeno sublunar (Tico calculaba que el cometa debía estar por lo menos seis veces más lejos que la Luna).

¿Cómo se conocieron Tico y Kepler? Arthur Koestler escribió que “el mismo episodio hace que los padres de la astronomía parezcan actores de una ópera bufa.”

Para Reymers Baer o Urso la Tierra ocupaba el centro del mundo, a su alrededor giraba el Sol, y alrededor de éste los otros cinco planetas; fue este modelo el que expuso en su libro Fundamentos de astronomía (1588). Cuatro años antes de publicar su libro, Urso había visitado a Tico, éste último había estado trabajando en secreto en su propio modelo, ambos modelos eran iguales; así, Tico acusó de robo a Urso. Tico aseguraba que Urso había revisado sus documentos. No hay evidencia de tal robo.

En 1595 Johannes Kepler escribió una carta a Urso, en ésta Kepler lo halagaba y le expresaba su admiración. Urso no le respondió ya que en ese momento Kepler era un desconocido, pero después, una vez que éste último alcanzó la fama y el reconocimiento, el primero reprodujo la carta en un libro donde exponía que su modelo era anterior al de Tico. Pero el libro de Urso no se quedaba en eso, atacaba abiertamente a Brahe. Al publicar la carta de Kepler (sin su permiso) intentaba aparentar que éste estaba de su lado, algo que creyó el propio Tico.

Kepler, ajeno a todo este asunto, también le escribió una carta de admiración a Tico; y a Urso le pidió que le hiciera llegar a Tico un ejemplar de su Mysterium Cosmographicum.

Cuando Kepler al fin se entra de que Urso había publicado la carta que le había escrito varios años atrás, le escribe a Tico para aclarar las cosas. Kepler le explicaba que los elogios exagerados que le había escrito a Urso se podían imputar “al carácter impulsivo de la juventud”, y que Urso había hecho mal en publicar esos elogios: “Si fuera un hombre verdadero los habría desdeñado; si fuera un hombre sabio no los habría exhibido en la plaza pública”.

Tico le respondió que no esperaba una explicación tan detallada; pero para el autor de De Nova Stella el asunto no estaba terminado.

Como Brahe deseaba contar con la ayuda de Kepler, le escribió una carta en la que le decía: “... Deseo que vengas aquí, no obligado por la adversidad del destino, sino por tu propia voluntad y deseo, para que emprendamos estudios comunes. Pero cualquiera sea la razón de tu venida, habrás de encontrar en mí a un amigo que no te negará su consejo y ayuda en la adversidad, y estará siempre dispuesto a sostenerte. Mas, si vienes pronto, acaso encontraremos las maneras y los medios de que en el futuro tú y tu familia contéis con mayor protección...”

Una vez que Kepler se convirtió en su ayudante le hizo escribir un documento en su defensa y en contra de Urso.

5 comentarios:

Fabiola Rodríguez dijo...

Estoy haciendo un reportaje sobre películas de ciencia ficción comentada por científicos y tu página me ha resultado muy útil.
Gracias

Martín Fragoso dijo...

Hola Fabiola, qué bueno que te haya sido de utilidad.

Saludos.

Anónimo dijo...

Hola!
Alguien me comentó recientemente que se dice que las famosas leyes de Kepler fueron escritas, en realidad, por su madre. No encuentro información sobre esto en internet. ¿Sabes si tiene algún fundamento?
Gracias!

Pilar Parra dijo...

No entendi que tenía que ver Katherina Kepler en esta historia. No se supone que de eso trataba??

Pilar Parra dijo...

No entendí... qué tiene que ver Kathernia Kepler en esta historia? No se supone que de eso se trataba?